A dos dias de accion de gracias las personas empiezan a salir de San Diego, algunos estudiantes tienen que tomar vuelos de larga distancia, mientras lo que no tenemos familia muy lejanas nos quedamos a completar las clases.
Hoy es el cumpleaños de Kyle, y como todos, haran una super fiesta en casa de sus padres, lo que signfiica que debo ir por un regalo despues del trabajo.
Estas semanas han sido como un bucle, por un momento crei que estaba viviendo el mismo día, pero no, resulta que he vuelto mi vida una rutina que no cambia para nada, antes de que Christian dejara de hablarme, todo era diferente, mas entretenido y más cansado, pero me mantenia viva, ahora es; Universidad, trabajo, tareas. Universidad, trabajo y tareas. Hago más actividad fisicia y la comida empieza a ostigarme, comer casi lo mismo diariamente esta aburriendome, quisiera poder cocinar algo y darme el gusto de una comida casera.
Despues de lo de Christian ya nada volvio a ser igual, por más que lo intente, y lo intente para que hablase conmigo, fue inutil, siempre que me acercaba el me ignoraba y se iba. Jared dijo que lo dejara estar, que cuando menos me diese cuenta el iba a estar rodandome y fastidiandome como siempre lo hace. Pero he esperado tanto y el no ha vuelto a fastidiarme, entonces decidi que no insistiria más.
-¡Hasta mañana! – me despido y abandono la cafeteria, abro la puerta y avanzo chocando contra un hombre – Disculpe.
-Descuide señorita. – paso rapidamente en busca de mi uber que me llevara al centro comercial para buscar mi regalo y luego debo ir con la hermosa de Dusty para hacerme un corte de cabello.
Con mi regalo en mano y sentanda en la silla del salon de belleza de la herma de Dusty estoy ansiosa por cortarme el cabello. No lo habia hecho desde que tenia trece, cinco años exacto que no me he cortado el cabello.
-Bien, guapa. Te tengo una propuesta. – la miro atra ves del espejo. La herma de Dusty es guapisima, lleva trenzas africanas de color gris hasta final de la espalda. – Aquí solemos tener muchas clientas de todos los lugares, y como sabes a nostras las mujeres de piel negra nos gusta, nos facina tener este tipo de trenzas – me muestra las suyas – Pero nos gusta más cuando es cabello natural y perfectamente cuidado como el tuyo, tienes un cabello fenomenal, bellizimo y muy bien cuidado, y según como me habeis dicho que quieres que te lo corte, te ofrezco 100 dolares por el cabello que te vas a cortar, te lo cepillare y rizare luego completamente gratis, todo por Dusty, me ha exigido que te el mejor trato.
Ella me sonrie a traves del espejo con sus manos puesta en mis hombros esperando una respuesta, no crei que hicieran este tipo de cosas en las peluquerias, pero supongo que no en todas es igual que en esta.
-Esta bien, y no tienes que pagarme por mi cabello.
-No soy yo quien te pagara. Mi jefa a insistito que en yo te insista de dejarnos comprar tu cabello. ¿Entonces, es un si o un no?
-Esta bien, pero prometeme que para la proxima dejaras que pague la cuenta.
-Prometido. ¿entonces hasta la mitad de la espalda? ¿O cuatro dedos más debajo de tu brasier? – hago una mueca - ¿Recomendación? – asiento – mitad de la espalda y despuntado.
-Entonces los dejo en tu mano, Sarah, muchisimas gracias, confio en ti.
-Estas en las mejores manos – dice una mujer robusta de piel morena que pasa por detrás de nosotros – tienes un cabello precioso, supongo que debe pesar mucho.
-Si, por eso necesito disminuirlo un poco.
-Bien, te traeremos un jugo mientras Sarah hace su magia.
Son casi las siete y puedo oler las cremas y otros productos que tienen un olor agradable, puedo ver el humo salir de la rizadora, siendo mi cabello más ligero y muy, muy corto, pero supongo que es por que esta encogido y/o rizado.
-Y…listo – ella termina de darle forma a mi ultima onda y gira mi silla para que me vea al espejo. Hace mucho que no me rizaba el cabello, mi rizadora se estropeo y no pude comprar otra y tuve que dejar mi cabello liso por mucho tiempo. Siempre me gustaba rizarme las puntas para que no se viera todo recto, espeso y lasio.
-Se ve fabuloso, muchas gracias Dalia. – me pongo de pie y le doy un corto abrazo – Eres fabulosa.
-Lo se chica, saluda a Dusty.
Tuve que pedir otro uber para que me regrese a la residencia, Kara estaba volviendome loca diciendo que llegariamos tarde ya que Pete vendria por nosotros para ir a casa de Kyle y disfrutar de su cumpleaños numero 23.
A veces siento que soy la más pequeña del grupo, y lo soy por que solo tengo dieciocho, Kara 21, Kyle 23, Pete 22 y Christian 21. Supongo que por eso Kyle me llama: Bebé.
-¡DEMONIOS, CHICA! – Chilla Kara cuando ingreso a la habitacion - ¡Woow, te ves preciosa!
-Bueno, tu te ves sexy.- Y era cierto, llevaba un vestido negro muy ajustado con muchos brillos y escote en forma de corazon, lleva medias de regilla negra y botas de cuero con un tacon alto. Se ha hecho un maquillaje profesional incluso se ha puesto pestañas enteras.
-¿!Que esperas, cambiate! – asiento rapidamente mientras me muevo por mi habitacion y busco un vestido comodo para ir a la fiesta de Kyle. - ¿te pondras eso? ¿Vas a misa o algo?
-¿Qué? – miro el vestido – Es bonito, y muy comodo. – ella me mira decepcionada.
-Tu compraste mucha ropa y no te la has puesto, tu papá tiene buenos gustos, mira. No necesitas un vestido o algo así. – ella me hace a un lado y empieza a rebuscar en mis cajones y en el armario que compartimos. – Botas, definitivamente los tacones de punta pasaron de moda. – ella deja otro par de botas con un tacon más pequeño cerca de mis pies. – Aquí esta, y…¿Por qué tienes tanta camisa cortas basica? son un desperdicio