Capítulo 1

Primer día de Instituto. Genial. No me gusta nada el instituto, las clases eran aburridas y la gente… Eran todos unos inmaduros con las típicas pandillas de los populares, los raritos y los que no se clasificaban en ningunos de esos dos grupos. Pero sabía que tenía que ir para ser una mujer de provecho y bla bla bla.
Me duché y me vestí. Bajé a desayunar y me quedé esperando a María. María me recogía todas las mañanas ya que yo no tenía coche, y estaba bien, no me hacía falta, ya que mi trabajo estaba cerca de casa y al Instituto me llevaba María. Escuché la bocina de un coche y salí corriendo de casa.

―Buenos días perra― dijo María alegremente.

―Hola nena― dije.

―Vamos Agnes alegra esa cara es el primer día de clases― dijo entusiasmada.

A María le gustaba el Instituto y es que a diferencia de mi ella nunca ha tenido problemas de encajar.
Me límite a poner los ojos en blanco y ella arrancó.
Cuando llegamos al Instituto y bajé del coche casi pude oler el infierno, gente corriendo por no llegar tarde a clase, profesores sonriendo con malicia, y alumnos riéndose de otros. Comencé a andar con María a mi lado hacia la puerta del "infierno".

―Todavía estoy flipando con lo que pasó el viernes― dijo María.

― ¿El qué? ― pregunte un poco confundida.

―Lo de aquel chico tonta― ya me acordaba, estaba hablando de Don capullo― No debiste de haberle plantado cara, a saber lo que podría haberte hecho― dijo.

―No iba a pasar nada, es el típico chico que va de chulo por la vida. Además, he tratado con ellos antes― aunque aquel chico tenía algo, algo raro. Parecía distinto― Es un capullo.

―Como sea, no lo vuelvas a hacer por favor Agnes. No soportaría perderte― me miró con ojos de cocodrilo con un atisbo de risa en su cara.

―Vale, vale― dije riéndome― pero no me seas cursi― dije con asco fingido, y me dio un manotazo de broma.

Riéndonos fuimos a nuestra primera clase, biología, con el profesor William o Will como yo solía llamarle, era el único que me caía bien.
La clase paso volando y con ella también la segunda y la tercera hasta la hora del almuerzo. María y yo comíamos con John y James, los cuatro éramos amigos de la infancia y nunca nos habíamos separado. John era extrovertido y muy guapo, y James era más cerrado y reservado, pero también era muy guapo y un poco más alto que John. Los dos eran muy populares y salían con muchas chicas por eso a María y a mi muchas veces nos tocaba soportar las miradas celosas de las brujas del Instituto.

―Qué tal preciosas― dijo John cuando llegamos a la mesa.
James se limitó a asentir en forma de saludo como hacia siempre.

―Bien― dijo María respondiendo por las dos, mientras yo iba a por la comida.
Cuando llegue a la mesa estaban hablando de algo, pero no sabía de qué.

― ¿De qué habláis? ― pregunte.

―De lo que pasó el viernes― dijo María.

―Os tendríais que haber quedado un poco más como os dije para que yo os hubiera llevado― dijo James― así el tipo ese no se hubiera cruzado con vosotras.

―Otro igual― dije― no pasó nada, se defenderme por el amor de Dios ―dije molesta porque me subestimaran.

―Es verdad lo que dice james, Agnes― dijo John.

―Tú también― grité― creía que tu estarías de mi parte― dije aún más alto, ya me estaban empezando a cabrear.

Me levanté y salí del comedor con las voces de mis amigos gritando mi nombre de fondo. Sabía que estaba mal, que solo se preocupaban por mí, pero no me gustaba que me subestimaran. Cogí mis cosas y decidí saltarme las siguientes clases. Como hoy no tenía trabajo me fui a mi casa andando ya que tenía tiempo. A las dos horas caminando llegue finalmente a mi casa y me tiré rendida al sofá.

**********

Me levante sobresaltada por una alarma. No recuerdo haber puesto ninguna alarma.
Era una llamada, de Sofía, ¿Por qué me llamaba Sofía?

―Hola Sofía ¿qué pasa? ―dije despreocupada.

―Agnes corre tienes que venir a trabajar, Marta se ha puesto mala y no puede venir― dijo un poco agitada― Lucas está enfadado, dice que si no vienes en menos de diez minutos ira él a buscarte― joder, Lucas era de los que cumplía su palabra.

Me vestí, cogí las llaves y salí corriendo de casa. Cinco minutos después llegué al bar, era camarera, pero no era un bar cualquiera, era un bar un poco exótico, en él se hacían bailes. Las chicas y en ocasiones chicos bailaban en la barra, pero yo solo era camarera. Yo no bailaba. Aunque hoy fuera lunes estaban desbordados, entre por la puerta trasera para el personal y me tope de frente con un Lucas que echaba humo, estaba enfadado se le notaba.

― ¿Dónde coño estabas? ―preguntó gritándome.

―Estaba en mi casa, hoy no me toca trabajar― dije calmada.

―Te he llamado cuarenta veces, Marta se ha puesto mala― dijo ya más calmado.

―Pero Marta baila, no es camarera― dije confundida.

―Y eso es lo que vas a hacer tu hoy preciosa― me dijo con una sonrisa que daba miedo― bailar.

Me quede estática por un momento, yo no podía bailar.

―Lucas, yo no puedo, no me se los bailes― dije entrecortadamente.

―,Eso no es problema― dijo― Sara ―grito― enséñale a Agnes los bailes, y rápido, salís en veinte minutos.

Sara me enseñó los bailes y me dio un vestido ―si se podía considerar vestido― con el que claramente se me iba a ver todo, me puse unas botas de cuero negras y salí a la barra junto con las otras chicas. Estaba muy nerviosa, nunca había hecho esto, siempre las veía a ellas hacerlo. Pero yo nunca me había atrevido. Empezó a sonar la música y empecé a bailar al principio casi me caigo, pero Sara me susurró que no pensara en nada ni mirara a nadie. Entonces seguí su consejo y dejé que la música viajara por mi cuerpo.
Cuando término la canción me bajé emocionada de la barra, no podía creer lo que acababa de hacer. Abracé a Sofía y a Sara y fui a tomarme algo a la barra, creo que me lo merecía. Pero lo que no me esperaba era escuchar esa voz detrás de mí.