Capítulo VII

El pasado siempre regresa como una ola, esa era la triste realidad. Yoongi había aprendido a ser consciente de aquello cuando se dio cuenta que no importa cuánto tiempo pasara o cuan bueno se hubiera hecho, el pasado siempre estaría detrás suyo como una sombra, como un fantasma del que no podía alejarse, eso era parte de tener las manos manchadas de sangre "la sangre clama desde la tierra". Si, la culpa nunca termina de desaparecer, el arrepiento y la vergüenza se quedan para siempre, pero muchas veces para seguir adelante es importante dejar esas cosas atrás, enterrarlas como si no fueran a regresar y solo concentrarse en el presente.

Al menos esa parte de estar en paz consigo mismo, aceptándose tal y como era estaba más o menos resuelto para entonces, después de todo había pasado mucho tiempo ya. Ahora como un lobo había viajado por la carretera y las zonas boscosas donde pudiera ocultarse hasta Daegu su ciudad natal, un viaje un poco largo pero reconfortante para estirar las patas, si hacía tiempo que no usaba ese su estado natural. Su casa permanecía a las afueras de la ciudad, por lo que llegar sin llamar la atención no le fue difícil, a eso de las seis llego finalmente a la entrada.

Un aullido lleno de vida alerto a su madre que se hallaba en el interior y quien con emoción salió a recibirlo. La mujer de cabellos oscuros y mechones blancuzcos se asomó a la puerta encontrándose con aquel lobo gris, y tras cruzar el umbral de la puerta se transformó en uno igual, aunque de tamaño inferior y como por instinto lo olfateo, ambos se reconocieron y juntaron sus hocicos en una suave caricia como saludo, aullando de alegría. Y es que Yoongi y su madre no se veían desde que este había viajado a la universidad hacía tres años.

Ambos lobos permanecieron unidos por un buen rato, sobándose el uno al otro con cariño en la cabeza antes de volver a la normalidad y en dos piernas caminar de regreso a la casa. La madre de Yoongi era una mujer delgada, bajita de rostro delgado y piel muy pálida igual a Yoongi, él había recogido la mayoría de las características de su madre, especialmente los ojos rasgados, y pese a la edad, la mujer parecía no pasar de sus treinta. Su estilo era como el de cualquier bruja antigua, usando ropa femenina, holgada y estampada, los vestidos y faldas largas con esos estampados triviales y florales en colores tierra y verdosos, al verla podía sentirse el reflejo de la naturaleza en ella.

Entrando a la casa Yoongi se percató que las cosas permanecían igual que cuando se fue, como si el tiempo no hubiera pasado. Su madre lo recibió en la acogedora sala de estar y sin evitarlo lo abrazo como a un niño pequeño, pegándolo a su pecho en un abrazo maternal y sentido, dejando un par de besos en su cabello; no importaba cuantos años tuviera, Yoongi siempre sería el niño de mamá, y nada más le importaba, no se avergonzaba de sentirse así de pequeño en los brazos de su madre ni con todos sus años de vida encima.

—Dime, cariño ¿ya extrañabas a esta anciana?... ¿ocurrió algo?

No es que su madre estuviera disgustada de verlo, pero sabía que si no fuera importante habría recibido una llamada como de costumbre y eso de algún modo le preocupaba, después de todo aún no había vacaciones en la universidad.

Yoongi levantó la mirada hacía su madre de forma cómplice, sabía que no necesitaba ser bruja para entenderlo y saber lo que pasaba. Lentamente deshizo el abrazo y tomo asiento en uno de los sillones de mimbre, lo que quería decir era de carácter importante y serio, por lo que su madre lo entendió de inmediato, tomando asiento a su lado.

—Es por un vampiro... Creo que está acechando a uno de mis amigos, un humano, pero no es cualquier vampiro, es RM, la escoria esa. —Yoongi hizo una pausa tomando aire—Se trata de Jungkook mamá... Te he hablado de él, es quien posee más energía que cualquier humano que haya conocido y él no sabe, no se da cuenta que es un imán para criaturas como yo, como ese vampiro asqueroso.

La madre de Yoongi guardo silencio, meditando la situación. Claro que ella conocía a ese vampiro en especial, porque por desgracia tenían historia, y aunque era cosa del pasado, rivalidades entre vampiros y hombres lobo nunca terminarían.

—¿Me puedes decir cómo es que ese vampiro llego hasta tu amigo? —Su madre no entendía del todo la situación.

—Ese idiota se volvió un "rapero famoso" y Jungkook es fan de su música, estuvo en el aeropuerto para verlo y hace unas semanas fue a un "fanmeet" se supone que había más personas, pero creo que logro formar una conexión con él. Jungkook dice que no ha dejado de soñar con él en un sueño persistente y repetitivo. ¿Cómo pudo crear una conexión sin beber de su sangre? —Yoongi parecía tan alterado con el asunto que hablaba rápido dándole a penas tiempo a su madre para comprender.

—¿Un fanmeet? ¿es una reunión?

—Si, es una reunión donde los fanáticos pueden interactuar con su ídolo por un momento, son eventos limitados y públicos así que no creo que el vampiro ese haya podido morder a Jungkook frente a todos. Dijo que escribió una carta y se la dio ¿acaso una conexión se puede crear así?

La mujer medito en sus palabras, no había que ser adivino para notar la gran preocupación que su hijo tenía hacia el humano, después de todo no era para menos, un vampiro como ese solo podía representar peligro para cualquier ser vivo.

Con pesar la señora Min tomo aire antes de hablar, ese pequeño gesto supo preocupar aún más a Yoongi.

—No hay forma de crear una conexión sin beber de su sangre.

Esa simple frase lo derrumbo. Estaba enojado, furioso, pero también preocupado y alterado, la culpa volvió a revolverle el estómago.

¿Qué se supone que iba a hacer ahora? Mientras estaba allí sentado hablando tan tranquilo con su madre seguro ese imbécil le estaba robando la vida a su amigo y no podía hacer nada por él.

Su madre que noto el cambio en su expresión intento consolarlo al tomarle con cariño la mano, dando un pequeño apretón.