Londres, quince años después....
Señorita Shayla, levántese ya oigo como me llama Aine, la mujer que se ha encargado de mi todo este tiempo.
—Ya voy — susurro.
Me levanto de mi cama y camino hacía mi baño, me doy una rápida ducha y luego salgo, me pongo mi ropa interior de color negra, un short azul y una musculosa blanca, la cual es muy abierta a los lados.
Me lavo los dientes y luego de ponerme mucha colonia, ya que sé que a Dante no le gusta mi olor de loba, salgo corriendo de mi habitación. Doblo a la derecha y paro de golpe cuando veo a la persona que está saliendo de su habitación.
—Buenos días Dante — le doy una de mis enormes sonrisas.
Este me mira fijamente unos segundos y luego se pone a caminar, yo solo camino detrás de él aun con mi sonrisa.
— ¿A qué se debe tanta felicidad? — habla con voz ronca.
Siempre me ha gustado mucho la voz de Dante, la encuentro tan varonil, que hasta admito que a veces babeo con solo oír su voz.
—Mañana empiezan las clases — digo.
Dante me da una rápida mirada y luego sigue mirando al frente.
— ¿Se debe solo a eso? — pregunta.
Nuevamente me deleitó con su voz, siempre que él me dirige la palabra disfruto esos escasos segundos, ya que Dante no es de hablar mucho.
—Y a que es mi último año — digo sonriendo más.
Dante no dice nada más, así que supongo que nuestra conversación ya ha llegado a su final, al menos no me hablo tan borde como otras veces.
Llegamos al comedor y Aine se apresura en darnos nuestro desayuno.
—Buenos días querida familia — Gabriel entra en el comedor.
—Y yo que pensé que esta mañana sería tranquila — digo.
—Te he oído — Canturrea Gabriel
—Esa era la gracia — le doy una sonrisa angelical.
Gabriel me mira con burla y yo solo me dedico a comer.
—¿Mañana ya iras a clases no? — pregunta.
—Seep — digo mientras le guiño un ojo.
—Qué alegría más grande, no te tendré que ver tanto...
—Lo mismo digo yo....
—Basta — dice Dante.
Le saco la lengua a Gabriel y este me devuelve el gesto. Me lleno mi tazón de cereales y luego le pongo la leche. Me estaba a punto de meter una cucharada de cereal cuando Gabriel hace una pregunta que no quería escuchar y menos quería que Dante la escuche.
— ¿No has encontrado a tu mate todavía? — lo miro y este me mira cerio, la pregunta no es en broma.
Veo que Dante igual me mira fijamente, esperando mi respuesta. Me muerdo el labio y preparo algo decente para decir en mi mente.
—No.... — digo — Creo que está muerto — sonrió.
Gabriel me da una sonrisa llena de burla y abre la boca para hablar.
— ¿Sabes? Yo creo que ya lo has encontrado....
—No digas idioteces — gruño.
—¿Por qué no dices que si?
—Porque no es verdad.
—Yo creo que el que es tu mate es Dante....
— ¡Eso no es verdad! — Chillo a la defensiva.
Gabriel iba a hablar de nuevo pero la voz de Dante hace que ambos nos callemos.
—Parecen dos críos.
Agachó mi cabeza y sigo comiendo en silenció, Gabriel le dice cosas a Date sobre muertes que han estado pasando últimamente en la ciudad.
"Maldito Gabriel" gruñe molesta mi loba.
"No hay que hacerle caso"
"¡Pero a dicho algo que no debió haberlo mencionado!" gruñe "Si Dante se llega a enterar...”
"Él nunca sabrá eso..." susurro "es nuestro secreto"
"Un secreto que Gabriel está sospechando"
— ¿Shayla? —La voz de Gabriel hace que deje de hablar con mi loba.
— ¿Sí?
— ¿En qué piensas?
—Eso no te importa
—¿Fantaseando nuevamente con Dante? — me mira con burla.