Zignum Meiga Entre las dos caras de la luna Parte 2

Capítulo 31 La Diosa de los vientos del sur

Cerberus había derribado puertas y paredes de madera para llegar rápidamente a la celda de Minerva o mejor dicho Belle. 
La chica enmascarada permanecía crucificada en la pared de su celda, con la máscara metálica cubriéndole el rostro, la sangre escurriéndole de sus extremidades como un hermoso cisne herido con las alas abiertas, mientras Belle permanecía de pie junto a ella mirándola con sumo desprecio. Enseguida, Cerberus atacó a su despiadada ama con sus enormes mandíbulas al tiempo que ella le lanzaba un beso a través del aire con la palma de su decrépita mano. Sin embargo, tal como ocurrió conmigo, Cerberus se detuvo a pocos centímetros de arrancarle la cabeza. Como si una fuerza superior le impidiera acercársele. Pero esa fuerza no sólo lo detenía, lo estaba matando. Cada una de las termitas que formaban el cuerpo de Cerberus iban cayendo golpeadas por esa fulminante fuerza como si le hubieran arrojado humo o productos químicos muy potentes. Habían sido exterminadas casi todas, excepto una que se arrastraba por el suelo intentando sobrevivir. Aquella termita era muy diferente a todas las demás. Aquel insecto parecía más bien un órgano cerebral en movimiento, un cerebro con forma alargada que se retorcía como una hórrida serpiente. Aquello era una termita reina creada por Belle para controlar a los perros de la plaga sin dar órdenes directas, pues la plaga de termitas que formaban a los perros estaba ligado telepáticamente a la termita reina. Es decir, Cerberus en realidad nunca fue un perro, sino una termita reina quien era el cerebro de la plaga, y esta era el verdadero Cerberus, la mente detrás de los perros de Belle. 
Sostuve la vara metálica en lo alto e inmediatamente descendí la punta sobre la termita reina, aplastándola al instante. Acto seguido, lancé las cuentas oscuras al tiempo que volví a tomar la ocarina negra. Sin embargo,Belle volvió a lanzar otro beso en el aire, deteniendo en el acto las cuentas oscuras, las cuales se convirtieron en cenizas al igual que la ocarina que se desvaneció como humo negro entre mis manos. Su beso de la muerte fue tan poderoso que partió mi máscara negra por la mitad para después compartir la misma suerte que las cuentas y la ocarina. Solté la vara, la cual se desvaneció al instante y caí de rodillas, tosiendo, inhalando y exhalando rápidamente con extrema dificultad casi al borde de la asfixia, que si no hubiese sido por la máscara, que escudó mi rostro del beso mortal de Belle, aquello hubiese cumplido su cometido. 
-Creí que después de ser poseído por tu álter ego te someterías ante mí. Pero has acabado con mi más leal perro y no sólo eso, casi haces que muerda la mano de su ama. Te lo diré una sola vez, baja esa arma o verás morir a esta mujer y su muerte se unirá a uno más de tus traumas-. 
Mis movimientos eran semejantes a las de un simio en combate. 
Movimientos acrobáticos difíciles, una defensa magnífica, movimientos ágiles, con sacudidas bruscas, que eran a la vez confusos para cualquier oponente que se interpusiera, todo eso gracias al poder que había oculto dentro de mí. Sin embargo, todo eso era inútil contra aquel veneno mortal que envolvía a Belle como una barrera inquebrantable. Belle no era un oponente cualquiera.
-¡Obedece Eliseo, Skoll, Ulysses, Hati o como sea que te llames ahora!. Sabes que no puedes vencerme. Desde el momento que comiste del fruto de esta isla cavaste tu propia tumba. De hecho, me impresionó bastante que tu lengua no haya probado de una de las muchas botellas de vino de la residencia Kedward, conociendo tu problema con el alcohol aposté que lo harías, ya que de haberlo hecho, te hubieses vuelto prisionero en aquel plano astral maldito, jugando una y otra vez con el espectro de esa niña Omega, huyendo del Vigilante Silbador eternamente. 
