Zaniah

Capítulo 1

 

Medellín, Colombia.

26 de septiembre 2019.

Hoy era el día, viajaría casi al otro lado del mundo. Mis maletas y pasajes estaban listos, hasta mi mamá lo estaba, (puesto que ella luego de negarse unos días finalmente acepto) pero una parte de mí no, una vocecita me decía que estaba huyendo, por otro lado, estaba haciendo lo correcto. Eran las 8:00 Am, estaba desayunado mientras esperaba el llamado del vuelo con destino a Bogotá, concentrada en mi cereal favorito que hoy me parecía más delicioso de lo normal.

—¿Estás segura de que esto es lo que quieres?—Me pregunta mi madre al otro lado de la mesa.

—Si, mamá míralo como una oportunidad de conocer nuevas cosas—Respondí. —También un tiempo para tomar una decisión—Continúe, yo quería que ella quedara tranquila.

—Confió en ti, Zaniah prométeme que me llamaras, que si te sientes mal no me lo ocultaras—Advierte.

—Lo prometo, estaré en contacto.

Pasajeros del vuelo 3474 con destino a Bogotá, por favor abordar por la puerta 3—Sonó por un altavoz aquella voz robotizada.

Guarde mis cosas, cogí mis maletas y me pare.

—Por cierto, ¿Me empacaste esa pasta riquísima que haces? —Dije mientras verificaba que tuviera el celular— Le pregunte mientras hacia ojitos.

—Claro mi niña, te puse hasta un jugo para el vuelo, tu hermano también te empaco otras cosas—Me dijo mientras se paraba y se posicionaba a mi lado. —No olvides mandarle fotos a Bastián, sabes lo fastidioso que se pone.

Bastián, empacando otras cosas me suena a que me lleno una parte de la maleta de botellas de trago. Según el no supero lo que me hizo Miguel, en especial a él. Obviamente si, lo quería, pero solo hasta ahí. Parezco estúpida pero no lo soy, pendeja sí. Por lo tanto, eso es pasado, «del que no se habla».

Seguí el camino mientras evitaba mirarla, ella era muy perseverante y estaba segura de que me haría mohines o diría algo con el propósito que yo cambiara de opinión. Llegue la puerta, tendría que despedirme, la parte que menos me gusta, sé que ella va a llorar y yo me pongo sentimental.

—Entonces mi niña, cuídate mucho— Me dice al borde de las lágrimas. —No olvides lo que te dije hace semanas.

—Siempre lo hare. Te voy a extrañar, y más tu comida, en fin es molestando no quiero llorar— Aseguro. —Solo serán unos meses—Suelto mis maletas y la abrazo.

—Avísame cuando llegues—Pide separándose de mi. —¿Llevas el diario?

—Fue lo primero que empaque, lo leeré cuando este mas lista— Admití. — Te amo, Ma.

—Y yo a ti, hija. — Me abraza.

Le doy un beso en la frente y agarro mis maletas. La miro por última vez empezando a caminar, agito mi mano en forma de despedida cruzando ese pasillo que me lleva un poco más cerca de mi próximo destino. Abordo el avión mientras intento encontrar mi puesto, es el B18. Seguí hasta el fondo y lo vi, esta contra la ventana justo como quería.

El vuelo relativamente estuvo corto, es antes del mediodía y estoy buscando una tienda para comprar algo de comer mientras es la hora de abordar el avión. Saco del bolso de mano mi celular, son apenas las 10.30 Am, por lo tanto, tengo apenas media hora para comprar.

Rápidamente entro a la tienda. Pido unas papas tamaño familiar y unas gomitas, puesto que el próximo vuelo dura bastantes horas. Pago y guardo todo. Luego debato conmigo misma, si ir o no al baño, para ver qué tan desastrosa voy. No, mejor no, saco un pequeño espejo de mi bolso (es para emergencias). ¡Que putas! Parezco un pollito remojado, tengo cabello por todo lado. Lo guardo e inicio a hacerme una trenza en todo mi cabello.

Al cabo de 10 min, nuevamente hacen el llamado por altavoz. Ahora me esperan unas 20 horas de vuelo. Tengo que hacer escala en Madrid- España, para así llegar a Isla por ultimo.

 

☆☆☆

 

Luego de horas de viaje, de aguantar a la persona de al lado hablar durante horas, hasta por los codos. He conocido a una chica durante el vuelo, se llama Megan, al parecer viene de vacaciones. Todo en ella decía, mírame tengo dinero. Me ha dado su número para salir, y también hacia demasiadas preguntas. De eso me acuerdo, pues estaba distraída viendo The Good Doctor.

Ahora voy recorriendo nuevamente este pasillo mágico, (así lo catalogamos con Meli). Son las 6 Am y sinceramente solo deseo llegar a mi última parada, darme una buena ducha, comer y dormir. Decidí pasar por el baño antes, cuando entro lo primero que miro es una Zaniah que ha dormido más que bien, pero no lo suficiente.

Vuelvo a hacer mi trenza, saco mis gafas del bolso y me las coloco. Parezco un mapache con las ojeras que me cargo. Le escribo un mensaje Bastián y envió una foto para que vean que he llegado, la reenvió a Melissa. Más tarde llamare a mamá.

Salgo de los baños y reviso que lleve todo. En ese momento de distracción no sabía ni por donde caminaba y menos los escalones que seguían, lo supe cuando no sentí el escalón que debería seguir si no lo que sentí fue un vacío.

¡Ahhhhh¡

Ahora lo que siento es el piso y mis maletas encima. Me di cuenta de que no solo iba en un momento de distracción, lo que también provoco mi caída fue un idiota que llevaba mucho afán, que ni se fija por donde va o quien está a su alrededor. No se percató de mi caída. Simplemente siguió su camino. Él va hablando por celular, agita su mano como si fuera discutiendo con alguien. Es alto, mucho. Tiene el cabello negro, un poco largo, este agarrado en una coleta. Llevaba una sudadera negra y un buso de Tommy Jerry.

Literalmente me embobe, capte que seguía en el piso hasta cuando lo perdí de vista. Mire a mi alrededor y la gente me miraba como bicho raro. Me pare agarre nuevamente mis cosas, mi dignidad y salí casi corriendo del aeropuerto. Le hice la parada al primer taxi que vi.



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En el texto hay: romance, secretos, viaje

Editado: 06.02.2021

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