Cuando Mónica Albori murió, dejó un enorme vacío que ocupar y muchas cosas que finalizar, pero lo más importante fue que dejó sola a su hija pequeña: Chloe.
Esto provocó que Chloe tuviera que mudarse a casa de su padre Jean Pierre Deveraux, que vive en una pequeña ciudad del estado de Florida y con quien no tiene una relación muy fructífera a pesar de que ella hubiera intentado por años conseguir aprobación por parte de él.
En Florida, Chloe conoce a Jackson Walls. Un joven tan apuesto como impulsivo cargado con una personalidad desconcertante y una mirada arrolladora, que de inmediato queda prendado por ella. Y cuando Chloe —que, al igual que él, comienza a sentir un fuerte deseo desatado en su interior—, decide que no quiere volver a sufrir enamorándose, él opta por cambiar su fama de casanova para demostrarle que tras todo eso existe un chico sensible que lo daría todo por ella.
Ambos comienzan un juego de flirteo que se vuelve cada vez más peligroso y sensual, y del que ninguno busca salir a pesar de que poco a poco la bruma produce una tensión erótica que grita por romperse de una vez.
Sin embargo, Chloe se ve en una encrucijada cuando le revelan un gran secreto y le dan la alternativa de conseguir la aprobación que tanto anheló por parte de Jean Pierre con una única condición: casarse con un joven que apenas conoce y renunciar para siempre a sus sentimientos por Jackson Walls.
Y cuando Chloe se niega a satisfacer a su padre a costa de su felicidad, se lleva la sorpresa de que todo estaba premeditado incluso antes de que ella tuviera voto en su futuro y se desata una batalla que tiene como objetivo destruir todo aquello que ella por años pensó, creyó y planeó.