Deja de rebelarte contra mí, a la única persona que ha sido una madre para ti al acogerte en su seno cuando estuviste a punto de convertirte en menos que una larva lemuriana cuando te di la oportunidad de renacer en el hombre que eres ahora. Te convertiste en el hijo que perdí, eras el único que podía serlo. Supe lo especial que eras cuando no fuiste asesinado por el muñeco Hellequin, quien su deber era robar energía astral de los niños Omega del orfanato Hamelín para mí. Luego, al tocarte por primera vez, vi en mis visiones el sello que más tarde te pondrían. Los traumas lograrían romper el sello. Pero no podía lastimarte físicamente, mi instinto maternal me lo impedía. Por esa razón preferí dañarte psicológicamente matando a uno de tus seres más queridos hasta ese entonces.
Al día siguiente, una pareja enviada por la Alianza de la oscuridad llegó a recogerte. Después de eso ya no supe más de tí. Sabía que el sello ya estaba puesto. Un sello que además impedía tu localización, hasta en ese momento cuando ocurrió la explosión, el sello se debilitó por unos breves instantes, suficientes para poder ubicarte. Y al fin te pude encontrar, entre la devastación de una guerra, tendido en el suelo sin una de tus piernas, pero logré apaciguarte como una madre arrulla a su bebé cuando está dolido. El sello impedía la regeneración del Rugaru Omega. Fue entonces que decidí actuar rápido y sustraer la larva lemuriana del Hellequin que coseché en el cuerpo del muñeco para introducirla en tu organismo, este parásito a su vez te provocó una pesadilla que causaría el siguiente trauma pero que te ayudaría a sanar más rápidamente, ya que, al romperse una de las cinco cerraduras, la fisura liberaría una parte de tu poder que te ayudaría a curarte y así salvarte de la muerte que no hubiese tardado en llegar. 
Por esa razón, tuviste esa pesadilla donde me viste a mí arrancándote la pierna, la misma que habías perdido en aquella explosión, efecto del dolor que sentías en ese entonces. Esa larva se encuentra cultivada en tu cuerpo ahora mismo esperando que tomes la decisión de asesinar a ese niño para regresar en el tiempo en donde decides también asesinar a aquella niña por la cual tu brigada fue masacrada, y así liberar a la bestia cuando la última cerradura de su jaula se haya roto.
Más tarde, cuando la Doncella de Hierro vino a mí con la intención de llegar a la reliquia que había visto en sus sueños, permití que indagara en mis memorias para descubrir que ella podía llevarme a ti. Y así sucedió, recuerdo que esa vez Hati se encerró en el camerino fingiendo estar enfermo, pero la verdad era que te había reconocido, reconoció el rostro de su álter ego cuando llegaste al teatro buscándola a ella para entregarle su celular. Entonces fingí necesitar un pianista, sabía de tu habilidad con el piano. Y de esa forma confirmé quién eras cuando entraste en resonancia con ella en el escenario. 
Y aquí están, los dos juntos de nuevo.
No sé cuántas veces tendrás que verla morir para entender que, si hubieras matado al niño, ella se hubiese salvado. 
-¡¿Cuántas veces?! Pero... ¡¿A caso no habías dicho que si mataba al niño ella también moriría?! ¡Otra mentira más!. ¡Otra maldición más!. ¡Dime! ¿Cuántas veces he hecho esto? Has creado un bucle temporal conmigo, ¿cierto?.
-Los antiguos egipcios lo nombraban "Uróboros" y lo simbolizaban con una serpiente engullendo su cola formando un círculo con su cuerpo. Es una maldición semejante a la del Vigilante Silbador que muere cada amanecer para vivir cada anochecer los sucesos que lo llevaron a su muerte como un castigo a sus malas decisiones-. 
