Yours Decisions

Capitulo#39

No puede pegar el ojo después de aquello.

A las seis de la mañana ya estaba preparando el desayuno. Incluso eh invitado a Lance antes de la ceremonia de graduación, y por la noche el baile.

El baile….el baile al que nunca asistí.

Borro ese recuerdo mientras sirvo el desayuno. Jugo fresco y recién hecho para mí y café cargado para Christian, me acerco a la radio que tiene mi madre en la cocina y la enciendo buscando alguna buena emisora.

-Qué bueno se ve el desayuno. – Me pongo recta y me giro – No, no, sigue haciendo lo tuyo yo disfruto. – me acerco sonriente y lo abrazo, me sorprende que no esté nada molesto. Me besa mientras su mano se desliza hacia mis glúteos quedándose allí.

-Es la graduación de Lance. ¿No te molesta que le vayamos a darle un obsequio?

-Sí, pero eso no te detendrá ¿verdad?

-Bien, entonces conocerás mi antiguo colegio, bueno el ultimo.

-¿El ultimo? – pregunta mientras me siento a comer junto con él.

-Si, estuve en dos colegios diferentes. La escuela la estudie en una institución religiosa, falda hasta los tobillos. Los primeros años del colegio fue en uno de monja y los de bachillerato, esos fueron peleados, pero finalmente la madre de Lance convenció a mamá de que me enviase a un colegio semi privado.

-¿Junto con ese tonto? – asiento. - ¿Por qué en una de las fotos tenías corte de hombre? – frunzo el ceño

-¿Qué?

-Hay un álbum, dice que es de la escuela pero no apareces en  ninguna foto, solo en la última y llevas un corte de cabello masculino. Lo primero que pensé es que tenía piojos o algo, y si no fue así entonces fue por un chicle. – sonrío. - ¿Qué fue?

-Fue por un chicle, intente quitarme pero solo lo arruine. Es desde allí que no que cortaba el cabello. Y…- lo miro antes de llevarme el vaso de jugo a la boca – No veas los álbumes, por favor, si manchas alguna de las fotos con tus huellas mi madre te asesinara.

Mi interior gruñe silenciosamente mientras el apetito se desvanece, y es que hace mucho deseaba por un desayuno recién hecho, pero ahora, ahora ya no le veo el gusto.

Me abrocho las sandalias de tacón bajo y me pongo de pie arreglando mi vestido semi formal, la puerta se abre mientras sonrió ampliamente y coloco mis manos en mi cintura. Christian lleva una camisa blanca (Al menos ha cambiado de color) con una chaqueta negra de cuero y jeans claros. Dios a quien quiero engañar, ante mis ojos se ve extraño con ropa que no es negra, supongo que…..extraño su ropa negra.

-Te ves guapísima. – pega mi frente con la suya – Guapísima. – me besa lentamente mientras rodea sus manos en mi cintura. -¿Tenemos que ir?

-Yo tengo que ir, te dije que puedes quedarte no me molesta en serio.

-¿Y dejar que un millón de niños te pongan los ojos? Para nada, vamos. – entrelazo nuestras manos y sujeto la caja de regalo para Lance.

Hay algo que está presionando mi pecho, tengo un mal presentimiento acerca de todo, algo está mal. Escucho paredes derrumbándose y granadas a punto de estallar, hay una habitación que está acumulando todo y en cualquier momento, y en cualquier momento va a explotar, y no sé por qué, pero siento que me romperá el corazón en mil pedazos.

-Oye. – Suspiro – Llegamos. – me dice. – Y hay mucha gente. ¡Ahhghgh!

Al bajarme no puedo llenarme de nostalgia, no hace mucho estuve aquí y ahora eh vuelto con alguien para disfrutar del logro de mi mejor amigo.

Ingresamos a la escuela.

Sentí ese aire de frialdad igual que el primer día que asistí con Lance, cuando cruce la puerta de mi salón toda la tristeza que acumule se hizo una sola en mi garganta, supe exactamente que ese lugar no era para mi, que tal vez la idea que tuve de ser libre y más sociable fue un completo fracaso, porque las personas no son como en la novelas o las películas, ni como en los cuentos…

-No. – Tiro de la mano de Christian al ver mi viejo casillero – Vamos por allá.

-Son los casilleros. ¿Recuerdas el tuyo y su clave? Porque yo no recuerdo nada del colegio.

-Vamos por ese lado. – Christian suelta mi mano y me mira con el ceño fruncido. - ¿Qué?

-¿Qué está mal? Lo de anoche y ahora la perdida de la conciencia en el auto como si…te fuera y ahora este extraño comportamiento. ¿Qué?  Vas a decirme o solo debo hacerme el idiota e ignorarlo.

Solo me asusta lo que pienses de mí.

-Bien. – empiezo a avanzar hacia los casilleros y me detengo donde antes era el mío.

-Puta madre….

Si eso fue exactamente lo que mi padre dijo cuando vio aquello. No puedo creer que después de todos estos años no hayan limpiado ese casillero, o al menos lo hayan quitado. Bajo la mira y lentamente la levanto para ver el semblante de Christian que se mantiene mirando el destruido, viejo, oxidado y rayado casillero.

-¿Hiciste algo? – me mira. - ¿Por qué te escriben eso si nunca has dormido con nadie?

-No lo sé. No volví a usar ese casillero nunca más, y los seis primeros meses apenas y podía guardar mis cosas.



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En el texto hay: romance, badboy, toxiclove

Editado: 27.08.2019

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