Yours Decisions

Capitulo#10

Zoe ha pasado todo el día en mi habitación haciendo tarea y escuchando música. Kara se ha ido y dijo que no sabia si volvería para dormir, sin embargo Zoe se quedara hasta la noche esperando que llegase su madre.

Cada que la miro no puedo evitar pensar en que ella y Christian compartieron una vida familiar durante un tiempo, quiero preguntarle, tal vez en algún momento ella escucho alguna conversación privada y sabe lo que Christian hace. Quiero saber.

Me dispongo a abrir la boca, pero ella me sonríe y habla primero.

-Mamá tiene una loca idea en la cabeza. – dice mientras sonríe y juega con el borrador del lápiz.

-¿A si? ¿Cuál?

-Ella dice que puedes dejar la residencia y quedarte en casa, y si quieres pagar te cobrara un mino. – apretó mis labios mientras la miro fijamente e intento analizar lo que me ha dicho – No te quedes callada, dime algo.

-Bueno, yo...- la puerta se abre.

Christian nos mira de soslayo, pasa sus dedos por su cabello, ingresa sin decir nada y se lanza en la cama de Kara dándonos la espalda. La ropa que lleva es la misma con la que lo vio ayer en clase de literatura. Zoe me pica el brazo para que le preste atención, le sonrió corto y continuo con mi pequeño ensayo.

-Creo que se le han pasado las copas – me susurra – Siempre llegaba borracho, a veces ni siquiera llegaba a dormir.

-Dime algo, Zoe. - hago una pausa planteándome si preguntar o no, pero la curiosidad me puede más - ¿Christian tiene muchos problemas en casa? –le pregunto mientras miro la gran espalda de Christian.

-Christian no es de las personas con la que te puedes sentar a conversar, siempre grita y se enfurece más que cualquiera, tiene serios problemas con la ira y el auto-control. Su padre siempre esta pendiente de él, y eso Christian no lo valora.

-Tal vez solo necesitas buscar otra forma de conversar con él – digo – A veces las personas que creemos que no escuchan, se muestran de forma diferente, tal vez el señor Leister no esta poniendo atención a lo que hace Christian.

-Suenas como una loca literaria, esto no es un cuento ficticio, es la vida real, ese hombre en esa cama es un criminal con una carpeta gorda de antecedentes, todo mundo lo sabes, pero tu, tu intentas buscar la luz en un mar de oscuridad.

-Nunca hay suficiente oscuridad en una personas, y si la hay. ¿Por qué no podemos darle un poco de luz? – la miro – Si el no puede ser compresivo con otros, nosotros debemos ser compresivo con el, y ayudarle.

-Es por esto que siempre terminas llorando, hacías lo mismo con Lance cuando te tiraba de los pelos y el helado, siempre, siempre perdonas hasta el más mínimo detalle, así no funciona la vida, Debbie. Debemos ser fuerte, egoístas y cuando te dicen que algo no es para ti, aprende a escuchar y alejarte cuando te lo dicen.

Apenas y muevo la cabeza asintiendo.

-No, mírame, Debbie. Christian no es la persona que necesitas en tu vida, tu necesitas más que eso. – su insistencia la a llevado a sujetarme de los hombros, como si me estuviese advirtiendo de la peor catástrofe del mundo. – Mira a tu compañera, llena de tatuajes, borracha, fiestera, promiscua. Sus amigos no son mejores, no por que sea el primer año de Universidad vas a disfrutar de esto, esto no es vida, no es normal que una bala te roce el brazo o que un hombre te espere afuera de tu trabajo para secuestrarte. Tu madre tiene razón, Deborah. Si tienes la oportunidad de salir aquí, vete, vete y aléjate de ese monstruo.

Siento un pinchazo en mi corazón y escucho dos golpes en la puerta. Me pongo de pie y camino hacia la puerta, giro la perilla despacio y abro la puerta un poco.

-Shhh....- me dice el chico, apunta hacia abajo y veo la pequeña pistola que lleva - ¿Dónde esta Christian?

-No...lo se. – digo mientras lo miro a los ojos. – Es la residencia de chicas.

-Pequeña y linda mentirosa, Christian entro a este edificio. Ahora, si te abres paso, dejare que tú y tu amiga se vayan. – me guiña un ojo. Asiento y me giro hacia Zoe.

-Recoge tus cosas, daremos un paseo. – le digo, ella frunce el ceño y empieza a recoger sus cuadernos de mi cama.

-¿Qué pasa...- abre sus ojos cuando ve el arma, sujeto su mano y niego asustada. – Vámonos, vámonos...- ella tira de mi fuera de la habitación, la puerta se cierra y un escalofríos recorre mi cuerpo.

Le arrebato el móvil a Zoe y empiezo a marcar al 911.

-¡Hola, hola por favor necesito ayuda, un hombre ha entrado a la residencia...- la puerta se abre y el chico abandona la habitación como si nada hubiese pasado, dejo caer el teléfono e ingreso rápidamente a la habitación.

Mi cuello es sujetado apenas me asomo, me empuja y me choca contra la pared mientras presiona mi cuello, intento apartar su mano, pero el sigue furioso mirándome y poco a poco su ceño se frunce. Llevo mi mano hasta su rostro empujándolo para que reaccionara y me soltara, pero es inútil.

Caigo de culo mientras el aire vuelve a ingresar a mis pulmones, mi cuello arde y mi visión es casi borrosa, Zoe sostiene un gran libro pesado entre sus manos mientras que Christian mantiene su mirada fija en ella y con la mano en su cabeza, donde tal vez lo ha golpeado.

-No debiste abrir esa puerta – me dice - ¿Quieres morir? – se inclina a mi altura mientras yo aun intento reponerme. El me levanta la mirada sujetando mi mentón, sus facciones dura y frías se relajan en el momento que empiezo a llorar, era como verlo en cámara lenta cambiar su mirada. – Niña estúpida. – me suelta y se pone de pie para cruzar la puerta.

-¿Estas bien? ¿Te hizo mucho daño? – el libro cae al suelo y Zoe se inclina a mi lado – Debbie...

-Creo que si tienes razón, tal vez debería irme.

Después de haberme recuperado de aquel susto, hice una llamada a la universidad de Columbia para saber cuando podía retomar mis estudios allí, luego de explicación y aclaración de mis dudas, acepte y agradecí por no haberme dejado fuera.



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En el texto hay: romance, badboy, toxiclove

Editado: 27.08.2019

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