Your eyes tell

Capítulo 4

El despertador de mi habitación ya había dejado conocer su peculiar sonido dándome a entender que era hora de levantarme.

—Buenos días cielo —la voz de mi madre apareció en la entrada y giré mi cabeza en su dirección—

—Ma —sonreí— ¿me llevarás al colegio?

—Lo siento cariño, hoy tengo una conferencia muy importante y ya voy de salida —arrugué mis labios y moví mi cabeza dando a entender que no había problema— pero un amigo tuyo pasará a recogerte —la miré confundida—

—¿Un amigo? —cuestioné— ¿Mike? —una sonrisa salió de mis labios—

—No cariño, Mike no respondió mi llamada, así que llamé a la madre de Dante y él accedió a recogerte —noté su emoción—

—¿Dante? —interrogué escéptica—

—Es correcto, termina de alistarte, él no tardará en llegar —escuché sus pasos alejarse y dejé salir un suspiro—

Bajé con cuidado la escalera y me dirigí al comedor mientras escuchaba la voz de mi madre hablar al celular con alguien.

—Gracias Layla —pronuncié cuando escuché el plato en frente de mí—

—El joven Dante ya está aquí —la voz de Irene apareció en la puerta derecha—

—Me iré —eche la silla hacía atrás y mi madre se acercó para darme un beso en la frente—

—Ve con cuidado Cariño

—Lo haré —sonreí—

Salí con ayuda de mi bastón y escuché la puerta principal abrirse frente a mí.

—Gracias —sonreí—

—¿Siempre eres tan amable? —la voz de Dante apareció a mi izquierda—

—Acostúmbrate —su sonrisa salió en un suspiro—

Agarré su mano para bajar los escalones de la salida e irme con él.

—¿En qué nos iremos?

—En mi moto por supuesto

—Creí que nos iríamos en un carro —sonreí—

—¿Para qué viajar en carro cuando tengo una moto? —negué y sonreí—

Sentí su presencia a unos pasos de mí y luego el casco ajustándose a mi cabeza y sus manos frías debajo de mi mentón abrochando este.

—Sube —dirigí mi cuerpo en la dirección de su voz y sujeté su mano mientras que la otra la apoyaba en su hombro izquierdo para impulsarme y sentarme, abracé su cintura y un cosquilleo recorrió mi cuerpo causándome cosquillas cuando este prendió la moto.

El viento daba en mi cara y en mis manos que sujetaban su abdomen.

—¿Disfrutas el viaje?

—Lo hago —sonreí— creí que no llevabas tu moto al instituto —abracé aún más su cuerpo—

—Y no lo hago, esta es la primera vez que la llevo al instituto.

—¿Está es la primera vez? —interrogué—

—Las otras veces solo iba caminando, no suelo mostrarle mi bebé a cualquiera —sonreí—

—¿Entonces no soy cualquiera?

—Eres una piedra en mi zapato, así que no creo

—Idiota —hice mohín—

—Lo sé, siempre me lo repites —negué y apoyé mi cabeza en su espalda—

La moto freno y las voces de los estudiantes se hicieron presentes, muchos murmuraban, unos gritaban y otros hablaban lo suficiente fuerte para que otros los escucharan.

—¡Cassano! —dirigí mi cabeza en dirección de la voz que había llamado a Dante—

—Sigue a delante y no te desvíes —apretó mis hombros—

—¿A dónde irás?

—Debo ir a ver un asuntó —antes de que avanzará lo tomé de la mano y la apreté—

—No te vayas, no traje mi bastón y no sé a dónde debo ir.

—Tengo que irme, espera aquí a Evans, él te llevará al salón —removió su mano entre las mías para soltarse, pero no lo deje— April —advirtió—

—Vine contigo y me iré contigo

—Mierda —musitó y escuché con atención— vamos —apretó mi mano y seguí con cuidado sus pasos—

—Tiempo si verte Cassano —la voz de un hombre sonó frente a mí—

—¿Por qué debería de verme contigo? —pronunció en un tono arrogante—

—Sigues siendo el mismo —sus palabras salieron en una risa burlona— ¿quién es ella? —apreté su mano y este me echo un poco hacía atrás—

—Lo que tengas que decir es conmigo, no con ella

—Es linda y las chicas lindas tienen mucho que ver conmigo —sentí unas manos acariciando mi mejilla haciendo que me erizara—

—No deberías tocar la chica de otra persona —sentí como otro mano quito con brusquedad la mano de aquella persona—

—¿Es tu chica? —mofó—

—Si es o no lo es, eso no debería de importarte —escuche cuatro pasos de su parte y sentí sus manos delante mío— ahora dime para que me buscas —su tonó juguetón cambió a uno más serio—

—Te necesitamos en la banda —fruncí el ceño ¿banda? —

—No participaré en eta banda ni en alguna otra por ahí.

—¿Por qué no? Klaw

—No me llames Klaw —el ambiente se ponía cada vez más pesado—

—¿Por qué? Si antes te llamábamos así Kla… —su voz fue interrumpida por un golpe y al instante escuché como algo pesado había caído al suelo—

—¿Dante? —interrogué preocupada—

—Que esta sea la última vez que me busquen, no quiero volver a encontrármelos y menos cerca de un instituto —sentí su mano rosar con las mías y con rapidez tome su mano entre la mía— vámonos.

Seguí sus pasos apresurados tratando de mantener el ritmo, pero se me era imposible por lo que me solté de su agarré y me detuve.

—¿Qué sucede? —sus pasos se detuvieron— tengo que llevarte al salón

—Vas muy rápido y no puedo mantener tu ritmo, iré al salón antes de que toquen el timbre —di unos pasos hacia delante— gracias por traerme —sonreí—

—April —volteé en su dirección— ya tocaron el timbre hace cinco minutos.

—Mierda —susurré—

—Esta es la hora de Nathaniel y dudo que te dejé entrar con cinco minutos de retraso —solté un suspiro pesado y me dirigí hacia la dirección dónde venía su voz y recosté mi cabeza en su pecho—

—¿A dónde debería ir? ¿Qué debería de hacer?

—Eso ya no es asunto mío, cumplí con traerte, pero no entraste cuando te lo dije —su pecho vibro en mi oído—

—Eres malo —hice puchero para ganar un poco de su compasión—

—Eres patética —hice mohín—




Reportar




Uso de Cookies
Con el fin de proporcionar una mejor experiencia de usuario, recopilamos y utilizamos cookies. Si continúa navegando por nuestro sitio web, acepta la recopilación y el uso de cookies.