Zigor

OCHO

–¿Estas segura que es de el encapuchado?– pregunta Trevor.

Hace un par de hora que la policía se fue y que encontré el cassete. Llame a Trevor después de todo lo que paso, solo con decirle lo ocurrido Trev llego a mi casa en menos de cinco minutos. Dejando a su madre con su hermana lo cual me hace sentir un poco culpable.

Llevamos unos minutos viendo el cassete con la duda de escucharlo o no.

–Estoy completamente segura que es de él, yo no tengo una grabadora mucho menos cassetes. Pensé que esas cosas ya no existían.

–Tal vez un policía lo olvido.

–Solo tenemos que escucharlo y sabremos de quien es, pero estoy segura de que es de ese loco.

–¡Estás loca! –dice mientras se pone de pie. –Ese maniático te está vigilando y sabrá dios cuales sean sus intenciones, pero estoy seguro de que escuchar esta cosa es una pésima idea. –se pasa las manos por el cabello mientras va de un lado a otro.

–Podrías relajarte. – Me pongo de pie–tal vez este cassete tenga una pista para saber quién es el encapuchado. Tenemos que escucharlo, de algún otro modo no llegaremos a ningún lado por saber quién es el responsable de los mensajes, las fotos y sobre quien entro a mi casa.

Trevor suelta un suspiro y relaja sus hombros.

–Bien, tu ganas. ¿Tienes donde poder escucharlo? –se acerca para tomar el cassete en sus manos para verlo detenidamente.

–Ehhh...–lo pienso por unos segundo hasta chasqueo los dedos al recordarlo–El estéreo.

–Acaso ves esto–dice alzando el cassete– como un CD, porque yo no.

–No idiota, el estéreo tiene para poner cassetes y CD.

–Podrías especificar, comencé a creer que necesitabas una cirugía ocular urgentemente.

Volteo los ojos por su comentario. Le quito el cassete de las manos para después dirigirme donde se encuentra el estéreo.

–Sigo creyendo que esto es una muy mala idea–dice Trev poniéndose a mis espaldas viendo con miedo el cassete como si fuera a explotar al darle play.

Comienzo a dudar de que tan segura estoy con Trevor, siento que si en algún momento un perro nos persigue por la calle, el sería el primero en empujarme para ser mordida por un perro y no el. 

–Podrías dejar de actuar como un perrito asustado. Solo haces que ponga de nervios. – volteo para quedar frente a él y darle una mirada severa.

–Lo siento okey, esto me pone algo nervioso.

Me vuelvo a voltear hacia el estéreo. Le pongo play para que se comience a reproducir el cassete .

Al comienzo solo se escucha como una interferencia pero después se escucha de fondo una canción de piano y una voz femenina

–¿Podrías dejar de grabarme? –dice la voz femenina. En toda la grabación solo se escucha ella y no con quien se supone debería de estar hablando.

Como quieras, aun así mis padres lo van a descubrir. Me están buscando y cuando me encuentren van a asesinarte. Porque eres una maldita basura, siempre lo fuiste.

Mátame si es lo que quieras. Pero eso no va a impedir que todo el pueblo sepa la escoria que eres.

Ella suelta una risa de boca cerrada.

–Espero verte muy pronto en el infierno querido...

La grabación se corta en el momento en que iba a decir algo más. Mi corazón está latiendo frenéticamente y mis manos están sudando.

Volteo a ver a Trevor pero él se encuentra pálido, sus ojos están desorbitados y su frente suda.

–¿Trev? –le pregunto para llamar su atención pero el parece estar ahogado en sus pensamientos.

–Es ella... – Susurra.

–¿Ella?, ella ¿Quién?. Trevor.

El traga saliva haciendo que su manzana de Adán suba y baje, parpadea un par de veces antes de verme a los ojos. En ellos se aprecia la angustia y el miedo.

–Es Aria Datch. Dominick...

Todo a mi alrededor dejo de escucharse, la voz de Trevor la escuchaba a la lejanía, mis piernas fallaron y caí al suelo de rodillas, mi corazón dejo de latir y todo mi mundo dejo de existir.

El maldito que causo la desaparición de Aria hora viene por mí.

–Es ella...–dije una manera tan suave que se confunde con un susurro.

Trevor se inca junto conmigo y me rodea con sus brazos de una manera reconfortante, el me acaricia el cabello mientras yo trato de asimilar lo que escuchado.

–Ella hablaba sobre alguien, alguien que no quiere que el pueblo sepa quién realmente es. ¿Quién es esa persona?. –volteo a ver a Trev quien tiene la vista clavada en el suelo.

–No tengo ni idea Dominick, pero sea quien sea ahora esta tras de ti. –voltea a verme y en sus ojos hay miedo.

–No... ese maldito no vendrá tras de mí, si no esque yo llego antes a él y termino lo que Aria comenzó.

Voy a encontrarlo y voy a descubrirle la persona que es al pueblo, aun y si eso me quita la vida. No dejare que ese maniático se salga con la suya.

–¿Cómo piensas encontrarlo?, ¿Llevaras el cassete a la policía?.

–No, eso no ayudaría de mucho. No sabemos si es una persona importante podría tener influencia en ellos.

–¿Entonces qué piensas hacer?

–Zigor Datch, eso es lo que pienso hacer.

Narrador externo

–¡MIERDAA!–aviento el librero que está a mi lado con fuerza. Me paso las manos por el cabello con desesperación mientras camino en círculos.

Como carajo se me pudo caer el cassete, eso no estaba en el plan. Si ese caseete llegue a manos de la policía estoy perdido.

Pero ella es demasiado inteligente como para no hacerlo, ella es calculadora y estoy seguro que me eh metido tanto en su cabeza que ahora piensa en todos los escenarios posibles sobre mí .

Veo todas las fotos de ella pegadas en mi tablero, en mi pared, en mi espejo. Toda la cabaña está repleta de fotografías de ella.

En todas esta distraída, sonriendo, corriendo, hablando, durmiendo... es tan perfecta. Su piel bronceada, su cabello castaño, sus ojos cafés y su maravillosa sonrisa.

Toco una de las fotografías donde está durmiendo, se ve tan relajada y tranquila. Es como un ángel.




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