INTRODUCCIÓN

-Hola- Una voz extraña se escuchaba en la nada de mis pensamientos.

Tenia ese sentimiento escalofriante que me dejaba cada noche, sin poder mirar o oir otras cosas más que a ese pequeño niño ojear ese singular libro y por ultimo ver como su mirada daba una expresión de saludo al igual que con su mano. Finalmente al despertar olvidarlo todo por completo.

Siendo el ultimo dia en la preparatoria, solo me quedaba eso para disfrutarlo con mis amigos y compañeros, mi madre se sentia orgullosa de mi al igual que mi padre aunque me lo dijo por video-chat, el trabajo no lo dejaba y el no dejaba el trabajo ni por un momento, no era de esperarse con gran importancia, una camisa manga larga color blanco y un pantalon azul marino de mezclilla, todo esto conbinandolo con unos tenis casuales color azul de cuero y un bordado blanco en las orillas.

-Miren el tipico de siempre-De forma burda mi mejor amiga fruncia el ceño mirandome de pies a cabeza.

-callate-sonrei de lado siguiendole la corriente.

-¿y asi te iras a la fiesta?-Comentaba un amigo que estaba serca de mí.-por lo que veo de tu rostro tan feo y amargado creo que si

-bien... ¿No hay una fiesta a la que tenemos que ir?

Por el tiempo que pasaba en aquel lugar, se hacia cada vez más y más lento haciendome sentir fatigado, puse mi mirada al cielo presenciando que la noche era joven persibiendo aquella luna llena de fulgor, las estrellas comenzaban a tintinear su destello de hermosa luz. Como es posible sentirme solo y tener tantos amigos. Me despedi terminando la noche con ultimo trago a mi soda.

Caminando por el momento en las calles admirando las luces, las estrellas, la luna, sin darme cuenta que habia pasado por mi casa, regrese y buscando las llaves en uno de mis bolsillos, habriendo la puerta las maletas estaban cerca del sofa esperando para salir. Mi madre esperaba en su escritorio leyendo un pequeño libro, ella gustaba de leer muy a menudo hasta dormir con uno, me acerqué a ella dándole un fuerte abrazo con mucho cariño. 

-oh mi niño

-mama ya no soy un niño-daba un pequeño reproche. 

-para mi siempre seras mi niño

-bueno, sera mejor que ya me vaya mi taxy ya llego

Me diriji hacia mis maletas sacandolas de la casa, mi madre en la puerta despidiendose, mas aún Mey salió de repente con una mochila en las manos.

-Yoriko! Casi olvidas esto

-Gracias? Mey, no te vez tan triste por saber que ya estoy por irme- frunci el ceño al ver cuan feliz estaba mi hermana.

El taxi estaba dando el recorrido que me llevaba a la universidad, miraba por los alrededores lo fantástico que era la ciudad, ya era de madrugada y la luz de la mañana reflejarse en el cielo se veía hermoso, finalmente habia llegado.