Alguien está tocando el timbre y la puerta de mi casa de una manera desesperada, la persona que este del otro lado de ella debe de tener la intención de tirarla abajo.
Con el corazón latiendo a mil por hora y las piernas temblando, tomo el valor de bajar las escaleras y dirigirme a ver quién es. Mi lado racional dice que es una pésima idea, pero mi curiosidad gana por saber quién es la persona provocante de todo el escándalo.
Al llegar el último escalón de las escaleras los golpes y el timbre dejan de escucharse, se genera un silencio sepulcral y solo se escucha la madera que cruje por cada paso que doy hacia la puerta.
Tomo una profunda respiración para poder calmar todo el desastre que es mi corazón, abro la puerta con los nervios de punta y la persona del otro lado es...
–¿Trevor?
–Se que es muy tarde pero te olvidaste esto en el coche de la satánica – dice mostrándome mi bolsita de maquillaje–Tu casa no está lejos de la mía y decidí traértela pero cuando llegaba vi...
–¿Qué viste? –interrumpí.
–Alguien estaba en el árbol que da a la ventana de tu habitación Dominick. – Después de esas palabras veo la preocupación en su mirada. Se me va el alma de mi cuerpo y me quedo procesando lo que ha dicho Trevor.
–¿Lo viste? ¿Pudiste ver su rostro? –Le pregunte casi entrando al borde de la desesperación.
–No, estaba vestido de negro completamente y la capucha puesta. Salto del árbol después de gritarle, no logre ver nada.
–Mierda, mierda, mierda. Esto no puede estar pasando, no otra vez– me paso las manos por la cara y el cabello en un mísero intento de contener las ganas de mandar todo al diablo.
–¿Qué está pando? , ¿por que dices que 'Otra vez'? – pregunta Trevor preocupado.
Me hago a un lado de la puerta para que el pueda pasar y contarle lo de los mensajes, las fotos y todo lo que ha ocurrido desde que llegue a este pueblo.
–¿Me estas jodiendo Dominick?, me estás diciendo que hay un puto loco acosándote desde que llegaste y no dijiste nada.
Está enojado y la verdad no lo culpo, yo también estoy enojada conmigo misma.
–Al comienzo pensé que era una broma por ser la nueva pero después... fue más intenso y me aterra pensar que hay alguien siguiendo cada maldito paso que doy.
–Me quedare.
–¿Qué? –sus palabras me desconcertaron un momento hasta que calara las cosas.
–Me quedare contigo esta noche y las que sean necesarias hasta saber que ya no hay ni un loco acosándote. –dice de una manera decidida. Sus palabras hacen que las comisuras de mis labios se alcen amenazando en que salga una sonrisa.
–Gracias –le susurro antes de envolver mis brazos en su cuello y darle un abrazo. En verdad estoy agradecida con él porque en verdad estoy aterrada y con el de alguna manera me siento segura.
–No tienes por qué agradecerme–contesta el devolviéndome el abrazo y enterrar su cabeza en mi cuello.
Al día siguiente me despierto esperando encontrar a un dormido castaño en el sofá de mi casa pero para sorpresa mía no está por ninguna parte, en su lugar encuentro una nota en el sofá donde durmió.
Tuve que abrir la cafetería hoy, hay un café en la encimera. Lamento que no hayas visto a este suculento bombón al despertar. Por favor ten cuidado cuando salgas y cierra todo muy bien.
-El amor de tu vida
Solo Trevor sabe cómo sacarme una sonrisa cuando lo necesito. Me dirijo hacia la encimera donde está en café, me hago el almuerzo y comienzo a chequear mi teléfono
Llaman al timbre de mi casa y por un memento me tenso, pero me obligo a relajarme. Me paro y abro la puerta pero no se encuentra nadie, veo a ambos lado y es ahí cuando me percato de que hay una caja de regalo de color rojo carmesí con un lazo negro.
¿Un regalo?, ¿Quién dejaría un regalo en mi puerta?, mi cumpleaños ya paso y mi mama no está aquí. Esto no tiene sentido.
Tomo el regalo y cierro la puerta. Al examinar el regalo veo que tiene una nota con solo mi nombre escrito en una letra cursiva de lo más delicada. Veo la caja y me hasta cosita abrirla ya que es tan elegante y bonita que me da tristeza tener que quitarle ese bonito laso.
Al abrir la caja lo primeo que veo es una carta al estilo Harry Potter y un hermoso antifaz de pidras plateadas con un listón negro.
Me decido por primero abrir la carta.
Estas cordialmente invitado al baile de máscaras de la familia Datch
La familia Datch tiene el Honor de invitarte a su baile de máscaras que se efectuara a las 22:00 el día viernes 29 de septiembre.
Solo se le permitirá la entrada a una persona con su invitación.
Esperamos que nos pueda deleitar con su presencia.
-Familia Datch.
¿Familia Datch?
–¿Estabas hablando con el mellizo Datch? –dijo una muy sorprendida Marce. Trevor al escucharla abria olímpicamente los ojos y me vio.
–Espera, ¿Qué? Tu hablabas con Zigor–contraataco otro muy sorprendido Trevor.
–Zi... ¿Qué? –conteste algo confunda por no saber de que se trataba esta inesperada intervención.
–Con el que estabas hablando haya adentro es Zigor Datch.
Datch, Datch, Datch, Datch. Donde más eh visto ese apellido, sé que lo vi en otro lugar.
Entonces me viene a la mente el cartel de la chica desaparecida, todo comienza a tomar sentido para mi. Zigor es Hermano de la chica desparecida, como no lo imagine antes.
Deje mis pensamientos a un lado cuando mis ojos caen en el contenido de la caja.
Es un hermoso vestido color guinda que es ceñido al cuerpo con una abertura en la pierna, ¿Por qué esta familia se tomó la molestia de invitarme y regalarme un vestido? O más loco aun...
¿Por qué hacer un baile con su hija desparecida?
Todo esto me da un mal presentimiento y vaya queno estaba equivocada.
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Editado: 09.01.2022