Yours Decisions

Capitulo#11

No recupere mi brazalete, no volvió a hablar con Christian y decidí que no iría a la fiesta de Halloween, luego de pedirle disculpas a Dusty (El chico que me dio el volante) volví a tener una vida tranquila.

Pero no podía jugar con el destino. Cada vez que ingresaba al salón de literatura sentía su mirada penetrando cada parte de mi cuerpo, era como si justo en ese momento mi vida se pusiera en cámara lenta cada vez que nos mirábamos.

Todos los días iba a la cafetería, pagaba por un café o un pie de limón y se iba renegando por mi mala atención, por la residencia no volvió a aparecerse y Kara ha tomado una actitud diferente. Esta más gruñona que siempre.

Desde aquel incidente decidí pagar por un cerrajero y cambiar la cerradura y la llave, le di una nueva a Kara y ella estaba conforme con lo que hiciera. Fui con Rusty y le pedí que me consiguiese un teléfono, un poco mejor que el de tapita que tenía, con dinero de la cafetería pude pagarlo cómodamente, ahora tengo un nuevo teléfono y puedo reactivar mis redes sociales.

En cuanto mi relación familiar, papá llego al siguiente día con un par de flores y se disculpó por la mala platica, pero yo estaba devastada y rota, entonces me abrace a él con muchas fuerza mientras lloraba desconsoladamente, no me pidió explicación, solo me consoló lo suficiente hasta que me quede dormida. Cuando desperté dejo una nota donde decía; No importa lo que haya pasado, papi siempre estará aquí para apoyarte, te amo.

Desde entonces mi vida se volvió rutinaria, era lo mismo cada día. Pero hoy, hoy cuando desperté sentí que el tiempo iba más lento y estas dos semanas solo pasaron en cámara rápida para que yo pudiese llegar hasta aquí y disfrutar de este momento, sabía que hoy iba a ser diferente mi corazón me lo anunciaba por el exceso de ritmo cardiaco que tenía.

-Apestas – me dice Kara mientras se repasa el cepillo del rímel por sus espesas pestañas que ya estaban bastante largas y negras, e incluso tienen un poco de grumo por el exceso de rímel.

Es horrible tener que compartir una habitación sin un poco de comodidad, aunque Kara trabaje ella no se da tantos lujos, pero creo que si necesitamos un espejo un poco más grande que el trizado que lleva Kara en el bolsillo.

-¿Ya te vas? Son siete y treinta. – le digo mientras me quito la sudadera y me quedo en una blusa de tirante.

-No solo tú tienes un proyecto que presentar, además hay un imbécil que no coopero con el grupo, hare que su nariz escurra salsa de tomate. – Me sonríe y se cuelga su cartera – Nos vemos.

-Adiós. – tomo mi toalla y mi kit de aseo personal, salgo de la habitación y camino hacia las duchas.

Me he acostumbrado a esto: A verme frente a frente con otra chica desnuda y no sentir tanta vergüenza, aunque siempre le dé la espalda a todas, siempre busco la ducha más lejana para tener aunque sea un poco de privacidad.

Camino sosteniendo mis libros hacia la última clase del día, y una de mis favoritas: Literatura.

Dejo mi carpeta sobre las otras y subo las escaleras, unas cuatro para no quedar tan arriba ni tan abajo, además Christian esta hasta el último.

-Clase del día. – el maestro Leister llega dando una vuelta sobre sus pies y deja su portafolios sobre el escritorio a lado del pilo de carpetas. – Entonces...veré sus fabulosas mentes creativas y...- hace una pausa dejándonos a todos ansiosos. – Y....les daré un cupón de comida gratis por un mes en Starbucks, así que el trabajo que más me impresiones, que atraviese mi corazón – hace una escena dramática – que haga revivir un viejo amor o me recuerdo al desamor, o que me haga amarme más, será la ganadora, cualquiera que me inspire y que me haga decir; Demonios, si que vale la pena, será la ganadora.

El salón ríe y el toma la tiza y empieza con la clase.

-Disculpe – la puerta se abre dejando ver a una chica vestida con tul negro y morado, lleva una diadema de chachos y el cuello ensangrentado – Señor Leister ¿nos permite la entrada?

-Seguro, mientras ellas les explican yo revisare algunas carpetas.

-No se si a algunos ya les avisaron o no, pero para los que no se han enterado; la universidad tiene un tradición que ninguna otra tiene, y se repite para cada festividad, el 14 de febrero, Halloween, navidad. Alguien anónimo deja un dulce o rosa, lo que sea, nosotros el consejo estudiantil de la Universidad de San diego somos como cupidos y entregamos amablemente los recados a ustedes, anónimamente claro. No se decepciones si no les llega nada, esto dura tres días exacto y hacemos lo posible para que todos sean entregados y ningún corazón quede roto.

Me encojo en mi asiento. Oí hablar de esto por parte de Zoe en el café, pero no creí que fuese tan importante como para interrumpir un clase.

Las chicas empiezan a entregar dulces y flores, no hay nada más que eso en aquellas calabazas gigantes.

-Aquí tienes. Que afortunada – me dice mientras sube al otro escalón, frunzo el ceño y miro la pequeña caja con chocolates, le doy la vuelta buscando una nota, pero no hay nada, solo una pegatina fluorescente con un punto rojo en medio.



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En el texto hay: romance, badboy, toxiclove

Editado: 27.08.2019

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