Dante Cassano.
Jueves 10:30 a.m.
Caminé por el largo pasillo, me dirigía a los baños de los hombres. Tomar tantas latas de cerveza me había causado unas grandes ganas de ir al baño.
—¡Dante! —mi nombre fue pronunciado en un grito algo enérgico—
Giré un poco sobre mi cuerpo y divisé a la persona. Era Tina, la cual al ver que me detuve se apresuró en llegar al lugar dónde estaba. Sus pasos fueron firmes y rápidos, en un corto momento esta llegó a mi lado.
—Te estuve buscando por todos lados —mencionó— pero ya que lo pienso nunca te veo en el salón, ¿estás en otra clase? —negué— entonces... —su expresión fue de asombro y cubrió su boca con ambas manos— ¿capas clases? —rodeé los ojos y me di la vuelta—
—No es como si fuera la primera vez que lo hago
Respondí sin darle importancia.
—¿Cuántas clases has capado? —su tono era de sorpresa y preocupación— vas a perder el año si sigues así —continuó—
—Si es lo único que tienes que decir, entonces te dejo, tengo algo más importante que hacer
Su cara me indicaba que trataba de descifrar lo que sucedía, no acostumbraba hablar así con ella y Jace, pero su actitud solo estaba haciendo que me retrasara y no pudiera ir al baño.
—¡No espera! —chilló mientras apresuraba sus pasos para alcanzarme— quería decirte algo que puede ser una gran idea —su emoción rebosaba—
—Lo harás después, tengo algo importante que hacer.
Sin despedirme ni nada me apresuré y a pasos rápidos que parecían más corriendo que caminando me alejé de ella sin decirle un; ahora vuelvo a escucharte tan siquiera.
Al estar a solo unos cuantos pasos para girar y encontrarme con la entrada al baño una escena fue captada por mis ojos. April parecía muy emocionada mientras caminaba de la mano con Adam y Mike al lado de ellos.
—Que horrible se sentía verla siempre al lado de él— pensé por un segundo, pero mi pensamiento fue interrumpido por una presión en mi abdomen, había olvidado a que había venido. Por lo que sin darle más importancia di unos grandes pasos y giré a mi izquierda para entrar al baño.
A pesar de estar en receso el baño estaba vacío.
...
Caminé por el césped que parecía más verde de normal por el brillo del sol, mantenía la mirada en el suelo mientras daba pasos lentos con las manos en los bolsillos y con los audífonos en mis oídos reproduciendo una canción a todo volumen haciendo que este mundo pareciera menos triste y que simulara ser perfecto.
Levanté la mirada y observé en mi alrededor, todos estaban en sus mundos, los del equipo del futbol estaban ensayando para su próximo partido que representaría al colegio, los de voleibol estaban tendidos en el césped debajo de un árbol con sus uniformes, los del equipo de Basquetbol estaban calentando, las porristas estaban ensayando y por último estaban el resto de estudiantes que estaban en grupo riendo y hablando.
Que día tan agotador, no por mí. Si no por ellos.
Volví a bajar la mirada y di tres pasos para luego sentir como alguien se apoyó de manera fuerte en mis hombros, di medía vuelta sobre mis talones y posee la mirada en la persona. Era de nuevo Tina y al lado estaba Jace, solo sonreí y me paré frente a ellos.
—¡Oye idiota! —mencionó Jace en medio de una sonrisa— ¿tienes idea de cómo duele gritar tu nombre a todo pulmón sin respuesta?
Alcé mis hombros restándole importancia y al ver su cara de indignación solté una risa escandalosa.
—Ya, a lo que hemos venido —giré mi cabeza en la dirección de Tina quién se puso al lado de Jace— Dante —la miré con atención— queríamos decirte que deberíamos de ir a una discoteca. Ya sabes, ya mañana es viernes y podemos ir a divertirnos. ¿Qué dices? —soltó con emoción—
Guardé algo de silencio mientras buscaba la manera de decir. No
—¿Qué dices Dante? —Jace cuestionó y detallé a los dos—
Estaba a punto de soltar ese esperado "no" que busqué por todo este corto tiempo, pero no lo dije ya que tuve una pequeña idea.
—Si no aparezco a las 8 no me esperen —sonreí—
Con una gran sonrisa pasé por el lado de ellos dirigiéndome a la entrada del colegio y al entrar a los pasillos algo presuroso me dirigí a la cafetería.
Una vez estuve cerca de la gran puerta empujé y divisé en mi campo de visión a la persona que buscaba, no fue necesario buscar mucho ya que en un par de segundos la localicé. Estaba sola y eso me sería de mucha ayuda.
Me apresuré en llegar a ella y aprovechar su soledad, una vez frente a ella está sonrió, al parecer reconoce muy bien mi perfume. No le di mucha importancia y me senté frente a ella.
—Nos volvemos a encontrar —sonrió—
Una diminuta sonrisa apareció en mis labios y al recordar a lo que venía me incorporé y me apresuré para hablar.
—Quería preguntarte si quieres salir conmigo mañana en la tarde —hice una mueca esperando su respuesta—
—Me encantaría —sonrió— pero no sé si mi madre me permita salir —absorbió su labio inferior y lo lamió para luego morderlo—
—No te preocupes, hablaré con ella —sonreí para luego levantarme— pasaré por ti a las 7, me tengo que ir —me di la vuelta y antes de empezar a caminar volteé mi cabeza y hablé— no le comentes a nadie de esto.
Su expresión fue de confusión, pero no cuestionó nada... Antes de arrepentirme de mi pensamiento en un movimiento rápido me agaché y besé su mejilla, alcancé a ver su rostro, el cual era de sorpresa y al momento dejo salir una sonrisa.
Me incorporé de nuevo y como ya lo tenía visualizado salí rápido de la cafetería para volver a mi lugar secreto.
...
Me recosté en el árbol que estaba frente a la entrada del pequeño escondite, al apoyar mi espalda en este, dejé caer un poco mi cuerpo en él.
Cerré los ojos y alcé la cabeza en dirección a las ramas de este, a pesar de que las extensas hojas cortaban los rayos de sol; el día estaba radiante, haciendo que mis ojos captaran un color rojizo y el canto de los pájaros que solían estar en aquel árbol se hiciera presente.