"En ese momento lo entendí todo. Había creado un ciclo donde yo siempre había aceptado asesinar a Gabriel para que mis acciones, en vez de morir, regresaran mi alma a través del tiempo al momento exacto de asesinar a aquella niña iraquí que a la larga se convertiría en el trauma que detonaría la última cerradura, ocasionando la muerte de Valentina. ¿Y si lo rechazaba? ¿rompería el bucle? Lo más seguro regresaría al momento de jalar el gatillo, decidiendo no asesinar a aquella niña y conocería de nuevo al espectro de Valentina. De cualquier manera, ambos casos llevarían a Valentina a la muerte, en ambos casos la niña iraquí moría, en cualquiera de los dos casos sus muertes eran inevitables, sea directa o indirectamente por mano propia, pero, ¿y el niño?. ¿Qué hay de él?. ¿Él estaba realmente vivo o muerto?. Si lo había matado ya varias veces, motivo por el cual el Arlequín existió, entonces estaba muerto, pero ¿y si nunca había muerto así como yo todavía no era el Arlequín? Eso significaría que aún podía salvarlo, ¿y si eso significaba regresar en el tiempo otra vez en donde decidía no asesinar a esa niña?. Siendo ese el caso, entonces ahora mismo decido una tercera opción, acabar con ella antes de que todo suceda.
Así, al menos de esa manera me aseguraría de que Gabriel se mantuviera vivo. ¿Acaso ese no era mi verdadero papel en esta obra? ¿Ser el héroe que se sacrificaba intentando vencer al villano y salvar al cisne blanco de su maldición? ¿A caso esa no era la consumación del objetivo del opus magnum (la gran obra)?".
-No mataré al niño.
-¿Y qué piensas hacer? ¿Piensas salvarlo? dime ¿dónde está él ahora? ¿Dime dónde está el niño que quieres salvar?-.
-En el mismo lugar donde yacen los niños Omega que también abduciste.
Sé que no puedes matarlo, ni siquiera dañarlo, por eso has venido a mí para que yo lo haga por ti. Por esa razón lo mantenías prisionero en un lugar sin tiempo, y como yo soy el único que puede dañarlo, sé que por ahora él está a salvo-.
"No sé si primero elegí asesinar o no a aquella niña. Si me daba a elegir entre morir al amanecer o vivir al anochecer, si hombre o bestia, si humano o demonio, si devorar la luna o devorar el sol, si rescatar a Valentina o a la Doncella de Hierro, si matar o morir, pues elegía ser el lobo blanco y el lobo negro al mismo tiempo; y no la serpiente que se muerde a sí misma la cola. No quería ser el Uróboros que simbolizaba el ciclo eterno de las cosas, la lucha eterna o el esfuerzo inútil, ya que este ciclo volvía a comenzar a pesar de las acciones para impedirlo. Quería ser el Uróboros que simbolizaba la naturaleza circular que unía los opuestos: lo consciente y lo inconsciente, mitad blanco, mitad negro. 
-No soy un héroe pero tampoco un asesino. Pero seré ambos si para eso tengo que acabar contigo.
-Esa dualidad te llevara a la locura y terminarás internado en un manicomio por el resto de tus días.
-Pues elijo estar entre las dos caras de la luna.
-Mala elección-. Pronunció Belle.
Acto seguido, sentí su mano sobre mi cuello. Belle se había movido de su lugar y en menos de un parpadeo se había acercado a mí. Comenzaba a ser levantado por una impresionante fuerza proveniente de su mano derecha.
