El tiempo se acaba. Pronto llegaría el momento de partir de este lugar y aún no he tomado una decisión.
Perdí la cabeza esa noche, entre la excitación y la tensión de los besos, bajo el roce de sus manos en mi piel, mi mente viajo al espacio sin soltar su mano, y allí estuvimos atravesando las cálidas estrellas mientras nos acurrucábamos en su cama, que ahora se había vuelto tan mía como suya.
Pero no todo es brillante y color de rosa.
Por mi cabeza aun pasa una forma de liberarme de todo esto, de la presión social, de las garras de mi madre, del miedo y la soledad que alguna vez de cierta forma me lastimo.
-¡Debbie, te necesito despierta! – Alarida Kyle mientras sus dedos chasquean frente a mis ojos – Llegara el vestuario y la comida, te necesito para que os recibáis a ambos.
-¿Vestuario? – troto detrás de él.
-Sí. Es una fiesta semi formal. – las palabras quedan en el aire mientras se aleja hacia la cocina.
Estoy sin aliento y consternada. ¿Por qué todos esperan a última hora para hacer cambios de planes?
Estoy muy segura que no todos usaremos ropa formal, y que Christian será el primero en mandarnos a volar a todos con la formalidad del vestuario. Sé que llegara con su cazadora negra de cuero, jeans negros, zapatos negro y todo lo negro que tenga en su armario.
-Buenas tardes. ¿Deborah King? - miro al hombre en el umbral que sostiene una tableta, lleva camisa polo verde con un sello en ella. - ¿Deborah King?
-Sí. ¿En qué puedo ayudarle?
-Unión vinícola y cervecería internacional. Tenemos un pedido grande, solo tiene que firmar y decirnos donde colorar las bebidas.
-¡KYLE!
Por fin después de varias horas puedo sentarme un segundo. Con todo el cargamento de cerveza y demás bebidas que desconozco de nombre, aunque Jared y Kyle están impresionado y satisfecho por el exceso de alcohol para esta noche.
-Arriba, bebé. El vestuario llego – hago morros y el tira de mis manos haciéndome poner de pie.
Subimos hasta la habitación, casi arrastrando los pies y con un pésimo dolor de espalda que está matándome. Kyle abre la puerta de la habitación de sus padres dejando ver los percheros con vestidos y trajes que hay, incluso hay una chica allí ordenando todo.
-Pruébate todos los que quieras, el de Kara ha sido enviado ya, como regalo de Jared para engañarla. Ella también hace peinado y maquillaje, también hay zapatos. – se gira hacia para abandonar la habitación – Ah. Y los vestidos usados se los queda el portador. – me guiña un ojo y cierra la puerta.
-¿Entonces? ¿Eres un M, verdad?
-¿No sería mejor un pantalón?
-No tenemos de esos, pero puedo enviar a pedir uno.
-No, no. Me probaré los vestidos, no es para tanto.
Me miro al espejo de cuerpo entero aliso un poco el vestido de tela fresca con escote Foster, tiene tiras finas y me llega hasta el muslo, nunca antes había usado vestidos más arriba de la rodilla, y aunque me guste como me queda, no me siento muy cómoda y tengo miedo de enseñar más arriba del dobladillo.
-Con este vestido se llevan tenis blanco. Y con ese fabuloso cabello, puedes ondularlo o dejarlo suelto con un maquillaje fresco.
Tiene razón. Pero todos los otros vestidos son demasiado, y este me pareció el más sencillo y cómodo con el que puedo moverme, y mejor aún si tiene tenis, odio los tacones aunque sepa andar con ellos, son muy incómodo y mis pies terminan con ampollas o adoloridos.
-Hay un rojo con mangas en los hombros, pero ese se lleva con tacones de punta. – asiento sin dejar de mirarme al espejo.
Pero es que no me lo puedo creer, me veo tan diferente y simple, quiero llevarlo puesto, pero no quiero sentirme incomoda o estar tirando del dobladillo cada vez que sienta que se me ven las bragas.
-Sabía que ese era perfecto. – Me giro poco convencida hacia Kyle - ¿Qué es lo que te molesta de este vestido?
-No lo sé. – Vuelvo al espejo – Nunca antes me había vestido de esta forma, además tengo mucho frio en la espalda ¿y si se me ven las bragas? – chillo en la última oración.
-Eso no va pasar, bebé. – me abraza por detrás dejando sus manos en mi vientre – Te ves hermosa. Si te preocupas por eso, entonces no vas a disfrutar la genial fiesta que habéis organizado.
-Christian no se pondrá un traje, o una camisa de mangas largas, sabes que no lo hará.
-Ya sé, dejémoslo que se vista como le plazca, mientras que tu disfruta, te ves hermosa. No te agites, todo irá bien. Tenemos menos de dos horas, ya ha llamado Jared y le ha dicho a Kara que la llevara a cenar a un restaurant, cuando estén todos llamare para que traigan a Kara.
-Si, todo perfecto. – Camino descalza hacia mi teléfono y reviso los mensajes y llamadas – Kyle. ¿Y Christian? ¿No te ha llamado?
-No, pero avísame si cambia algo.
Me saco una foto en el espejo y la guardo. Miro por la ventana, ha oscurecido y la casa retumba por el sonido de la música, no sé si ya han llegado personas, pero imagino que sí. Todos han venido a cambiarse, menos Jared y Kara, por supuesto.