Yours Decisions

Capitulo#35

Peach ha decidido echarse dos horas de maquillaje, tras media hora de levantarse tarde, y eso nos sumó veinticinco minutos de retrasos, por lo que tuvimos que correr antes de que cerraran el vuelo. Y lo peor no fue aquello, solo teníamos dos asientos juntos y los otros dos estaban dispersados, por lo que Christian exigió los dos asientos para nosotros, mientras que mis primos tuvieron que tomar lugares lejanos.

-Nunca en mi vida me había humillado así. – se queja Christian con la respiración agitada mientras busca con suma molestia el cinturón de seguridad. Tira con fuerza del cinturón para que salga de debajo de su cuerpo.

-¡AU!. – me quejo frotándome el brazo que me ha golpeado con su codo. – Quieres calmarte…- ruedo los ojos y miro por la ventana. Saco el mp3 que me regalo Lion, desenredo los auriculares y me coloco uno que es arrancado instantáneamente por Christian.

-¿De dónde sacaste eso?

-Me lo regalaron.

-¿Quién? – lo miro fijamente reteniendo el ligero enojo que me está haciendo sentir. - ¿Fue el marica de Lion?

-No te refieras así hacia las personas, te hará quedar como una persona descortés y repugnante. – miro por la ventana.

-No te parecía repugnante anoche cuando estas sobre mí – abro los ojos y lo miro sintiendo como mis mejillas se calienta por el tono alto que ha usado, el señor de la otra fila nos ha mirada, tanto que se tomó el tiempo de inclinarse sobre su asiento para mirarnos. Christian se inclina sorpresivamente y me besa corta y lentamente – Creí que no escuchabas música.

-¿Crees que ese beso te salvara? – Se encoge de hombros y me quita el mp3- no lo destruyas es todo lo que tengo. – su ceño se frunce mientras me mira.

-¿Es muy importante? – me pregunta. Y su tono de voz se ha vuelto sombrío y muy ronco.

-No más que tú, es un objeto, lo aprecio mucho, estoy conociendo nuevas músicas, las únicas que conozco son las clásicas, tuve aprendérmelas para darle vida y fuerza en el violín. Es especial, es la primera vez que tengo uno de estos con canciones que no he escuchado. – nuestras miradas se sujetan unos segundos y luego él se colocó un auricular y enciende el mp3, tomo el otro y me lo coloco, el pasa su brazo sobre mis hombros y yo me recuesto con gusto en su hombro.  

Su mano se enreda delicadamente en la mía dándole un ligero apretón, pero luego él la sube y observa mis dedos.

-¿Qué?

-No sabía que tú tenías ese anillo, creí que lo había perdido.

-Literalmente nos comprometimos, estabas ebrio.

-Ahhh…si, lo recuerdo. – el acomoda el anillo en mi dedo y luego obliga a mi mano quedarse en su regazo mientras el tira la cabeza hacia atrás cerrando los ojos junto con un suspiro relajante.

Estamos a punto de aterrizar, tuvimos una buena siesta y todo parece ir perfecto, pero aún nos queda tres horas más de viaje en auto hasta  casa de los abuelos, por lo que el estrés del viaje no ha terminado.

-Necesito ir al baño, no quiero comer pizza, quiero una ensalada de quinua con una botella de agua, me tomara diez minutos cambiarme de ropa. – Peach nos lanza un beso y se dirige con su maleta hacia los baños. Christian y Matt ruedan los ojos y se dejan caer en los asientos de espera mientras revisas sus teléfonos.

Con tranquilidad me siento frente a Christian y saco mi humectante de labios junto con un espejo, me lo repaso varias veces y luego lo guardo esperando a que Peach regrese.

-Iré por el auto y la comida. – Matt se pone de pie y arrastra su mochila consigo. Suspiro y miro a Christian que no me pone ni un poquito de atención.

Abro la boca al ver a Peach con su nuevo atuendo, un short de mezclilla y una blusa fresca sin mangas junto con unas VANS negras y el cabello recogido en una coleta perfectamente peinada.

-¿Y Matt? – Nos pregunta y Christian desvía la mirada para recorrerle todo el cuerpo. – Allí estas, muero de hambre.

-Con lo que comes – le dice Matt  - Tengo el auto y la comida, andando, nos quedan dos horas de viaje en auto.

Christian intenta abrazarme por los hombros, pero yo me aferro rápidamente al brazo de Matt, le sonrío y aceleramos un poco el paso.

Matt le sube a la radio para apaciguar la voz de Peach, quien se queja del mal servicio de Texas, de las horas que debemos pasar en el auto, y de que espera que el lago siga tan intacto como la última vez que ella lo visito. Seguro Christian viene molesto por sentarse con ella en la parte de atrás.

Christian se ha dormido y Peach lleva puesto los cascos mientras baila ligeramente y canta entre susurros. Por  fin hay paz en el auto, pero el tiempo de llegada se aproxima al adentrarnos al camino de piedras que nos lleva hasta la casa de los abuelos.

-No puedo creer que este de vuelta, hay más árboles, eso es bueno. – me asomo por la ventana observando la casa mientras Matt baja la velocidad.

No puedo esperar para bajarme y sentir la brisa fresca de la naturaleza y el olor que desprende los arboles es gratificante, es saber que me encuentro en el mejor lugar del mundo. Mi abuelo es el primero en asomarse al porche con una gran sonrisa, yo no puedo esperar para correr a abrazarlo.

-¡Abuelo! – me aferro a su torso sintiendo ese olor a pipa que lo hace único y reconocible.



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En el texto hay: romance, badboy, toxiclove

Editado: 27.08.2019

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