Manejo la situación del café con tranquilidad algunos de mis compañeros están aquí matando el tiempo, yo debo seguir atendiendo y sirviendo café, durante la tarde me he quemado dos veces, ha sido culpa mía por estar pensando en otras cosas.
A veces siento que he perdido la cordura, que la universidad me ha cambiado este mes, o tal vez yo no he tomado buenas decisiones durante este periodo, ahora entiendo la importancia de saber elegir con determinación y paciencia, pero la universidad está pasando sobre mi como un tanque de guerra, siento que todo está pasando muy rápido y lo estoy desperdiciando.
-Buenas tardes bienvenido a Café Gram en que puedo ayudarlo – levanto mi rostro con una sonrisa, no hay nadie de tras suyo, pero el café está bastante lleno hoy. – ¿Cuál va ser su pedido?
-Llevare un postre, tarta de frambuesa.
Registro el pedido y me giro para servirle el pequeño postre, no ha pedido nada de beber, es extraño, tal vez deba sugerirle alguna bebida.
-Son cuatro con treinta. ¿no le gustaría acompañarlo con una bebida adicional? – le preguntó con una sonrisa amable.
Él se inclina sobre el mostrador peligrosamente, le sujeto la mirada, intento evitar ponerme nerviosa por su cercanía, exhala aire por su boca haciendo que choque contra mis labios, no puedo evitar sentirme atraída por ese hombre.
-Solo le pedí un postre, si hubiese deseado beber algo lo hubiera ordenado. – se aleja.
Un escalofrío sube por mi espina dorsal haciendo que retroceda dos pasos, asiento y voy por la factura, me la arrebata y sale del café.
Otra chica se acerca para ordenar y yo solo puedo limitarme a sonreír, sin apartar mi mirada de Christian, ese hombre es el fuego en el que muchas quieren quemarse, yo, yo no sé qué es lo que quiero en realidad.
-Un cappuccino con crema y caramelo, grande, el más grande que tengas – dice Kara mientras toma asiento en la barra – Christian es un tonto. - le sonrió discretamente mientras me giro para preparar su cappuccino, busco un trozo de pastel de chocolate y se lo sirvo a la otra chica.
-Lo siento, tenía revisión de proyecto – me dice Zoe a mis espaldas mientras se amarra el delantal, esta sudada y agitaba.
-Bebe un poco de agua, no hay prisa – ella asiente y se sirve agua.
Dejo el vaso de cappuccino en el lugar de Kara y ella me deja un billete de 10, le doy el vuelto y su factura.
-Necesitan algo? – pregunta Zoe, Kara se pone de pie un poco molesta y sale de café bebiendo del cappuccino. – Vaya, aún sigue molesta.
Me quito el delantal y la gorra, recojo mi mochila y me estiró un poco, el tiempo se ha ido volando, son casi las siete y los otros chicos han tomado turno nocturno. Zoe también está emocionada por irse a casa, ella tiene mucha suerte por vivir aquí y no tener que llegar a una residencia donde todos se duchan sin problema alguno, claro la mayoría de ellas tienen un cuerpazo.
-¿Quieres venir a mi casa?
-Gracias, pero tengo mucha tarea, además Rusty me ayudara con una tarea. – Cierro mi casillero – Hasta mañana.
Salgo del café y empiezo a caminar hacia la residencia, mi teléfono empieza a sonar y me detengo para contestar, es Cole.
-Houston tenemos problemas – suspiro y busco una banca para sentarme
- Se adelantó la boda, cinco de noviembre, significa que debes venir a probarte el vestido este fin de semana….
Mi corazón se detiene un segundo cuando dos hombres se acercan, me quitan el teléfono y cierran la llamada, los miro fijamente intentando memorizar sus rostro. Uno de ellos sonríe dejando ver un diente de oro, el colmillo.
-Buena noche madeimoselle, sea tan amable de venir con nosotros.
-¿Por qué?
-Porque es la única forma de que Christian venga hacia nosotros.
-¿Christian? No sé a lo que se refiere, si fuese tan amable de devolverme mi teléfono. – el otro hombre le entrega otro teléfono en alta voz.
-¡Mierda, ya voy, solo… Dame unos. Minutos. Para. Conseguir el dinero! – es la voz de Christian, parece agitado – Esto es una jodida mierda, habíamos quedado en algo, Snake.
-El tiempo corre, tic tac – cuelga. – Ahora venga conmigo.
Saca un arma y me apunta, me pongo de pie con las manos arribas, empiezo a caminar. Sigo al hombre que no ha hablado mientras que el que tiene el arma me sigue.
Mis manos tiemblan y avanzó en silencio hacia donde ellos me indican, hemos dejado el campus y ahora caminamos por la vereda advirtiéndole que si grito o intento algo me dispararan, lloro en silencio mientras me muerdo el labio evitando que salga algún sollozo, mi estómago se ha revuelto y tengo muchas náuseas, no creo que pueda resistir.
-Detente – me ordena el hombre, sujeta del brazo atrayendo, rodea mi cuello con su brazo izquierdo y con el otro me apunta en la cien.
-Por favor, yo no tengo nada que ver con Christian – le digo entre sollozos mientras aprietos mis ojos y rezo mentalmente.
-Debes ser alguien importante, Christian no corre por nadie.
-Yo ni sé que está ocurriendo o que problemas tenga con Christian, pero yo no tengo nada que ver con esto, por favor debo volver a mi residencia…déjeme ir – suplico mientras lloro y me retuerzo de miedo.