Zignum Meiga Entre las dos caras de la luna Parte 2

Prefacio

Se dice que el ser humano es la especie más inteligente del planeta y que cada uno es único e irrepetible. Si hablamos a nivel genético es verdad, pero hay algo de lo que nadie escapa y todo ser vivo y especie tenemos en común. Algo que escapa de nuestro control sin más y que todos los días se nos escapa de nuestras manos sin que podamos hacer nada. Todos moriremos algún día, esa es la realidad que debemos aceptar. Pese a ello, hay algo de lo que se nos es permitido hacer y eso es decidir cómo llegar a ese final inevitable del camino. Sin embargo, estoy aquí aún con escasos minutos de vida o tal vez menos, pensando en lo que pudo haber pasado aquel día si tan sólo hubiera jalado el gatillo en vez de pensar en mi propia muerte. Pero ¿qué demonios esperaban que hiciera? Probablemente algunos dirían que la vida de muchos vale más que la de uno solo y otros dirán que la vida de un niño vale más que la de un grupo de soldados asesinos, pero la verdad es que nadie debería decidir sobre la vida de alguien más, o qué vidas tienen más valor. Pero nunca fue así, al menos no en mi situación. Ineludiblemente tenía la vida de todos ellos y la de esa niña en mis manos. "Si tan sólo hubiera disparado ahora ellos aún seguirían con vida" Me repito eso una y otra vez. Ahora ni ellos ni aquella niña están vivos. Explosivos atados en su pequeño y frágil cuerpo. Me cuesta trabajo creer en qué ser tan abominable y perverso, ¿qué clase de maldito hijo de perra en este mundo sería capaz de ponerle fin de esa forma a la existencia de una inocente niña sólo con la intención de acabar con sus enemigos? Desde luego sólo se me ocurre una única especie. Claro que somos únicos, los únicos capaces de tanta perversidad. Pero así es la guerra. Así es este mundo. No es que odie a las personas, pero odio lo que muchos llegan a cometer y convertirse aún teniendo la elección de no hacerlo. Hoy en día se ven tantas injusticias. En las noticias es normal ver que tardan varios años en condenar a un hombre que mató a varias personas a sangre fría pero tardan menos de tres días en condenar a una madre soltera con tres hijos sólo porque hurgó en el supermercado por necesidad. Era de esperarse que la mujer al no tener dinero suficiente para defenderse como el hombre rico y corrupto, iba a morir en prisión dejando a sus hijos desamparados para convertirse en nuevos criminales que sólo son una vez más producto de la cruel y aberrante sociedad. Y se dice que somos la especie más inteligente. Pero, hay algo más inteligente que vigila nuestros actos como nosotros a los animales. Que equivocado estaba al pensar que éramos la especie más perversa. Es cierto que puede existir algo aún mucho peor, algo más perverso, de mayor inteligencia y maldad, a un nivel de tales proporciones que tal vez sea de otro mundo, algo que yace en frente de mí observándome como una serpiente observa a su presa justo antes de devorarla. Y como dije antes, es inevitable morir. Supongo que este es el castigo que merezco por tomar malas decisiones todo el tiempo, decisiones que me obligaban a tomar desde muy pequeño. Pero de algo estoy seguro y no me arrepiento es que he de morir salvando a alguien más. Vida por vida, esa debería ser la mejor manera de llegar al final de este inevitable camino. Sí, esta sin duda es la mejor manera de morir. 
Y sacrificaron sus hijos y sus hijas a los demonios; Y derramaron la sangre inocente, la sangre de sus hijos y de sus hijas, que sacrificaron a los ídolos de Canaán. Y la tierra fue contaminada con sangre. Salmos 106:37-38. 

 




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