Yours Decisions

Capitulo#9

Camino con una toalla envuelta en mi cuerpo sosteniéndola con mucha fuerza y seguridad para que la toalla no se me resbale durante el trayecto a mi habitación, honestamente estoy sintiéndome fatigada por tomar duchas con otras personas sin tener privacidad.

Durante estos días he estado recibiendo mensajes amenazantes de mi madre y muchas quejas, quejas que llegan por montón a cada hora, por lo que he optado en poner en silencio mi celular y dejar de revisarlo.

El contacto con Christian ha disminuido y ahora pasa de mí en todo momento, incluso en la clase de literatura. Los deberes y el trabajo me han mantenido muy ocupada y no me ha dejado tiempo para ir al lago a relajarme un rato. La herida en mi brazo desaparece diariamente y ya no duele, se ha formado una mancha extraña en mi brazo, como una marca de nacimiento.

Ingreso a la habitación viendo la cama de Kara que esta deshecha y llena de prendas de ropa, sus libros están tirados por todo su lado y hay latas de cerveza y gaseosa sobre su mesa de noche, no puedo creer como ella no puede mantener su espacio personal limpio un solo día.

Me roció desodorante, busco un sujetador y me coloco de inmediato, tomo unas bragas del mismo conjunto y me las paso por mis piernas, aparto la toalla de mi cuerpo y la dejo colgando en el perchero, tomo una camisa básica blanca y un overol de falda corta de mezclilla, me coloco unos tenis blanco con negro y me recojo el cabello en una alta coleta.

Me miró fijamente en el espejo de cuerpo entero que tenemos en la habitación, me coloco de lado viendo como mi coleta llega hasta mi cintura, creo que debería cortarme un poco el cabello, mi madre no debajo que me lo cortara todos estos años luego de aquel incidente en la escuela, desde entonces no me permito córtame el cabello nunca. Pero ahora, ahora empieza a molestarme un poco, creo que lo cortare veinte centímetros y donare esa parte de mi cabello.

Recojo las llaves y camino hacia la puerta para ir a clases.

-¡Jesús! – llevo mi mano a mi pecho con un sobresalto. Mi pulso se normaliza, pero vuelve a latir rápidamente cuando me fijo en su ojo morado, su labio roto y la marca roja en su mejilla que estoy segura que se volverá morada o verde.

Él sentado en el borde de mi cama sosteniendo el botiquín de primeros auxilio que tengo en mi habitación, mientras que yo estoy arrodillada entre sus piernas curando, no, apaciguando esas heridas con el alcohol, se ha mantenido en silencio todo este tiempo, pero me ha permitido ayudarlo un poco.

-No son ni las diez de la mañana ¿Cómo es que paso esto? – Le pregunto mientras doy ligeros golpecitos con la mota de alcohol en su labio – Creo que necesitaras puntos, parece que tu labio se ha reventado. – dejo la mota de algodón con sangre en bote de basura y tomo la crema para que su mejilla y ojo no se inflamen durante el día, la froto despacio sobre su mejilla con mi dedo anular con movimientos circulares delicados. 

-Gracias – asiento lentamente con una media sonrisa, tomo una toallita húmeda y me limpio las manos, me pongo de pie y recojo todo lo que he usado de mi botiquín – Lamento haberte hecho perder las clases.

-Está bien, le pediré prestado el apunte a un compañero.

-Por favor no se lo menciones a Kara, solo hará que Christian se vuelve más loco y tengamos otro conflicto.

Por un momento siento como todos mis sentidos se desconectan, doy un paso atrás y tomo asiento en la cama de Kara mientras froto mis manos en mi falda de mezclilla.

-¿Él te hizo eso, Jared? ¿Christian te golpeo? – Su mandíbula se ha marcado indicándome que ha apretado los dientes - ¿Por qué tu mejor amigo te dejaría el rostro de esa manera?

-Por qué se trata de Christian Leister, no de mi mejor amigo, y si no quieres terminar igual o peor que yo, deja de tener contando con Christian, irrumpirá en tu corazón, en tu cabeza, te devorara por completo el alma, tanta que terminaras queriéndolo ciegamente que no podrás odiarlo, haga lo que hagas aléjate de Christian, es como la maldita cucaracha que siempre vivirá en tu casa, esa de la que nunca te podrás deshacer, esa de la que tal vez termines en cariñándote y cuando la venda se te caiga, será demasiado tarde.

En la clase de literatura mi cabeza se giraba automáticamente hacia la última fila done Christian estaba bastante atento hacia la clase del maestro Leister, cosa que nunca hacia y siempre trataba de molestar al maestro.

-Lo siento – miro a mi compañero de asiento que ha chocado su cabeza con mi brazo, se inclina más hacia adelante para tomar su lápiz que se ha caído - ¿Te hice daño?

-No – respondo y el asiente mientras vuelve a poner atención a la clase. - ¿Te hago una pregunta corta o extraña?

-Hummmm….seguro. – duda un poco.

-¿Has tenido un amigo violento, bastante violento? – el frunce el ceño y hace una mueca rara.

-No, creo que no, pero si tienes algún tipo de problema la universidad tiene una buena psicóloga graduada en Harvard, tal vez ella pueda ayudarte.

-Gracias.

El timbre suena y antes que todos Christian es el primero en salir del salón, poco a poco todos abandonan el salón mientras que yo me mantengo en mi puesto guardando muy lentamente las cosas, incluso el maestro sigue sentado en su escritorio.



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En el texto hay: romance, badboy, toxiclove

Editado: 27.08.2019

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