Zombis entre mundos.

Capítulo 6

Ante la futura celebración de la Navidad, después de 5 años, muchos no tenían el más mínimo interés de celebrar y menos si ya no tenían familiares o amigos.

—Así que, celebrar Navidad por primera vez en cinco años —dice Angélica.

—Sí, pero no todos van a celebrarlo —le comenta María.

—Así que la idea fue del General.

—Originalmente de Mario, pero su idea era celebrarlo con Carlos y los más cercanos. No con todo Hermosillo.

—Pues, hay que pedir, pero pedir recetas. ¿Alguien se acordará de cómo hacer el relleno?

—Los del lado limpio, o revisando el internet.

 

Dicho eso, Angélica sale de la habitación y atrás de ella María. Caminan por el pasillo, hasta llegar a la sala principal y de ahí salen por la puerta principal de la base sur.  

Cuando sale de la base, Angélica piensa un poco sobre ese nuevo evento y piensa que al General le gustaría estar con sus hijos, ya que, desde que vino, no ha vuelto a Estados Unidos y por ende, no ha visto a su familia.

— ¡Soldados! —grita Angélica a un grupo de soldados.

Todos los de grupo se detienen.

—Necesito un voluntario, alguien que pueda traer personas de muy lejos. Aunque sea con contactos.

—Yo— dice uno de los soldados.

—Bien. Lo que necesito que hagas y no le digas a nadie, es que traigas a los hijos del General, para navidad. ¿Podrás?

—Supongo que si, hoy sale autos a Estados Unidos y no sé, si sus hijos están en Arizona.

—Bien, intenta que los traigan si están en la ruta.

—Si.

—Pueden marcharse todos y no le digan a nadie.  

 

Dicho eso, el grupo de soldados se marchan y prosiguen con su trabajo.

— ¿No se te hace curioso? —se cuestiona María.

— ¿Qué cosa? —pregunta Angélica.

—Que curiosamente sale autos hacia Arizona.

—Son cosas que pasan, además, solo coincidió con lo que he ordenado. Yo no sé nada de los horarios de los autos. Es más, ni sé para que hacen esos viajes que, por cierto, están muy controlados.

— ¿No sabes que llevan o traen?

—Sinceramente, no lo sé. Yo solo soy la cara, la mártir. Pero lo que, si sé, es que, están modificando los autos para que funcionen con pedales o energía solar, ante la inevitable, falta de gasolina.

—Según yo, la gasolina no dura mucho tiempo almacenada. Dependiendo de cómo este compuesta, y varios factores más, como el tiempo, hacen que la gasolina pierda propiedades. No puede estar almacenada por más de tres a seis meces. Claro, pueden crear nuevas fórmulas y así dura más, pero eso se podría hacer en el mundo de antes.

—Dime que piensas.

—Una de dos. —Se sienta en el suelo y respira profundamente—. Uno, hay fabricas que siguen funcionando y sacan petróleo. Dos, utilizan un nuevo petróleo.

—Ya me empecé a preocupar.   

— ¿Lo dices por el nuevo combustible?

—No, ya que, he visto que alteran los autos para usar energía solar o que fusione con pedales. Lo que me preocupa, es la razón por la cual usan esos autos y mande a traer a los hijos del General. Me preocupa.

—Definitivamente, incluso en este mundo, hay secretos.

—Yo no pensé en la razón por la cual usaban los autos. Simplemente, lo he ignorado todos estos años.

*********

El grupo de soldados prosiguen con su trabajo, pero una voz le dicen que se detenga.

—Necesito a uno de ustedes, de preferencia que me diga cuando salen los autos —dice el General.

—Yo lo sé, es hoy en la tarde —dice un soldado.

—Bien, ¿cuál es la ruta?

—Hoy hay dos rutas: Arizona y la playa de Kino.

—David, ¿Mario es de Kino? —pregunta el General, mientras dirige su mirada hacia David.

—Sí, Señor —contesta David.

—Bueno, soldado, trae a los infantes de la casa hogar que es de Mario.

—Sí, Señor —dice el soldado y el grupo prosigue con su trabajo.     

*********

El grupo de soldados continua su trayecto, hasta que se encuentran con Mario que pide que se detengan.

—Necesito a alguien de ustedes —empieza hablar Mario—. Necesito que alguien me diga cuando sale los autos.

—Yo lo sé —dice un soldado.

—Bueno, ¿puedes decirme cuando salen los autos? Y, ¿a dónde salen? —pregunta Mario.

—Salen hoy en la tarde, y las rutas son a Arizona y a la playa Kino.

 

Al escuchar ese nombre, Mario piensa en los infantes de la casa hogar.

—Bueno, quiero que, en la ruta de Arizona, cuando este de regreso, traigas a los familiares de Angélica, los sobrinos. Y de paso, trae a mis infantes de la casa hogar.   

—Esta bien.

 

Dicho eso, el grupo de soldados prosigue su trabajo.

—Olvide a mis infantes de la casa hogar —dice Mario.

—Padre, es normal que tengas muchas cosas en tu cabeza. Pasaste por mucho en estos días y, yo también.

—Lo bueno es que, me acordé de traerlos para la cena de navidad.  ¿Habrá suficiente comida para todo Hermosillo?

—Según yo sí, ya que, pidieron que todo se trajera desde el limpio.

 

 

*********

 

Al llegar a la base, un grupo de soldados se alista para ir a los camiones.

— ¿Harás esos pedidos? —pregunta un soldado.

—Si. Normalmente a Mario no le haría caso, pero incluyo a la chica, Angélica — le contesta otro soldado.

— ¿No crees que sea una coincidencia que los tres te pidieran un favor?

—Si. Angélica pidió un favor para el General, el General un favor para Mario y Mario un favor para Angélica y para él mismo.

—Parece una coincidencia que nos cruzáramos con esas tres personas. Si nosotros estuviéramos en una novela, ésto sería conveniente para la trama.

—Mejor volvamos al trabajo, los otros ya se subieron al camión y solo se nos quedan viendo mientras hablamos —dice mientras señala al grupo de soldados.




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