-Cuando los simios sienten miedo, enseñan los dientes y retraen los labios para mostrar las encías igual que la sonrisa de la máscara simiesca que usabas y que es más bien un gesto de sumisión, usado por los individuos de menor estatus para tranquilizar a los miembros dominantes de su grupo. ¿Creías sentir miedo por los perros Eliseo? Yo te enseñaré el verdadero terror. ¿Crees que puedes vencerme? Sólo los Alfa del clan Daimon Draconiano han podido casi extinguir al clan Magoi Meiga en su totalidad, y créeme cuando te digo que Arian Levi era apenas un Alfa, quien sólo usó la mitad de su poder en la batalla contra tus amigos todo por su querida hermana. ¿Crees que un simple Omega que no ha desarrollado siquiera sus poderes logrará vencer a una Meiga Alfa? Quiero verte intentarlo, y que despiertes una vez más sin tu pierna izquierda, culpándote por no haber asesinado a esa niña y todo por decidir no asesinar a ese miserable niño quien está destinado a ser un despiadado criminal. Acuérdate cuando dijiste que precisamente por esa razón no te habías suicidado, lo cual, según tú, hubiera sido la salida más fácil, el camino directo al olvido: porque alguien tenía que recordar a la persona que amaste tanto, pero adivina qué... No pudiste cumplir tu promesa, te suicidaste y la olvidaste. No pudiste asesinar a la niña que mató a tu brigada ¿y quieres asesinarme a mí? Pues hazlo si puedes, a ver si ahora por fin puedes cumplir tu palabra-. Dijo Belle con un gesto tajante. 
Había aprendido que las batallas ganadas se basaban en estrategias engañosas. Vi en los ojos de Belle la furia del sicario Tigre Ruso y la maldad del Sacerdote Abelard cuando ambos me sostuvieron del cuello tal como lo hacía ella ahora.
En seguida, levanté el brazo derecho con la espada Longinus invocada en mi mano, pasando el filo de la hoja a través de la piel de su brazo en un camino creado a través de su carne en dirección a su cuello, mientras Belle aún sostenía el mío. Rápidamente, otro filo atravesó el costado de Belle, La enmascarada se había liberado de los clavos que la mantenían en la pared y los había convertido en tres dagas plateadas, de las cuales, una de ellas usó para clavarla en uno de los órganos vitales de Belle. 
La Meiga había caído directo en mi trampa. Había pensado previamente que, si no podía acercarme a ella, entonces debía hacer que ella se acercase a mí, debía intentar invocar la espada como la primera vez, lo peor que hubiera ocurrido hubiera sido reiniciar todo de nuevo. El tiempo que transcurrió antes de que Belle intentara estrangularme, fue el tiempo que la enmascarada aprovechó para liberarse y atacar. 
La Meiga me miró con incredulidad, la vida se le escapaba de sus ojos, y en seguida su cabeza cayó al suelo abandonando su cuerpo ya sin vida.
La carta del loco que ella guardaba entre sus secos cabellos cayó al suelo partida en dos. La había partido al momento de dividir su cuello. 
Belle había sido decapitada por el filo de la espada Longinus, y el alma de mi álter ego había sido liberada de su control. 
Por fin había vencido a la bruja, o eso creí. 
De pronto, escuché el ruido producido por insectos, lejos y cerca de mí, el caminar uno arriba del otro, el ruido de sus articulaciones, el ruido de sus diminutos cuerpos retorciéndose en un baile que parecía no tener principio ni fin.
Las puertas, las ventanas, las paredes, el orfanato entero, así como el cuerpo de Belle estaba compuesto por innumerables insectos, mantis hoja muerta, termitas, larvas de termitas y demás alimañas, cada uno retorciéndose y superponiéndose uno arriba del otro. El brazo de Belle, el cual aún estaba sosteniendo mi cuello, también se había convertido en parte de la plaga de insectos, los cuales comenzaban a subirse y caminar por encima de mi ropa. 
De repente, el orfanato, o lo que antes era el orfanato, se derrumbó como el cuerpo de Cerberus se había derrumbado en miles de insectos muertos. Y la enmascarada y yo caímos en un agujero que se había abierto entre los cimientos del edificio.
