convencerlo de ir hasta su casa.
-Con cuidado. – me dice Robert, cierro la puerta y empiezo a trotar hacia él que no se ha dado cuenta, tiene la luz del auto encendida, también usa cascos negros y está leyendo. Toco dos veces el vidrio, pero nada, toco el parabrisas y el levanta un poco la mirada, la puerta de piloto se abre y el se baja los cascos al cuello.
-¿Qué haces aquí? – me cruzo de brazos.
-¿Dónde está Katherine?
-En su departamento. ¿Por qué? ¿Le paso algo? – Su tono de desesperación ha hecho que deje caer mis brazos - ¿Qué pasa?
-¿Por qué no estas con ella en su departamento? – Pregunto - ¿Por qué no estás en la residencia o en algún departamento? ¿Qué haces en tu coche a las diez de la noche?
-Leyendo.
-Christian, por favor. – rueda los ojos – ¿Estás viviendo en tu auto, Christian?
-Eso no te interesa.
-¡Claro que sí, puedes enfermar! ¡Pueden robarte y herirte!
-¡Ay por dios quien crees que soy, Lion! Vete a tu casa llena de rata, fuera. – cierra la puerta. Me mantengo mirándolo a través del cristal, vuelvo a tocar desesperadamente la ventanilla - ¡Que quieres!
-No tienes que quedarte aquí, tengo dos opciones para ti.
-No quiero escucharlas.
-Venir a la casa de Kyle, o ir a casa de tu padre. – aprieta la mandíbula.
-No hay más habitaciones en la casa de Kyle, a menos que quieras que duerma contigo. Y dos, no volveré a esa casa nunca más, es el infierno ardiente, nadie me quiere en esa casa.
-Eso no es cierto, Christian. – Me giro hacia Robert – Hijo, sabes que eres bienvenido en casa, puedes quedarte, tu habitación sigue igual que la última vez – lo miro y el frunce el ceño furioso.
-Seguro fue Kyle y su enorme bocota que les dijo todo esto. – suspiro cruzándome nuevamente de brazos.
-Deja el orgullo, Christian.
-Cállate, no quiero ir a esa casa, no con tu nueva mujer allí.
-No te pido que socialices con ella, solo quiero que tengas un lugar donde dormir. – Christian se baja del auto y cierra la puerta de un solo golpe, luego patea la llanta trasera. – Christian, dormir en tu auto te hace mal, enfermaras y tendrás un gran dolor de espalda.
-No quiero ir, váyanse y déjenme en paz.
-¿Por qué no te quedas con Katherine? – le pregunto acercándome a él.
-Yo no quise quedarme con ella, no quería compartir la misma cama. – me mira.
-Déjame conseguirte un departamento, Christian. Por favor.
-No, los departamentos son una mierda a los alrededores.
-Entonces quédate conmigo, puedo compartir la habitación con Kara, eso no será un problema.
-No, no puedes meterme en una casa con Jared. – miro a Robert.
-Debbie, mejor volvamos a casa. – me dice Rob.
-No, por favor, es su padre convénzalo. – le suplico. – Robert.
-Vendrías conmigo? – Miro a Christian – Si voy a su casa, vendrías conmigo a dormir.
-Sabes que no puedo, no podemos dormir en la misma cama, no como antes.
-Christian deja de jugar con tu salud, vamos a casa, nadie te molestara. – mi teléfono vibra en mis bolsillos, es Kyle.
-Acepta dormir con él, está, te necesita Debbie, el haría lo mismo si tu estuvieras en su lugar – miro hacia el auto – No hubo día en que no preguntara por ti, todos esos litros de helados que te comiste fueron cortesía de él. – cuelgo y lo miro.
-Bien, pasare la noche contigo – miro a Robert – Si usted lo permite.
-Ustedes son adultos, tomen su decisión y mi casa está a su disposición, los espero en el auto. – Robert palmea el brazo de Christian.
-Qué clase de novia deja que su novia viva en un auto con el peligro rodeándolo. Es mujer es un asco.
-Y qué clase de novio deja de que su novia venga a buscar a su ex – abro los ojos – Pobre Jared.
-Jared y yo no somos novios.
-¿No? Usas su camisa, no puedes decirme que no.
-Bueno, pero ahora estoy aquí intentando que no mueras de hipotermia o de un horrible dolor de espalda.
-Que considerada. – Recoge sus cosas y me mira - ¿Vienes o no?
-No cambies, de verdad, nunca lo hagas. – avanza dos pasos y luego se detiene en seco. Avanzo despacio y el me abraza por los hombros – Así eres perfecto.
-Lo sé, me lo repiten muchas veces.
Kyle se ha sentado adelante por su propia seguridad, mientras que Christian se mantiene del otro lado de la puerta y yo en el otro extremo. No estoy lista para dormir con él después de casi dos meses, como es que no podemos estar separado más de dos meses.
‘’Recuerdo que cuando te pasa, no lo tienes que perder. Si ustedes son todo, volverán a encontrarse, el mundo es redondo y se vuelve estrecho cuando se trata de amor.’’ – había dicho mi padre mientras me consolaba, tal vez tenga razón, tal vez él y yo si somos TODO.
-Deborah. – Miro hacia el frente – La ropa, ve rápido.
-Sí, sí. – me bajo del auto de Robert rápidamente.
Kara está de pie en una esquina mientras guardo una parada de ropa, tomo unos converse gastados que tengo.