Me muevo de un lado a otro, viendo de qué ángulo es mejor atacar, ella solo me observa con una sonrisa en sus labios. Esta mujer venció sin mucho esfuerzo a Daniel, un vampiro bastante fuerte, eso quiere decir que es poderosa, asique yo debo ser cuidadosa y pensar bien la forma en la que atacare.
—¡Vamos niña! — Me anima — no me hace mucha gracia pasar toda la tarde parada esperando a que des el primer paso.
Lo bueno es que Lara no se ha descontrolado completamente, de hecho, es como si ella se encontrara cuerda y volviera a actuar como antes. Bueno, a excepción de aquel día que nos peleamos con Retana. Maldita loba.
—Me estoy aburriendo… — susurra, se mira sus uñas y luego a mí, sus ojos están más rojos que antes — ¿sabes? En este mismo instante, unos cuantos vampiros, idénticos a mí, están atacando a los demás — los puedo escuchar con claridad, los gritos de Gabriel, los lamentos de Álvaro y todo lo demás, han comenzado a luchar antes de que Daniel empezara con su pelea — y cabe mencionar que, si no me vences, ellos morirán — señala con un movimiento de cabeza a los humanos, mis ojos se encuentran con los de Breck.
Alguien golpea mi cara. Ella ha aprovechado mi momento de distracción para atacar. Es una zorra.
Me recupero rápidamente y me lanzo encima de ella. No puedo permitir que me gane. No debo dejar que nadie toque a esos humanos. La muerdo por varias partes, le tomo su muñeca con mis colmillos y su podrida sangre me recorre todo el hocico. Es asqueroso. Esto me está dando asco, pero no la suelto, no puedo dejarla libre.
—Maldita… — deja que un quejido salga de sus labios cuando le arranco la mano.
Retrocedo unos cuantos pasos y me la quedo viendo, ella se deja caer de rodillas al suelo, tomándose su brazo. Camino alrededor de ella.
—Veo que tienes fuerza — gruñe — más de la que tenías antiguamente. Está claro. Pero eso no quiere decir que me vas a ganar — se pone de pies y me lanzo a morderle la pierna ahora.
Ella me golpea unas cuentas veces en la cabeza, pero no la suelto. En un movimiento de desesperación, mezclado con ira, me hace lo mismo que le ha hecho a Daniel y mete su asquerosa mano en el interior de mi cuerpo. Me alejo de ella gimiendo adolorida. De mi cuerpo salen grandes chorros de sangre.
—Tu sangre… — su asquerosa lengua recorre su mano, saboreando la mancha roja que ahí se encuentra — es más sabrosa que la de aquel asqueroso vampiro.
Al parecer, el dolor que sentía en la mano ha desaparecido. Su mano aún se encuentra en el césped llena de sangre. Debería ser más fácil ganarle teniendo en cuenta aquello.
—¿Sabes que es lo que voy a hacer? — Sonríe — una vez que te asesine, te quitare tu piel y te colgare en la puerta que da a mi habitación.
De reojo observo a Breck, se encuentra siendo rodeado por su madre y hermana, el cura ya no está a la vista. Se ha dado a la fuga.
—Seré la envidia en el palacio oscuro — sonríe.
No espero a que el dolor de mi cuerpo desaparezca, yo solo me lanzo a su cuerpo. Deseo acabarla. Lara está impaciente dentro de mí. En un descuido, la mujer me toma de la cabeza, me alza y clava sus dientes en mi cuello, inyectándome de su asqueroso veneno. Desesperada por que me suelte, la alejo con mis patas. El dolor es desesperante. Me quema.
—Si sobrevives al veneno de un vampiro oscuro, eres genial — susurra — pues no cualquiera lo hace. Se dice que el veneno de nosotros, los vamjil, es más fuerte que el de un vampiro normal — ríe, mi cuerpo ha comenzado a temblar — me encanta ver morir a las personas cuando les inyecto mi veneno ¡le explotan los ojos!
Ambas con Lara nos reusamos a morir, así como así. Después de todo, se supone que tenemos la sangre de estas bestias en nuestro cuerpo, eso quiere decir que podemos combatir su asqueroso veneno.
¿Crees poder? — no le quitamos la vista de encima.
¿Tan débil me crees Shayla? — esta es la primera vez desde que nos convirtieron en lo que somos, que Lara me contesta cuando le hablo. Me siento feliz.
Nos ponemos de pies, lo que a ella la desconcierta un poco, pero finge estar bien. Le lanzamos un gruñido a la misma vez que nos lanzamos encima de ella. La vampira nos esquiva y sonríe satisfecha por eso, pero la tomamos por sorpresa cuando agarramos su pierna y la lanzamos hasta unos árboles, haciendo que se golpee con fuerza, corremos en su dirección, pues, no queremos darle tiempo para que se recupere. Decididas, tomamos su cabeza con nuestros afilados dientes y apretamos con fuerza. Su sangre corre por mis dientes y hocico hasta llegar al césped.
Me convierto en humana y me quedo viendo a la vampira, la cual está comenzando a soltar un líquido verdoso muy hediondo. Me alejo del cuerpo, el primero al que le quito la vida, y camino hasta donde está la familia.
—Shayla… — Breck se pone de pies y yo me caigo de rodilla, el corre en mi dirección preocupado. El veneno se está extendiendo en mi cuerpo.
—Por dios niña… — la mujer se cubre la boca con sus manos y se acerca también, junto a Sofía.
Me hacen recostarme para descansar. Siento como limpian mi abdomen, el cual ya está cerrado de la herida que me ha hecho la vampira y como pasan a limpiar mis labios. No quiero hacerlo yo misma, pues no deseo beber un poco de aquella asquerosa sangre. No quiero ser una de ellos.