Por fin sábado, por fin tendría dos días para descansar de tanto estrés en el colegio…
Bajé con cuidado mientras me sujetaba del pasamanos, el último escalón se hizo presente cuando conté 15 escalones, por fin había llegado al primer piso y empuñé con firmeza mi bastón para avanzar de a poco al comedor.
—Buenos días —pronuncié apenas oí varios murmullos—
—Buenos días cielo, siéntate —mi madre como siempre, esperándome ansiosa— te estábamos esperando
—¿Estábamos? —interrogué confundida—
—Cariño, hoy tenemos la visita de una vieja amiga de la universidad —sentía su emoción— ha estado fuera del país, pero no hace mucho llego así que la invite a desayunar con nosotras
—Mucho gusto, soy April Winkler —emboce una sonrisa amigable, aunque no pudiera ver a la señora—
—El gusto es mío linda, Nina Mortillaro —agarró mi mano y la estrecho, al parecer mi madre ya le había comentado sobre mi ceguera— quiero presentarte a mi hijo menor, él es Dante Cassano
—¿Dante? —interrogué sorprendida, ¿era el Dante que distingo? —
—Ya nos distinguimos madre —su voz se unió a nosotras y en efectivo era él—
Las risas por parte de mi madre y de la mamá de Dante se hicieron presentes… Me senté en la mesa para esperar a que Layla me sirviera mi desayuno, no paso mucho para que pudiera escuchar tres platos chocando en la mesa, agarré mis cubiertos y esperé a que mi madre diera el visto bueno para proceder a desayunar.
—Adelante, disfruten el desayuno —demandó—
Mientras desayunaba escuchaba la charla con mi madre, solo eran ellas dos ya que Dante no pronunciaba ni una sola palabra que muchas veces pareciera que las únicas en la mesa éramos nosotras tres.
—Estuvo delicioso, gracias por el desayuno —por fin dio a conocer su voz—
—He terminado —corrí el plato hacia adelante— gracias por el desayuno Layla —emboce una sonrisa cálida para levantarme de la mesa— iré a mi cuarto —anuncié, pero antes de proseguir me di la vuelta con lentitud en dirección de donde había escuchado la voz de Dante— ¿te gustaría ir conmigo?
—¿Será correcto? —interrogó más para mi madre y la de él que para mí—
—Ve, siéntete en confianza —mi madre le dio un visto bueno a su pregunta y sonreí—
Escuche una silla arrastrarse contra el piso y unos pasos acercarse a mí.
—Vamos —su voz hizo que me dirigiera a él— toma mi mano si es necesario —asentí y pose mi mano en su antebrazo para empezar a subir las escaleras—
Una vez que ya habíamos llegado a la parte de arriba giré a mi derecha y este seguía mis movimientos…
—¿Cómo es que sabes a donde dirigirte sin preguntar o algo?
—He memorizado muchas cosas, lugares y pasos —hice una pausa— en las escaleras hay 15 escalones, luego giro a la derecha y cuento 7 pasos y doy media vuelta a mi izquierda y aquí está la puerta de mi habitación —mencioné para tomar la manija— entra —le cedí el paso—
Entramos a mi habitación y con ayuda de mi bastón fui guiándome hasta mi cama.
—Siéntate —palmee el borde de mi cama—
Sentí como esta se hundió y sonreí, dejé mi bastón apoyado al lado del nochero que estaba al lado de mi cuarto.
—¿Quieres escuchar música —volteé en su dirección—
—De las que escucho o de las que escuchas.
—Escuchemos una de las tuyas y luego una de las mías —sonreí—
—Genial —podía sentir su emoción— ¿cuál te gustaría escuchar primero?
—Pon la que más te guste, quiero conocer tus gustos
Se levantó y escuche sus pasos dirigirse hacia el escritorio que estaba a solo unos pasos de mi cuarto, unos pasos más y volvió a sentarse a mi lado.
—Pondré una de mis canciones en tu computador —asentí con mi cabeza mientras mantenía una sonrisa amplia en mi rostro—
Escuche teclear este y después de unos segundos escuche la primera canción en el computador.
—Esta se llama Down, no es una de mis favoritas, pero si la de mi hermano —una risita salió de sus labios— pero tiene un buen ritmo y me gusta
—Igual me está gustando —emboce una sonrisa y este soltó una risa burlona— estoy hablando enserió
—Si, si… Mejor escucha —negué mientras sonreía—
Terminó la canción y escuche de nuevo como tecleo en el portátil para luego escuchar otra canción.
—Esta es la que te había comentado, se llama Stay Together For The Kids
No dije nada y me limite a escucharla mientras jugaba con mis dedos.
La canción termino y sentí como agarró mi mano y el peso del computador se hizo presente en mi abdomen.
—Ahora es tu turno —asentí para incorporarme y poder colocar una de mis canciones favoritas—
Me guie por el teclado para buscarla y luego reproducirla.
—Esta se llama You Take My Breath Away —comente cuando empezó a sonar la canción—
—Me gusta el ritmo, es bueno —comentó y volteé mi cabeza en su dirección—
—Lo es —sonreí—
Mientras nuestras madres disfrutaban de su charla en el piso de abajo Dante y yo disfrutábamos de las canciones del otro.
—Te enseñaré una de Coldplay —asentí ansiosa, por fin el momento había llegado— Midnight —mientras la canción se reproducía escuchaba la letra de esta—
Una vez que la canción terminó giré mi cabeza en su dirección, como si pudiera verlo… Quería preguntarle sobre su vida, pero no me atrevía y tampoco era necesario, con solo escuchar la letra de su canción podía saber que no estaba pasando por un buen momento.
Tal vez solo estaba exagerando, pero era lo que más podía pensar por su manera de actuar y la canción que me había enseñado.
—Esta canción no se la he enseñado a nadie más, solo a ti. —solo escuchaba lo que decía sin interrumpirlo una sola vez— así que por favor no se la enseñes a nadie, no la escuches frente a alguien que no sea yo y no preguntes sobre su letra —¿me habría leído la mente— es obvio por tu reacción que lo ibas hacer —dejo salir una risita de sus labios—