Yours Decisions

Capitulo#25

-¡Todo el mundo al suelo! – grita un hombre enmascarado apuntándonos a todos.

Mi grupo de amigo se lanza al suelo de la sala de estar con las manos en la cabeza y los ojos cerrados. Puedo escuchar mi corazón latir y los sollozos ahogados de Kara.

-Christian – canturrea el hombre que nos apunta – Chris, Chris, Chris…- veo como sus pies empiezan a subir las escaleras despacio.

-Debbie, quédate abajo. – me dice Jared. Pero mi corazón mueve a mis piernas haciéndome poner de pie rápidamente mientras corro escalera arriba y antes de llegar a la puerta, escucho el disparo. Mi cuerpo se sobresalta y caigo de rodillas al suelo ahogando un grito, el hombre sale inmediatamente con la camisa manchada de sangre, se ríe ante mí y luego dispara.

No sentí dolor, solo un simple vacío y un pitido en mis oídos, sentía que caía y caía profundamente sin tocar fondo, pero sigo dormida, no puedo abrir los ojos, es como si los tuviese pegado.

-¿Deborah? – siento mi mano caliente y como mi cuerpo se vuelve pesado, la velocidad aumenta y justo cuando toco el suelo, mi cuerpo da un brinco excepcional haciendo que el sueño se me quite por completo y dejando residuos de miedo y agitación - ¿Qué ha pasado?

Giro mi rostro hacia Kyle que está sentando a mi lado sujetando mi mano; ese es el calor que sentía en mi sueño.

-¿Qué paso? – Me siento de golpe desesperada – ¿Están todos bien? ¿Paso algo malo? – pregunto.

-Christian me marco a mi número, dijo que te llevase hasta su habitación – habla bajito  - Le dije que no molestara, que todos debíamos descansar para la ceremonia en memoria de los once que fallecieron, pero no para de llamar y de insistirme.

-Está bien, ha sido una semana difícil para todos – me bajo de la cama y me espiro un poco - ¿Y Leah?

-Abajo durmiendo con Ned, no quiero que se despierte. – asiento y el me sigue. Me froto el rostro y miro a Kyle - ¿Vas a dormir con él?

-De otra forma no dejara dormir a nadie, ve a descansar – le doy un beso en la mejilla e ingreso a la habitación de Christian - ¿Qué haces? – pregunto sorprendía al verlo sentado recostando la espalda en su cabecera leyendo un libro.

-Esperando. – Responde sin apartar la mirada del libro, pero para mi sorpresa lo cierra con una sola mano y me mira – No sabes que es de mala educación interrumpir la lectura de otros. A diferencia de ti, no todos nos metemos tantos en la historia.

-¿Y me lo dices tú? – pregunto irónica y camino hacia el otro lado de la cama. Le quito el libro y lo dejo en el suelo, el se recuesta y apaga la luz dándome un pinchazo por el exceso de oscuridad.

Entrelazo mis manos sobre mi pecho y cierro los ojos obligándome a dormir, pero Christian se mueve irrumpiendo en mi concentración para conciliar el sueño y descansar de una vez.

-Acércate – suspiro y me acerco un poco a su cuerpo, siento como mete su brazo por debajo de mi cuello posando su mano en mi hombro – Huele a vainilla. – su nariz esta sobre mi cabello – Odio el dulce, pero en ti lo hace menos empalagoso.

-Que romántico – digo sarcásticamente. Giro un poco mi cabeza. <<Grave error>>

Su frente choca con la mía y siento el suspiro sobre mis labios, levanto mi mano derecha entrelazando nuestras manos, y bajo la poca luz que ingresa por las puertas del balcón, puedo ver y sentir sus ojos clavados en los míos.

-¿Qué pasa? – me pregunta sutil.

-Me basta con solo mirarte para saber que contigo voy a romperme en mil pedazos, y luego sé que tú mismo vas a repararme, aunque te lleve años.

-Si sabes que voy a romperte. ¿Por qué estás aquí conmigo, alborotando mi desahuciado corazón?

-Mhhmmm….no tengo nada mejor que hacer ahora. – sonrió ampliamente, y él lo hace expulsando aire por la nariz – Creo que tengo tiempo de romperme y repararme. – suelto un suspiro y con su otra mano hace que eleve más mi mentón alcanzando sus labios para besarme delicadamente. – No – me aparto y miro hacia el techo parpadeando por la picazón que tengo en los ojos, no quiero llorar, no ahora.

-‘’No hagas esto porque sabes que no durara, que el haber recibido una bala por mí no te hará cambiar, no soy tu juguete Christian’’ – lo miro entre la oscuridad – Es lo que quieres decirme pero solo lo dejas flotando en tu mente. ¿Verdad?

-Tú eres mi héroe, pero los héroes no lastiman a sus admiradores, y ya sé que te dije que vas a romperme y restaurarme, pero…..no quiero estar besándome ahora contigo, y que por la mañana me humilles y me trates mal, quiero que seas tú mismo con todos tus amigos. Porque eres uno cuando estamos los dos solos, pero cuando hay más personas, eres cruel.

-Se libera mi bestia interior. Rawww…- aquello me hace carcajear y recostar mi cabeza en su hombro – Relata algo con lo que te dije.

-¿Quieres que te cuente un cuento? – me tomo unos segundos y luego aclaro mi garganta. – Había una vez.

-Ya lo odio.

-Oye. – Le doy un sutil golpe – Un joven que se paseaba con un libro cada mañana, vistiendo ropa de color negro como si marchase hacia un funeral. Pero en realidad, dirige a visitar a su amada madre que vive cruzando el prado, y mientras se dirige a su meta final, por el camino va dejando una hilera de corazones rotos, porque el señor Leister no es digno de ninguna de las doncellas que vive a los alrededores de su humilde morada….



#145 en Joven Adulto
#2612 en Novela romántica

En el texto hay: romance, badboy, toxiclove

Editado: 27.08.2019

Añadir a la biblioteca


Reportar




Uso de Cookies
Con el fin de proporcionar una mejor experiencia de usuario, recopilamos y utilizamos cookies. Si continúa navegando por nuestro sitio web, acepta la recopilación y el uso de cookies.