Zombis entre mundos.

Capítulo 1

La alegría de regresar a su casa, los recuerdos de lo que era antes del fin del mundo. Todo se esfumaron cuando vio a su otra yo.

—No entiendo –dice Angélica sin emoción. 

—Menos yo, pero soy tu.

— ¿Cómo llegaste aquí?

—Siempre estuve aquí, pero al cruzar la puerta de mi cuarto terminé aquí. 

—Sigue siendo tu casa.

—En otra realidad.

 

Angélica se queda callada, nadie habla por un rato.

—Sígueme, tus amigos están.

— ¿Los atacaron? – Angélica interrumpe a su otra yo.

—No. –Se queda callada y piensa un momento—. Hablaron algo de una negación.

—Sí, es algo que sucedió al principio.  Eso fue un problema del pasado.

—Creo que volverá a ser un problema.

 

Angélica no entendía lo que su otro yo le decía.

—Sígueme, pero tu equipo se quede aquí.   

 

Angélica le hace aso, les ordena a los demás quedarse y sigue a su otra yo. Van por el pasillo, entran al cuarto de la escalera, suben la escalera y entran a lo que una vez fue su habitación.

Al entrar, su cuarto sigue igual de sucio, ve a sus amigos sentados en la cama, mirando hacia la ventana y ella también se pone a mirar al otro lado de la ventana.  De sus ojos salen lágrimas ya que, el mundo del otro lado de la ventana, es el mundo de antes. Autos, perros, personas, infantes gritando en la casa del vecino.

— ¿En qué año están aquí? —pregunta Angélica sin dejar de ver el mundo del otro lado de la ventana.   

—Es el 2018.

—En el mundo de los zombis también es 2018.

—Es el mismo tiempo.

—Tal vez, somos la misma persona, pero…

— Pero ¿qué?

 

Angélica se da media vuelta y antes de poder decir algo, nota la cara de sus amigos. Impactados, llorando, al ver el mundo de antes.

— ¿Amigos?

— ¿Crees que mi hijo siga vivo? – pregunta Mario.

— Mis amigos del orfanato, ¿seguirán aquí? – pregunta María.

—Tienen así un buen rato – dice Angélica.

 

Angélica toma en cuenta lo que su otro le dice y piensa bien toda esta situación.

—No podemos hablar con los de este lado. No sé si decirlo a los del otro lado. No sé el caos que se armará.

 

Angélica empieza a concluir cosas, sin parar. Su otro yo, solo se le queda mirando.

 —Tengo que contarle de esto a alguien.

—Bien, pero ¿a quién?

—A quien sea.

—Que sea un líder.

— ¿Líder?

—Si, esta información no puede ser oídas por todos.

— ¿Crees que no se puede confiar en el gobierno?

—Aquí, dicen cosas de gobierno corrupto y todo eso.

—En el pasado, también se decía eso, pero la cosa cambio.  

— ¿Vas a querer tener una base aquí?

—No me arriesgo a que pase el virus a este lado. La base será en el lado apocalíptico. 

— ¿Qué causó ese virus?

—No se sabe, solo sé que todo empezó en el 2015 y, además, no sé si estés infectada.

—Lo dices porque cruce al otro lado, ¿verdad?

—Sí.

 

Angélica regresa al mundo apocalíptico, dejando a su otro yo en el mundo normal. Baja las escaleras, camina por el pasillo para regresar con los demás.

—Hay una noticia buena y una mala—empieza hablar Angélica—. ¿Cuál quien escuchar primero?

— ¿Le paso algo a Mario o a María? —pregunta preocupado una de las personas de lugar.

—No.

—Menos mal. Para mí, eso sería malas noticias. Di primero la mala.

—Hay una nueva amenaza, pero no para nosotros.

—¿Sobrevivientes en peligro?

—No son sobrevivientes, pero si están en peligro.

—Vamos, no puede ser tan difícil si vamos todos.

—No podemos –dice Angélica antes que alguien haga un movimiento—. Nosotros somos la amenaza.

—Ahora no entiendo nada –empieza hablar una persona armada—. No son sobrevivientes, no son esas criaturas y ¿nosotros somos la amenaza?

—Sé que es difícil, yo también no lo entiendo bien, pero mejor vamos a mi antiguo cuarto y lo verán.

— ¿Los siete? Bien, vamos a todos. De seguro el lugar no de derrumba –dice una persona del grupo de manera sarcástica.

—Créame, no se va a derrumbar y no importa si estamos todos ahí.

 

El grupo no entiende, pero sigue la sigue. Caminan por el pasillo, entran al cuarto de la escalera y suben por ella. Al entrar a la habitación, Angélica le señala la ventana y uno a uno miran al otro lado de la ventana. Nadie cree lo que ve. ¿Un viaje al pasado? ¿Universos paralelos? Tantas teorías se formaban en sus cabezas.




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