Zombis entre mundos.

Capítulo 9

Mientras el sol desaparecía en el atardecer, Angélica seguía a lado de la criatura y se pone a pensar en lo que dijo el General.

—No te preocupes, buscaran a tu familia—empieza hablar Angélica—. Sabes, te convertirás en petróleo, es lo más probable. Incluso, si tienes familiares que reclamen tu cuerpo.

 

Se recuesta en el suelo, extiende sus brazos hacia el arriba y empieza a jugar haciendo movimientos sin sentido con sus brazos y manos.

—Es irónico. Hacen santa sepultura, solo para que estén en paz consigo mismo y seguir adelante. 

 

Dobra sus piernas, y sin dejar de mover sus brazos y manos, se levanta para terminar sentada en el suelo. 

—Tanto que batalle, en encontrar los cuerpos y poder sepultarlos. Tanto que batalle en encontrar ataúdes. Tanto que batalle, es buscar quien me ayude con el procedimiento funerario. Digo, era los inicios del fin del mundo y las personas tenían cosas más importantes en mente, que un funeral.

 

Detiene los movimientos de los brazos y manos, y pone sus manos en su cabeza.

—Mi objetivo era ayudar a mi familia, buscándolos, rescatándolos, viaje por todo Hermosillo por ello y termine ayudando a todos menos a los míos.

 

Después de unos minutos pensando, decide mirar a su alrededor si viene el equipo de limpieza.

—No viene nadie. Los llamaron, pero ¿los debí llamar yo? ¿Los llamó el general?

 

Revisa su mochila y busca la radio para llamar al equipo de limpieza.

—Hola, hola —dice Angélica por la radio. 

 

Nadie contesta.

—Quiero reportar un cuerpo que matamos de una criatura —comenta Angélica.

 

Nadie contesta.

 

Trata de buscar otra frecuencia.

—Hola, soy Angélica.

Si, te escucho, pero andamos ocupados con una polémica —dice la voz de la radio. 

—Quiero reportar un cuerpo para que se lo lleven, pero no me contesta y solo hice una llamada al azar —comenta.

—Pues, no tengo tiempo. Estamos en la casa vieja de…

 

La conversación se detiene por el sonido de unos disparos.

 

La llamada de radio se corta.

 

*********

 

 

La criatura, corre hacia la chica y le salta encima. Los balazos apenas rozan a la criatura y terminan en la pared.

 

La criatura apenas cae sobre la chica, cambia su rumbo contra el que disparó y en ese movimiento rasguña la ropa de la chica y logra herirla.

— ¡Maldita sea! —exclama el hermano.

 

El hermano sigue disparando y logra darle a la criatura, pero no ve que su hermana intenta levantarse y recibe un par de balas en el brazo.

—¡Hermana! —exclama el hermano.

—Estoy bien, pero busca el celular.

—Eso no importa.

—Importa, me llamo mamá.

—¿Qué?

—Creo que…

 

La chica no termina de hablar, el dolor se vuelve más intenso que hace retorcerse de dolor a la chica.  El hermano mira la camisa de su hermana, y ve que tiene marca de garras que no solo dañaron la ropa, sino, que también rasgaron la carne.

— ¡Llamen al médico! —grita el hermano.

 

Los demás chicos llegan.

—¡Llamen al médico por la radio! —grita el hermano.

—Yo voy a avisar al de la radio —dice un chico del lugar.

 

El chico, baja por las escaleras y encuentra al de la radio terminando con una llamada.

—¿Qué paso? —pregunta el chico de la radio.

—Llama al medico —ordena el chico.

 

El chico de la radio hace la llamada por radio.

 

*********

 

—El medico viene en camino —dice el chico de la radio.

—Bueno, le daré la noticia a los demás, lamento arruinar tu llamada de radio, pero no es hora de usar la radio para llamada personales.

—No llame, llamaron y era Angélica, que no le contestaba el grupo de limpieza.

—Los de la limpieza… Creo que..

 

Piensa por unos segundos y opta por no hablar.

—Olvídalo. Regresaré con los demás.

 

*********

 

Angélica se da cuenta de los balazos que se escuchaban del fondo y que después de eso, el corte de la llamada. No le piensa de nuevo he intenta llamar al grupo de limpieza y no responden. Hace otras llamadas al azar, y quienes contestaron dijeron que también llamaron a la limpieza, pero nadie les contestaba.

 

Hay quienes dicen que necesitan vacaciones, hay quien dicen que renunciaron.  Cualquier cosa que digan es posible.

 

Un extraño sonido se escucha cerca y esto pone en alerta a Angélica. Se pone de pie, recoge su mochila y mira a su alrededor, buscando el origen del sonido.

 

Por sus sentidos alertados, tiene la sensación de que el cuerpo de la criatura se mueve, pero al observarlo detenidamente, de bajo de la criatura, sale una serpiente negra. Esto tranquiliza a Angélica, ya que eso no significa que no hay criatura con comportamiento especial.

 

La curiosa serpiente negra llama la atención y la sigue con la mirada hacia dónde se dirige. Cuando parece que se pierde a lo lejos, una persona recoje la serpiente y se dirige con dirección hacia Angélica y esta retrocede un poco.

 

Mientras esa persona se acerca, aparecen más personas y sus ropas pueden verse cada vez mejor. Es el grupo de limpieza, que son reconocidos por su uniforme muy pintoresco.

—Si que no se ponían de acuerdo con su uniforme multi color, pero es bueno que agregaran color y animaran el ambiente —dice Angélica.

 

Mientras el grupo de limpieza se acercaba, ella notaba que son solo tres personas, ya que solo es un cadáver, pero hay algo peculiar en uno de ellos.

 

Es un hombre muy flaco cuya cara parece estar hasta en los huesos, lo que puede indicar que no ha comido en mucho tiempo, pero también logra ver que tiene los ojos salidos y la serpiente se pone en su cuello.




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