La plaga muerta se fue desvaneciendo. La enmascarada cayó junto a mí en el suelo de aquella extraña cueva, venida de otra dimensión, que yacía debajo de los cimientos del orfanato, la cual tenía una gran profundidad. La cueva parecía un órgano fisiológico construido con tierra calcárea por un montón de enormes termitas como una red de poros interconectados con una desconcertante variedad de muros en forma de anillos concéntricos y espirales que formaban una especie de laberinto circular. 
Un tenue rayo de luz de luna entraba por la entrada de la cueva sobre nosotros. Y en el centro de la cueva yacía algo aún más extraño, una gigantesca crisálida color marrón con forma de ovoide que parecían salirle ramas y raíces que se extendían por todas las paredes de la cueva, y cuyo tamaño era semejante al de un elefante adulto. 
-¡Pero que demo...!
-Calla, no hables alto-. Susurró la enmascarada. No conocía su identidad o tal vez no podía recordarla. Se suponía que ella había asesinado a la persona que me había salvado del orfanato cuando era niño. Sin embargo, no podía ver en sus ojos esa misma perversidad que desbordaban los ojos de Belle. 
-Aquello que ves ahí es Halrinach "la diosa de los vientos del sur" un ser maligno, caótico, que existe en varias dimensiones astrales al mismo tiempo que le permiten manifestarse dentro de varias realidades alternas. Su sola presencia, es capaz de llevar a una persona hacia el vórtice de la locura.
El acto más importante que has realizado cada día es tomar la decisión de no suicidarte, y Halrinach es el demonio que te incita a hacerlo.
Minerva, Beatriz Bauer y Belle Gunnes quienes eran una sola persona, en realidad era un avatar con el poder de una ninfa, una muñeca creada por Halrinach para interactuar con el mundo físico. Belle Sorenson Gunnes era el cerebro quien tomaba control de la plaga de termitas así como lo hacía Cerberus. Por esa razón también se decía llamar "Reine des termites" (la reina de las termitas). 
Mi padre me contó casi todo sobre esta entidad al respecto. 
Halrinach pertenece a una raza de seres extra-dimensionales que una vez lucharon contra la raza draconiana y sus legiones antes de ser exterminadas. Ella es una de las sobrevivientes que permanecen en el plano de la prisión debajo del Axis Mundi. El tronco de los hombres pájaro, El árbol Yggdrasil de la mitología nórdica y las pirámides, como la que se encuentra sumergida en el lago Átitlan, son el símbolo del axis mundi que atraviesa y comunica los tres mundos de la realidad sagrada.
Ella yace en letargo dentro del árbol de la resurrección, una sustancia fabricada de almas larvarias que hacen función de crisálida.
Existe una leyenda que dice que los dioses permanecen dormidos dentro de árboles de resurrección. Esta isla está invadida por plantas que drenan la energía de sus habitantes tal como lo hacen los árboles de la resurrección, y es la misma planta con la que fue fabricada la droga Ojos de muñeca. Si esta planta llega a crecer entre los humanos será el fin de la raza humana y de todos los seres vivos. 
Cuando Halrinach despierte del sueño que la tiene aprisionada, evolucionará a un Imago, un ser con poder de usar su naturaleza elemental con su sólo pensamiento al fusionarse con ella. Estoy segura que Halrinach usará las plantas para drenar la energía en el plano físico para su conveniencia.
-¿Pues qué esperamos? aprovechemos la oportunidad ahora que está dormida para aniquilar a esa maldita cosa.
-Imposible. Tú mismo presenciaste el poder de una ninfa, la cual es sólo la tercera parte del poder del Imago, y aun si quisiéramos aprovechar en destruirla en estado de crisálida mientras está dormida, ésta aun cuenta con la mitad de su poder, suficiente para despertar y acabar con nosotros en un santiamén.
