Hay un exceso de ruido.
No, creo que solo es música, pero en una mañana de domingo es realmente irritante. No quiero levantarme, además Kara no volverá hasta mañana, y no tengo deberes, así que no me levantare.
Pero los pasos y la música hacen que mi sueño se esfume y yo abra los ojos, llevo mi mano a mi vientre desnudo, tengo la camisa levantada, me la bajo rápidamente y me estiro en la amplia y cómoda cama.
-No quiero ser aguafiestas por que te ves muy cómoda, pero...son casi las once y necesito que te vayas.
Muevo mi cabeza a todos lados viendo la perfecta habitación. Me quito las sabanas que cubren de mi cintura para abajo, no puedo creer que haya dormido en la habitación de Christian, ese hombre que me dice cosas tan horribles se ha tomado el tiempo y la libertad de dejarme su habitación e irse a dormir a otra habitación e incluso me ha dejado su ropa, aun no puedo creer que él este haciendo todo esto por mi.
-Lamento haberte molestado – le digo mientras el se mantiene en silencio. Me pongo de pie y aliso mi cabello rápidamente.
Recojo mi ropa mojada que se ha quedado dentro de un cesto en una esquina de la habitación. Desde aquí creo que puedo volver caminando a la residencia, claro que hay mucho camino por delante, pero ya he venido por aquí, y es el único camino que conozco.
-Gracias, te devolveré todo mañana.
Abandono la habitación y empiezo a caminar por el pasillo con esta ropa que parece quedarme gigante. Nunca fui extremadamente delgada, mis caderas son un poco grandes y sostienen perfectamente mi pantalón, aun así creo que Christian usa ropa bastante grande, pero a él le queda perfectamente y, viéndolo desde mi punto de vista, es la primera vez en toda mi vida que llevo puesta ropa de hombre.
-¿Debbie? – sus palabras hacen que me detenga - ¡No puede ser! ¿Quién fue? ¿Con quien dormiste, chica?
-Dusty....- me giro y lo miro con una media sonrisa
– No sabia que...eras divertida.
-No,no, es un mal entendido. – le digo – me quede a pasar la noche, había mucha lluvia.
-Aja, si. – me dice pícaro, en su brazo cuelga un casco, lo que es genial ya que pude sacarme de aquí.
-¿Tienes una moto? – Asiente - ¿Te importaría llevarme hasta mi residencia?
-Para nada, vamos y me cuentas como fue que paso, por cierto no te vi en la fiesta...
Le agradezco a Dusty por haberme dado el aventón, aun estoy algo contorsionada por donde he pasado la noche, aun no puedo creer que me haya acostado en la cama de Christian, definitivamente he ido un poco más lejos.
-Hasta que llegas. – abro los ojos al ver a Lance sentado en las escaleras, tiene una maraña en su cabeza y las ojeras adornan su rostro, tiene los labios secos y sus ojos se ven bastante cansados – No quería quedarme en tu habitación, así que baje, fui a buscarte y cuando te encontré, estabas abrazada al sujeto que me rompió la cara. Deborah, de verdad no entiendo. – el se pone de pie y se acerca a mi – en serio que no lo entiendo, me llamas porque dices que te sientes sola, que me extrañas, conduzco dos horas hasta aquí, para que me dejes solo en medio de la noche y luego te largas con ese degenerado grosero. Y lo peor, es que estas durmiendo con él, tanta es su buena relación que incluso te ha dejado su ropa.
-No es así, Lance. Sabes perfectamente que me pongo muy nerviosa con los truenos y relámpagos, él solo me ayudo.
-¿Llevándote a su cama?
-Lance, no digas esas cosas, estaba asustada y su residencia estaba más cerca, ni siquiera ha dormido en la misma habitación.
-Eres tan inocente que te crees todo, y luego apareces en una motoneta con otro sujeto. ¿Cuándo amigos has hechos, Debbie?
-Oye, lo siento muchísimo, fue el momento que no me dejo pensar en que te había dejado tirado en mi habitación, pero sabes, pudiste haberme llamado cuando me viste con Christian. Y lo siento si estoy haciendo amigos, no sabia que lo tenia prohibido. - me aferro a la bolsa que tiene mi ropa mojada.
-Vuélvete a casa conmigo, Debb. – me dice mientras sujeta mis manos – por favor, vuelve a L.A conmigo y espera al próximo semestre. Recoge toda tus cosas, y vamos a casa, Debbie.
-Necesito terminar este semestre, te prometo que antes de las fiestas de navidad, volveré a casa y estaremos bien.
-Se necesita solo un día para cambiar. Dentro de dos meses tu puedes cambiar de opinión y dejarte llevar por la mala influencia con las que te estas juntado, estas cambiando el ritmo de tu vida, Debbie. Y te aseguro que la próxima que vez que venga, te veré abrazada a ese imbécil, sonriendo y siendo ''feliz''
-Tu no sabes lo que quiero o como llevo mi vida aquí.
-Pero si me lo estas demostrando ahora, llegas como cualquiera vistiendo ropa de hombre. Esta no eres tú, ese tipo te esta cambiando, Debbie, y tu no te das cuenta de eso.
-¿Yo cambiando? Tu estas siendo igual que mi madre, estas hablando igual que ella en estos momentos, se supone que eres mi mejor amigo, que debes apoyarme no estar en mi contra.
-Yo estoy de lado de la verdad y de lo conveniente para ti. ¿Qué clase de amigo deja que su mejor amiga se largue a dormir con un tipo tatuado, pandillero y grosero? Te romperá en mil pedazos, Debbie, y yo no se si estaré aquí para recoger esos trozos, tal vez para ese tiempo ya sea demasiado tarde.
-Entonces vete, no necesito que estés aquí para recoger mis pedazos, yo puedo hacerlo sola, siempre lo he hecho sola, no te hagas el héroe ahora. Estas dejando que mi madre arruine tu vida, no dejes que haga eso, disfruta mientras pueda el colegio, ese tiempo no se regresa.
Los años del colegio fueron los peores de mi vida, ella siempre estuvo metida en todo, me recogía y dejaba en el colegio, no se como hacia para coordinar el tiempo en casa, trabajo irme a recoger y dejarme, cada que pasaba por la puerta del instituto todos reían a mis espaldas y hacían bromas sobre que era una hija de mami, odie cada día que ella me fuese a dejar y no me dejara tomar el auto bus o ir en bicicleta.