Zombis entre mundos.

Capítulo 4

En la cocina, los soldados se daban un festín con la sopa instantánea. La alegría de sus caras es notoria.

—Interesante –empieza hablar Angélica del lado sucio.

— ¿Qué pasa?  — le pregunta su contraparte.

—No fingen sonrisas, no fingen alegría. Eso es bueno.

—Supongo que tiene que ver con lo que dijiste hace rato. Bueno, ¿comemos?

—Sí.

 

Ambas Angélicas se preparan una sopa, pero para una no es la gran cosa.

—Quizás, para mí esto es del día al día, pero para ustedes no.

—Exacto. En el lado sucio, ya no podemos encontrar comida enlatada, pero tuvimos la precaución de tener plantaciones de comida, desde un principio.

— ¿Desde un principio?

—Sí. En mi caso, yo hable de mis familiares de Santa Cruz, ya sabes, ellos tienen una milpa.

—Sí.

—Pues, cuando los teléfonos servían, les hice una llamada para que protegieran las cosechas y ellos le avisaron a cada dueño de cada uno de las milpas y ranchos.

—La voz corrió rápido.

—Creo que fue una de las últimas veces que, la voz de una noticia corrió rápido. 

— ¿Ultimas veces?

—Sí, ahora todo es ir caminando, a caballo, a bicicleta y sí aun tenías combustible pues en un carro. Aunque todos prefirieron guardar la gasolina para lo importante. 

—Hace rato dijeron que querían pasar entretenimiento al lado sucio.

—Sí, ya que no hay internet.

 

Ante un momento de silencio, un soldado después de terminar su plato de sopa, decide hablar.

—Angélicas. Hace tiempo que encontraron los servidores de compañías de internet y todo eso, pero no creen que valga la pena hacer limpieza en ese lugar. Ahora, les llegará la noticia del mundo limpio y pues, quizás se animen a limpiar esos lugares y tener internet.

— ¿Crees necesario eso? — pregunta otro soldado.

—Sí, volveríamos a tener una forma más fácil de comunicación con los demás – dice Angélica del lado limpio.

—Tu estudiabas esa carrera, podríamos enviarte – surgiere un soldado.  

— ¿No sería mejor enviar a la del lado limpio? –pregunta otro soldado.

 

Pasar de hablar de una posibilidad de volver a tener una forma de comunicación, a cuál Angélica enviar a ese lugar.  Ambas chicas escuchaban la discusión.

— ¿No podemos hablar nosotras?

—Si puedes, pero debes meterte y hablar.

 

Angélica del lado limpio le piensa un poco y decide hablar.

—Miren, digo escuchen yo… Yo no sé pelear contra esas criaturas, pero mi otra yo sí.

—Eso lo sabemos, pero tú tienes más conocimiento que ella. Que no sepas pelear, eso se arregla – dice un soldado.

—Una de dos. Aprendes a pelear o tu contraparte se vuelve tu guardaespaldas –dice otro soldado.

—Creo que debe aprender a pelear, ya que así serían dos personas trabajando en el mantenimiento de ese lugar.

— ¿Creen que ellas son las indicadas? Buscarán a más de uno que pueda hacer algo. Además, ella tiene que ver con programar software o algo así.

— ¿Crees que no saben mantener servidores?

—Mantenerlos no, pero activarlos con las computadoras y hacerlos funcionar de esa manera, sí.

—Así que, para lo inicial ellas no son las indicadas.

—Así es. 

 

Nadie más habla hasta que la comida termine.

—Creo que hay una falla en ese plan —dice Angélica del lado limpio.

— ¿Cuál? – le pregunta su contra parte.

—Para empezar, primero planearon todo de la nada, o eso parece. Segundo, no nos consultaron. Tercero y tal vez más importante, ¿saben dónde están esos servidores?  ¿Cómo llegar a ellos?

—Así planeamos todo.

—Es un milagro que sobrevivieran.

—Si se han muerto y casi no tenemos tiempo para descanso, menos para hacer planes. Todo se hace a la marcha.

 

Después de un silencio incomodo, al General se le ocurre mirar y dice su idea a todos los demás.

—Es una gran idea, General.

— ¿Cuál película?

—Yo digo que la de bob esponja.

—Yo la de los vengadores.

—Voto por la de Mad Max.

—Yo quiero la de Jurassic World.

—Los minions, los mininos… digo los minions.

 

Al escuchar ésto, Angélica, se da cuenta que hablan de las películas esperadas de ese año. Así que, mientras todos hablan, Angélica se aparta y su otro yo la sigue.

— ¿A dónde vas?  — pregunta Angélica a su otro yo.

—Por mi computadora. Pensé que podríamos hacer una maratón en orden cronológico de las películas de los vengadores, ya que, bueno, no parece que tengan algo que hacer en un buen rato.

—Eso es cierto.

 

Esa misma noche empezaron con la emisión pirata de todas las películas de los vengadores.

 

*********

 

Pasaron los días y el General no recibía respuesta. Ña película que seguía en la lista es la de guerra del infinito, y eso le causaba preocupación a una Angélica y la otra se daba cuenta.

— ¿Pasa algo? —pregunta Angélica a su otra yo.  

—Es la película que sigue. La verdad, no sé si ponerlo ya que, me sentí mal al verla. Toca el corazón y verás los memes que se hicieron.

—Es solo una película, no causa nada malo verla.     

—Por lo que me dijiste de esas criaturas, de cómo los humanos se transforman en esas criaturas.

— ¿Te preocupa lo que les pasé?

—Si.

—Nunca lo pensé, pero hasta ahora hemos estado bien.

—Disculpen, pero eso a mí sí me interesa— les interrumpe el General.

 

Los tres miraron por un rato.

—Pon la película y veremos lo que pasa – ordena el General.  

 

 

El General, miraba a cada una de las personas que ven la película, esperando cualquier momento para ver la posible transformación de alguna de ellas.  Angélica le da la señal al General, indicando que esa parte de la película está por empezar.




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