Tal vez en tus sueños te has dado cuenta que no puedes entender las palabras en los libros, o las manecillas de los relojes enloquecen dando vueltas sin parar; y eso es porque el plano astral así funciona, sin entendimiento, sin tiempo. Existen cinco reliquias. Estuve algún tiempo irrumpiendo en los sueños de Belle para intentar localizar una de las reliquias que consta de cuatro partes. Poseo un sello en la espalda baja que me ha conferido visiones de la localización de dicha reliquia, el sello fue puesto por mi padre para evitar convertirme en una Omega de mi clan y así impedir mi localización por los Arcontes, tal como hizo él contigo. Tú eres poseedor de un estigma que te hace acreedor a una de las cinco reliquias al igual que yo, te acabo de ver usándola. 
La lanza de Longinus, que me entregó mi padre para su protección, es una de ellas. No había podido localizar la reliquia que buscaba pero sabía que Beatriz Bauer la escondía en algún lugar. Indagué en sus sueños hasta dar con la reliquia debajo de una tablilla falsa en el suelo de madera, debajo de la cama de la celda de una monja de un orfanato en Moldavia, custodiado por un vigilante en forma de un horrible muñeco. Ahí se encontraban tres partes de la reliquia que buscaba. 
Era obvio que Beatriz Bauer, es decir "Belle", quería arrancarte la pierna para despojarte del sello que te protegía de su maldición. Ella no podía matarte. Ella piensa que algún día los cinco elegidos del clan Angeloi serán enviados a la tierra para acabar con un ser que guiaría al clan Meiga a la victoria. Ella sospechaba que tú eras uno de los cinco elegidos mejor conocidos como los "Estigma". Así que seguramente te aprisionó en la maldición del Uróboros por eso. Ya que si te mataba, sólo renacerías de nuevo y tendría que buscarte otra vez. Y estando dentro de su maldición, al menos así podía controlar el flujo de tus acciones evitando que nacieras o murieras, manteniéndote en una prisión creada en dos realidades alternas. 
Cuando la mariposa negra y el Tigre Ruso me secuestraron, pasamos por un puente donde logré escapar. Al caer al río, mi cuerpo se sumergió hasta encontrar un objeto que refulgía en lo profundo. Aquello se trataba de la cuarta parte de la reliquia. No podía creer que todo este tiempo se ubicaba en lo profundo de aquel lugar. Descendí hasta tocarla, y al hacerlo, mi cuerpo astral viajó hasta esta isla donde se hallaban las demás partes.
Cuando el portador de un estigma encuentra su reliquia, éste deberá activarla, en ese momento el portador se encontrara en un estado entre la vida y la muerte. Halrinach aprovechó ese estado para atraerte hasta aquí. Su propósito es encontrar a los cinco portadores de los estigmas y destruir las reliquias, pero hasta ahora no ha podido lograrlo. Sólo las reliquias pueden aniquilarla. Tú mismo lo has visto, la espada Longinus, la cual pudo decapitar a Belle, funciona cien veces mejor que una bala de platino,
cualquier otra arma no hubiera podido lograrlo.
Ahora debemos salir los dos cuanto antes de aquí, ya que nuestros cuerpos se encuentran al borde de la muerte en el plano físico. 
-¿Y dónde estamos precisamente? Y más importante aún ¿cómo mataríamos a esa cosa inmortal según tú?
-Nos encontramos en el nido de Halrinach, el orfanato hacía funcion de un termitero gigante en el plano astral. Halrinach pone varios miles de huevos u ootecas con la forma de bebés anómalos que llevan las almas que el Arlequin le ha traído por medio de la música de la ocarina. Halrinach devora esas almas y, una vez dentro de su cuerpo, las convierte en criaturas que expulsa a través de un tubo ectoplasmico conectado a su útero, para después ser puestos en cunas en espera de que las termitas en su interior eclosionen y se propaguen creando la estructura de la réplica del orfanato. Las termitas son en realidad la forma que adopta la energía de seres vivos y no vivos que ha consumido Halrinach, está energía es conocida como: "Agbara". 
