Prólogo.

Estados Unidos, 2027

El frio de la mañana me calaba los huesos, o no sé si era el frio o el nerviosismo por los murmullos de las personas. Seamos sinceros, que te digan constantemente que eres demasiado perfecto o que pareces un dios griego, es maravilloso, no lo voy a negar, pero cuando esos cumplidos llegan a ser incomodos es realmente horrible porque ya no son: ´´que lindo estas´´ o ´´eres hermoso´´. Si no que pasan a: ´´quiero tenerte en mi cama´´ o ´´como te veras debajo de mi cuerpo´´, eso es algo que me llena de horror, y más aún cuando pienso que si no fuera por mi cuerpo musculoso y mis fuertes brazos, ya una banda de bandidos me hubiera acorralado para hacerme algo que no quiero ni describir.

Y no es para más, ya todos sabemos cómo son estos países de mierda, te hacen cosas malas y luego no aplicas porque eres hombre y tienes preferencia por los hombres. Según la justicia, tu fuiste el que comenzó todo.

Pero hoy no quise salir de casa, no porque tenga miedo de que me pase algo en la calle, ni mucho menos por los acosadores que algunas veces me persiguen, sino porque esas mismas personas me pusieron a pensar en algo: ¿Quién soy realmente?

De pie frente al espejo, desnudo y con el cabello suelto, me miro de pies a cabeza, y realmente algunos tienen razón, no parezco estadounidense.

Agarre mi teléfono y busco en Google sobre los dioses griegos y en realidad tengo ciertas similitudes con ellos. Mi cabello, con un largo por los hombros, con ondas estropeadas que aparecen de forma natural lo cepille o no. Mi abdomen, demasiado marcado y los pectorales que me dan un cuerpo perfecto, según las personas, es algo que llama a la atención. Mi mandíbula marcada y mi gran mentón es algo que excita a algunas personas por lo que he notado.

Pero mis ojos, normalmente pensaran que tengo los ojos azules como el cielo o como el mar, pero se equivocan, mis ojos son de un color azul celeste, que llegan a ser bastante hipnotizadores, incluso yo algunas veces me quedo ido cuando me observo en el espejo, la fuerza y el brillo que transmiten, no cualquiera lo tiene.

No describiré nada de lo que tengo en la entrepierna ni diré nada de mi trasero tampoco.

Venga, a que quieren saber.

Bueno, mi miembro... bueno, mi polla, es más grande de lo que pueden imaginar, un poco más arriba de las rodillas, bueno mucho más arriba de la rodilla. Sin embargo, ahora esta dormida, gruesa y blanca, ya se pueden imaginar de qué color es la punta, y aunque no la he usado con nadie, tengo la sensación de que puede llenar grandes espacios.

Mi trasero, por el contrario, es musculoso, tan duro como una piedra, no son redondas, pero dejan mucho a la imaginación, tampoco se aun usado más que para hacer mis necesidades. Es que, a ver... Si, soy virgen a los veintisiete, pero es que en este país te graban sin tu consentimiento y luego apareces en las redes sociales, y cuando caminas por la calle eres señalado por una sociedad que se masturbo con dichos videos. Preferiría estar en un país donde no existiera la tecnología para de ese modo poder estar con alguien íntimamente.

Desnudo en la mitad de mi diminuta casa, me moví hacia el escritorio, frente a la ventana por donde puedes ver el amanecer y como sale la luna reflejándose en el cristal.

Si la gente me dice que parezco un dios griego, y que inclusive mi nombre es bastante extraño, entonces tengo que investigar para conocer más de lo que se me acusa.

En el ordenador escribí ´´dios griego´´. Sin embargo, lo que encontré no me llamo tanto a la atención como me imagine, por eso busque como era Egipto en el año 3175, no sé porque escribí ese año, pero supongo que es lo bastante lejanos como para conocer cómo eran los egipcios en ese entonces. Nunca me había interesado por la cultura egipcia, y tengo que admitir que, en mi lista de países por visitar, Egipto estaba en el último lugar y solo lo coloque ahí porque algún día quiero ver sus pirámides.

Faraones.

Aquella palabra me llamo mucho a la atención, los faraones eran como los presidentes, y eran considerados reyes, sus hijos eran príncipes, o también príncipes herederos y no podía haber dos faraones gobernando en el mismo año.

Se que suena un tanto llamativo todo eso, pero no se en que se relaciona conmigo. Y si se relacionar, tengo para decir que soy alérgico al sol, si me da mucho el sol me muero (estoy exagerando un poco, pero de verdad no me gusta el sol), no me gusta el sudor y por lo que he visto en el ordenador acerca de Egipto, en ese año no caía una sola gota de agua y la sequía era abundante, por lo que mis posibilidades de ser un egipcio son nulas.

En la oscuridad de mi habitación, con una manta por los hombros para protegerme del frio, no logre llegar a mi cama, la silla en donde estaba era realmente cómoda, y el teclado de mi ordenador como almohada era maravilloso.

Si, como lo has imaginado, me quede dormido y no me dio tiempo apagar el ordenador. Sin embargo, antes de caer en mi sueño profundo como un bello durmiente griego, escuche una voz robótica proveniente del ordenador.

El hijo del faraón Azyzik ha de-de-sa-sa-pa-re-c...