Despertar semi desnuda abrazada a un hombre es lo que jamás me imagine que haría en la universidad. El plan que había hecho sobre como llevaría mi vida se desmorono desde el primer momento que cruce la puerta de mi habitación.
Conocer a Kara y a todos sus amigos fue un cambio impactante, pero supongo que así debía ser. Si la yo del primer día me viera como estoy justo ahora me diría cosas como: ¿En serio? ¿Vas a dejar todo por ese…chico? Probablemente entre otras cosas.
-¡Arriba, la abuela no sabe que estáis durmiendo juntos! – creo que no había problemas en que Matt gritara, pues los abuelos usan un aparato en su oído y a esta hora no están despiertos.
Christian duerme aun mientras yo apoyo mis manos sobre su pecho y mi mentón en las mismas para observarlo con una ligera sonrisa.
-Puedes tomar una foto. – su voz ha sido arrastrada y exageradamente grave dándome un nuevo sonido deleitante a mi vida.
-¿Puedo, en serio?
-Te durara más que mirarme. – me pongo de pie rápidamente y me paso su camisa rápidamente, y unos short de Peach que estaban por allí tirados. Abro la puerta y desciendo rápidamente las escaleras, abro la puerta del pequeño armario bajo la escalera que tiene nuestras maletas de viaje y en la parte de arriba la caja con una vieja instantánea de los abuelos, solo espero que tenga un cartucho.
-¡Si!. – hay un rollo más en la caja, la cambio rápidamente y la enciendo para ver si aún funciona. - ¡Gracias! – cierro la puerta y subo rápidamente las escaleras pasando de Matt, cierro con pestillo y camino hacia la cama poniéndome a horcajadas sobre Christian, apunto hacia abajo y el pasa su brazo sobre sus ojos. – Dijiste que podía tomarte una foto.
-¿No tienes un teléfono? Específicamente tuviste que buscar una…- me mira. - ¿Cámara de los 80’s?
-La vi cuando guarde mi mochila, siempre quise tener una colección de estas. – Sonrió y vuelvo a apuntarlo, esta vez disparo y luego del raro sonido sale la primera foto. – Sonrió para mí.
-No.
-¡Christian! – hago un puchero y logro arrancarle una ligera sonrisa, disparo y el me sujeta por la cintura dándome la vuelta quedando el sobre mí, me quita la cámara y me mira desafiante. - ¿Qué?
-Sonríe para mí. – intento empujarlo para que no me fotografíe, pero el flash se dispara y la foto sale. Se recuesta a mi lado y deja la cámara sobre mi vientre, la sujeto en lo alto y él pega su frente con la mía mientras sonrió y tomo la foto.
-¡DEBBIE, TELEFONO! – Alarida Peach desde abajo. Dejo la cámara sobre mi mesa de noche y me siento rápidamente.
-¿Y esto? – miro a Christian quien sujeta dos fotos. – Son las del lago.
-Peach las imprimió en una cajita extraña, una es tuya, olvide dártelas.
Tomo el teléfono que Peach ha dejado sobre la encimera, me lo llevo a la oreja esperando escuchar algo.
-…! Es una estúpida! ¿!Como es que…! ¡Mierda y más mierda! – escucho gritar a Cole del otro lado.
-¿Cole? ¿Qué ocurre?
-¿Deborah? – Es la voz de papá
-¿Si? ¿Qué pasa?
-El vuelo sale mañana a las once de la mañana. Ve directamente a casa de tu madre, te veré por la noche. – Suelto un suspiro preocupante – Nos vemos…
-No, que…- escucho el tono y dejo el teléfono en su lugar – Algo está mal.
-¿Con que? – pregunta Peach mientras se cómo una fresa.
-Con mi familia.
Todos nos hemos reunidos a desayunar con la radio encendida de fondo, pero el pan tostado no me da mucha ganas, ni el juego, ni nada.
-Me voy. – Todos detienen su deleite en la mesa – Tengo que volver a Los Ángeles, mi madre saldrá de la ciudad y debo quedarme a cuidar la casa.
-Mierda. No puedes irte, no se han completados las actividades del verano.
-Y cómo van a realizar las actividades de verano si pasan metidos en el lago. ¿Es muy importante que vayas? Existen este…tipo de alarmas para las casa.
-No es solo por la casa. – Miro a Christian – Tengo un compromiso, Lance se gradúa y…necesita que este allí, soy su mejor amiga.
-Conocemos ese rollo, ustedes eran inseparable, al menos por su parte. – Peach bebe de su vaso y miro a la abuela. - ¿volveremos el otro año? Y….¿por qué mejor no pasamos las fiestas de navidad, aquí? Digo…ustedes tienen un montón de amigos, y las habitaciones sobran, será una locura tener casa llena, y los regalos…wooww.
-Sí, yo….no contaría mucho con eso. – Le digo – Pero es una posibilidad. Lo siento, tenía planeando quedarme todo el verano, en serio, pero los problemas nunca faltan.
-Tomarse un respiro está bien mi cielo. La vida no es vida sin problemas. – me apunta con el tenedor. – Christian, gracias por ese vino, el mejor que he probado en estos tiempo. Cuando vuelva, quiero encargarte dos botellas.
-Las tendrá antes de lo que imagina. –Responde Christian y me mira - ¿Verdad?