Como te había dicho antes, Halrinach creó un avatar con ayuda de Belle como recipiente, en ella depositó su cerebro y creó una personalidad abstracta. 
Los antiguos dioses tenían la costumbre de dividir su esencia en tres partes: Corazón, cuerpo y alma. 
Es por esa razón que los tesoros malditos son en realidad los recipientes en los que se depositaría sus partes más importantes para pasar al plano físico. El huevo de Fabergé en donde se depositaría su sangre que crearía su corazón, el cofre de vinos donde se depositarían sus cenizas para crear el cuerpo y el cerebro, y el ánfora Bassano donde se depositaría el alma. 
Halrinach no es diferente a ellos. Este demonio ha dividido su existencia también en tres partes y ha depositado cada una de ellas en un recipiente. 
Hemos destruido el primer recipiente.
-Te refieres a...
-Sí, Belle era el cerebro de Halrinach.
Aún nos falta destruir el recipiente donde se encuentra ubicado su corazón y el recipiente donde se encuentra su alma. 
Halrinach se ha convertido en algo nombrado Ossa Magi Alfa. 
Los Ossa Magi Alfa son seres muy inteligentes y maquiavélicos, y dado que la muerte ya no es un problema para ellos, pueden tramar planes a largo plazo. 
Resultan excelentes estrategas y eso, aunado a su enorme poder, les permite liderar ejércitos de muertos vivientes. Eso es lo que quiere Halrinach, pasar al plano físico para residir en él. Pero no puede hacerlo estando la Alianza de la Oscuridad en el trono. Ahora debemos encontrar la filacteria o recipiente en donde Halrinach depositó cualquiera de sus dos partes faltantes, sólo así podremos acabar con gran parte de su poder. Ahora dime tú ¿Dónde esconderías algo así?.
-La mejor forma de ocultar algo es dejándolo a la vista de todos. Tiene que ser algo que ya hemos visto, incluso algo que ya hemos tocado pero que no sabíamos lo que en realidad era-. Dije mientras intentaba recordar algún objeto o alguna persona que concordara con la descripción de un contenedor de corazón o alma de este demonio. De repente, el ruido de un insecto interrumpió mis pensamientos. En seguida, la enmascarada y yo nos dimos cuenta que la enorme crisálida se había abierto y estaba vacía. 
-Demasiado tarde, no creí que despertara tan pronto. Plan B. Escucha bien esto Skoll; eres un Omega Aether Adamantem, tu clan es conocido como los devoradores de almas. Tienen el poder del control sobre el alma. Mientras más vidas arrancan, más fuertes son. Es por eso que puedes controlar el alma de esa mujer llamada Valentina. Aunque tú no la mataste, tu álter ego lo hizo, y ya que te has fusionado con él, ahora puedes invocar su alma y usarla como un arma. Ahora, tu alma ambivalente le otorga a Longinus las dos formas que puedes manifestarlo... 
-No quisiera presionarte pero mejor ve al grano o acabaremos muertos antes de terminar de contarme tu plan. 
-Usa tu poder para distraerla mientras yo la atacaré con la reliquia por la espalda. Eso anulará sus poderes pero no la matarán, ya que la reliquia sólo está hecha para ese propósito. Para aniquilarla se necesita la espada de Longinus que sólo tú puedes usar, pero será imposible acercarte a ella a menos que anulemos sus poderes. Antes solías tener una pierna, ahora tienes dos, úsalas, corre, salta y muévete como nunca antes lo habías hecho-. Susurró la enmascarada. El monstruo había eclosionado. Halrinach había despertado y andaba libre. 
Gobernó un silencio absoluto. Y escuché el movimiento de algo acercándose.
Un viento tan gélido, una soledad asfixiante, un silencio abrumador el cual se rompió cuando escuché como algo se aproximaba, no lo pude ver pero sentí en cada fibra de mi ser el odio tremendo que emanaba esa cosa.




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