Yours Decisions

Capitulo#20

El silencio del avión fomentaba preguntas en mi cabeza, y alguna de ellas no podía responder.

¿Quién es esta Debbie?
¿Me gusta esta versión de mí?
¿Y si el avión se cae?
¿Y si tenemos algún accidente?

Y la pregunta más importante que no dejaba de pasearse frente a mis narices era: ¿Por qué estoy aquí?

Si a la Debbie de hace cuatro meses le hubieran ofrecido esto, probablemente no habría aceptado, no de hecho hubiera carcajeado tomándomelo como una buena broma y hubiera dicho que no rigiéndome a lo que mi madre probablemente me diría y/o castigaría.

Pero esta nueva versión de mí, es aceptable, y aun estoy acostumbrándome. Así como poco a poco mi corazón acepta a Christian, acepta que ahora tenga su cabeza recostada en mi hombro con la boca ligeramente abierta soltando suspiros cada dos por tres, mientras que sus dedos se deslizan suavemente entre los míos.

Un vuelo de 10 horas que me mantiene despierta por si tenemos alguna emergencia, nunca me gustaron los aviones, pero aquí estoy sumergida en un asiento que me resulta incómodo con mi hombro un poco adolorido y la calidez de una mano cubriendo él frío de mi nerviosismo.

¿A qué vamos? ¿O con quien vamos? No lo sé, me he dejado llevar por el engaño de este hombre que irrumpió en mi habitación, convenciéndome apunta de besos, porque lo hace como nadie más lo sabe hacer, porque es un sentimiento tan profundo que enviste en mi ser cada vez que lo hace, y no puedo evitarlo.

-Señorita abróchese el cinturón y apagase su móvil, aterrizaremos en breve. – asiento hacia la azafata.

No quería despertar a Christian, me gustaba la imagen que tengo ahora de él, de un Christian tranquilo y querido. Y al final de todo he dormido como dos horas, justo cuando mi cuello y hombro pedían clemencia.

-Christian. – Musito sobre su cabeza – Christian ya vamos a aterrizar, tienes que abrocharte el cinturón. 

Se remueve en el asiento, levanta un poco la cabeza apartando sus dedos de los míos, busca el cinturón a ciegas y se lo abrocha algo molesto, vuelve a recostar su cabeza y a buscar mi mano, yo no puedo evitar sonreír ante aquello.

-Estos asientos son malditamente incomodos – dice con su voz ronca – O tu ere la incómoda. – se remueve recostando la cabeza en el asiento.

-¿Vienes a visitar a alguien, Christian?

-Si.

-¿Familia?

-Si.

-¿Y por qué me has traído?

-Si. – Me mira con una sonrisa burlona – Solo cállate. ¿Tienes que hacer tantas preguntas?

-Sí, de hecho sí. Porque estoy en un país extranjero con un chico al que apenas conozco, y no sé si al bajar de este avión vaya a llevarme a algún lugar para matarme – se inclina hacia mí.

-Créeme, King, voy a matarte, de todas las formas posibles, sin necesidad de usar un arma.

Me mantengo mirando su perfil por unos segundos intentando que mi cerebro reaccione ante aquellas palabras que ha colgado en mi cabeza, me estoy convirtiendo en una pizarra llena de sus palabras, besos, caricias, libros, y cada una de esas cosas las ha colgado él en mí.

Arrastro mi maleta mientras miro con cuidado cada parte del aeropuerto, no es diferente al de Los Ángeles. Nos subimos a las escaleras eléctricas que descienden mientras que Christian va dos escalones más abajo, mirándome cada un segundo asegurándome que le siga el paso.

-Mierda. – se gira y me mira. Nos bajamos de las escaleras viendo a toda esa pila de gente con carteles esperando a sus familia, y si, uno de ellos tenía el apellido de Christian. - ¿Qué haces aquí? Son las cinco de la mañana.

-Eso no impidió que tu madre haya salido de la cama para decirme que viniese a recogerte. – Christian bufa - ¿No me presentas?

-No. – le dice al sujeto y me mira –andando y no digas nada.

Empiezo a caminar suavemente mientras que el hombre que nos ha recibido camina a su lado. ¿Sera su padre? Por qué ha mencionado a su madre, tal vez podría ser el mismo hombre con él que he hablado antes, pero este tiene acepto inglés, y no estoy muy segura que su voz sea la misma que he escuchado por el teléfono.

Afuera un auto color vino nos está esperando. Christian toma mi mochila y la mete en la parte de atrás mientras que el hombre me abre la puerta trasera y yo me subo susurrando un; Gracias.

Miro a Christian que se sube de inmediato esperando que me dé una respuesta, pero no lo hace, a cambio se pone a textear rápidamente como si de aquello dependiese respirar. Decidido bajar la ventana para ver la madrugada en Irlanda y conocer un poco a donde me ha traído Christian.

La casa en la que el auto ingresa es parcialmente grande, tiene un bonito jardín delantero y hay un hombre podando el césped. Christian levanta la mirada y suspira algo pesado, me bajo del auto arreglando mi vestido y mi cabello, tomo mi mochila y empiezo a caminar hacia la puerta.

-¡No pude ser, mi bebé está aquí! – ella baja los dos escalones y se detiene y me mira - ¡Y tiene novia! – se lanza a los brazos de Christian – Hola, te amo, te extrañe muchísimo.



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En el texto hay: romance, badboy, toxiclove

Editado: 27.08.2019

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