Capítulo 2

Agnes

-Hola capullo- dije con una media sonrisa en la cara.

-Hola niña- dijo haciéndome un repaso descaradamente.

Al ver que se había quedado embobado mirándome las tetas chasqueé los dedos en frente de su cara- Eh, tu capullo, mi cara está más arriba.

Ignorando lo que le dije se sentó al lado mía y pidió una copa de whisky.

-De todos los sitios libres donde te puedes sentar te tienes que sentar donde estoy yo- le miré con fastidio, pero él no se inmutó. Levantó la vista lentamente como si le aburriera la situación.

-Me importa una mierda si quieres o no que este aquí- me miró y volvió su mirada a su copa de whisky.

-Perdona, pero a ti qué coño te pas... -fui interrumpida por el grito de Lucas llamándome.

-Agnes -grito- qué mierdas haces aquí que no estás trabajando.

-Pero...- dije, pero me volvió a interrumpir.

-Pero nada, de camarera YA. En media hora hay otro baile - y dicho eso desapareció de mi vista.

Me giré -Esto no acaba aquí- dije con una mirada un tanto amenazadora.
Cogí las bebidas que me daba Sofía y las fui repartiendo por sus mesas correspondientes.

-Aquí tienen sus bebidas, disfruten- me di la vuelta, pero cuando iba a irme uno de los hombres que había en la mesa me agarró el culo.
Me di la vuelta para enfrentarle.

-De qué coño vas gilipollas- dije con asco.

-Vamos preciosa, no te hagas la dura- se relamió los labios para luego posar sus ojos en mis tetas. Se fue levantando lentamente. A medida que se acercaba a mi pude sentir el olor a alcohol en su aliento. Estaba ebrio. 
Me cogió de la cintura y me colocó un mechón detrás de la oreja- cuánto tengo que pagar para poder quitarte ese vestido de zorra que llevas- susurró en mi oreja y mientras iban saliendo las palabras de su boca más enfurecida estaba, sentía repulsión porque aquel hombre me tocara. Pero no me iba a quedar de brazos cruzados.
Mi mano impacto contra su cara.
Sus amigos reían.

-No soy ninguna puta imbécil- me di la vuelta con intención de irme, pero me agarro del brazo apretándome muy fuerte, estaba segura de que me quedaría marca.

-Ah no, tú no te vas- dijo apretando más mi brazo.

Intenté zafarme de su agarre, pero era inútil, era el doble que yo. El hombre levantó su mano, y yo cerré los ojos esperando el golpe que nunca llegó. Cuando abrí los ojos "Don capullo" estaba en el suelo con aquel hombre. Estaba encima de él dándole puñetazos, cuando el hombre se dio la vuelta y se quedó a horcajadas sobre él. El hombre empezó a darle puñetazos sin parar, como una bestia. Jim llegó a tiempo para separarlos. Jim era el portero y el que venía cuando había esta clase de problemas.

-Qué está pasando aquí- preguntó Lucas a mi espalda.

Mientras Jim se llevaba al hombre y a "Don capullo" fuera se lo expliqué todo- puedes irte a casa Agnes- dijo- descansa, yo me ocupo de esto.

En realidad, Lucas era un buen tipo, solo que tenía un carácter un poco fuerte.
Fui a cambiarme y a coger mis cosas. Cuando salí a la calle no me esperaba ver a "Don capullo" todavía aquí. Me acerqué a él y pude observar que estaba muy mal herido.

-No tendrías que haberte metido- dije segura de mis palabras, mirándolo fijamente a los ojos.

-Ohh gracias por haberme salvado del golpe que me iba a dar aquel hombre- dijo con voz aguda intentando imitarme.

-Yo no hablo así- dije enfurecida porque se estaba burlando de mí.

-De nada- dijo seco como si le molestara mi presencia- ahora vete.

Me agaché para verle mejor la cara- ya que estaba sentado en el suelo- estaba muy herido. Su ojo se estaba hinchando, tenía el labio y la ceja partidos, y sus nudillos ensangrentados.

-Vamos te llevo a mi casa- levantó la vista y me miro con una mirada lujuriosa- no es para lo que estás pensando- aclaré- solo te voy a limpiar las heridas.

-A diferencia de ti sé cuidarme solo. Además, no te preocupes. No es la primera vez que me pasa- después de decir eso se levantó y empezó a caminar en dirección contraria a la mía.

Lo seguí y le agarré del brazo- por favor quiero hacerlo yo. Me siento responsable- era mentira, no me sentía responsable pero no iba a dejar que se fuera en coche en su estado. Por alguna razón que no entendía no quería que le pasará nada malo.

Suspiró y me miró con aburrimiento- tú ganas, iré contigo.

Comencé a caminar hacia el lado contrario- Mi casa está a unos seis minutos de aquí caminando- dije mirando hacia atrás para asegurarme de que me seguía. Seguimos caminando hasta llegar a mi casa. Entramos y le dije que se sintiera como en su casa, y que se pusiera cómodo mientras yo iba a por el botiquín.
Cuando llegué estaba en el sofá pasando canales de la televisión, cuando se percató de presencia dejó un canal y apartó el mando. Me puse delante de él de rodillas para poder curarlo mejor.
Empecé a curarle primero la ceja, y luego él labio. En ningún momento fruncido él ceño ni se quejó, solo me miraba atentamente.

- ¿Cómo te llamas? - preguntó.

-Agnes Beckett- dije.

-Bonito nombre- dijo mirándome a los ojos.

-Gracias, ¿y tú? - pregunté.

- ¿Yo qué? - respondió un poco confuso.

- ¿Tu cómo te llamas? - le dije.

-Maverick, Maverick Brown- respondió- realmente te mueves bien- dijo cambiando de tema con una mirada deseosa y burlesca.

Presioné más fuerte de lo normal el algodón al pasarlo por la herida de su labio y él se rió.
Cuando dejó de reír nos quedamos en silencio, todo quedó en silencio por unos segundos. Sin poder evitarlo mi mirada bajo a sus labios y la suya a los míos. Empezamos a acercarnos cada vez más hasta el puto en el que nuestros labios se rozaban.
No podía más la tensión me estaba consumiendo, le mire a los ojos, esos ojos azules tan preciosos. Volví a bajar la mirada hasta sus labios, no me pude contener. Junte nuestros labios en un beso. Ansiosa me subí a horcajadas sobre él y rodeé su cuello con mis brazos. Mientras mis manos jugaban con su pelo él movía sus manos arriba y abajo por mi espalda. Y en ese momento se separó y corto él beso cuando estaba en todo su auge.