#1 Criada por el vampiro.

Capítulo 21

Pov’s Dante.

Hoy se cumple el sexto día que Shayla se encuentra encerrada. Anoche no pude dormir absolutamente nada, pero eso no es un problema muy serio, ya que los vampiros no necesitamos hacerlo, pero aun así a mí me gusta. Me levanto de la cama y sentado en la orilla de esta me quedo viendo el amanecer desde la ventana de mi habitación.

—Buenos días — Gabriel entra sin tocar, como la mayoría de las veces, en sus manos trae una carpeta.

—¿Qué es eso? — señaló sus manos con mi cabeza y me pongo de pies, los dos salimos de mi habitación para encaminarnos hasta mi despacho, pero antes de entrar ahí, me detengo en uno de los baños para lavarme el rostro.

—He averiguado un poco sobre la vida de aquel sujeto que murió ayer por nuestra agresiva forma de sacar información — sé que lo dice por mí, después de todo, fui yo el que perdió los estribos y lo asesino.

Me dejo caer en la silla detrás del escritorio, mi amigo abre las cortinas después de dejarme la carpeta en la mesa. Leo la poca información que ahí sale.

—Terry Styles, un hombre de alrededor de unos cuarenta años, sin hijos vivos, pues fallecieron hace un par de años, al igual que su esposa — Gabriel se queda viendo el paisaje y luego se gira para verme.

—Esto no sirve de absolutamente nada — lanzo la carpeta hacia un lado, esta cae en el sillón, el chico se pone al frente de mí dispuesto a mencionar alguna cosa, pero aplana sus labios rápidamente. Supongo que ha sentido el mismo olor que yo — al parecer vamos a tener visita — la puerta principal de la mansión es abierta con violencia, su olor llena toda la mansión, el rubio se cruza de brazos y gira su cabeza en dirección a la puerta.

Esta se abre con violencia, golpeándose con fuerza en la pared, un gran lobo marrón se hace presente. Sus amarillentos ojos se quedan fijos en mí, en ellos se puede apreciar claramente el desprecio que siente a mi persona, ella da unos cuantos pasos en mi dirección y se convierte en humana cuando está lo suficientemente cerca de mí, su cuerpo ha quedado al descubierto, pero al igual que Shayla, su ropa interior queda intacta. Estos lobos.

—¿Es que ustedes no sienten vergüenza? — Gabriel se pasa una de sus manos por su cabello, nervioso y toma una manta que había por ahí para pasar a dejársela por encima de los hombros de la chica.

Ella no le presta demasiada atención, de hecho sospecho que por la ira que siente en estos momentos, ni siquiera se ha percatado de su presencia. Pone ambas de sus palmas encima de mi escritorio y se inclina un poco para que sus ojos verdes azulados no se despeguen de los grises míos.

—¿Dónde está? — su voz es ruda, demasiado para lo pequeña que se ve.

No le quito los ojos de encima y me permito darle un recorrido a su cuerpo. La chica es bastante linda, su cuerpo no es tan llamativo como el de Shayla, pero está bien, lo único malo que tiene, es esa actitud dominante que algunos lobos lo hacen notar más que otros. Odio esa faceta de ellos. Amira Bazzi, la mejor y única amiga de Shayla. Su cabello lo tiene de un color castaño muy bonito, sus ojos son verdes azulados, debe medir más o menos un metro sesenta y cinco, bastante baja para una mujer loba, pero bueno, así es ella.

—¿Quién? — finjo no comprender de lo que me está hablando.

Esta más que claro que ella se encuentra aquí por la pelinegra, pues es normal teniendo en cuenta que no se han visto hace seis días y que no ha obtenido ninguna noticia de la joven.

—No juegues conmigo Dante — amenaza con los dientes bien apretados. Esta chica si sabe cómo controlarse cuando se encuentra molesta, Shayla ya se abría tirado encima de mí en búsqueda de respuesta.

—No lo hago.

—¿¡Donde esta Shayla!? — estira su mano y me toma el cuello de mi camisa, su mirada se ha oscurecido un poco — ¿Qué es lo que le has hecho maldito chupa sangre?

Levanto una de mis cejas y me quedo viendo su mano, ella también la mira, estiro la mia y se la saco de mi ropa. Esta intenta evitar la sorpresa de su mirada, pues estaba usando bastante fuerza en su agarre y a mí no me ha costado absolutamente nada el liberarme de su mano. El asombro le dura escasos segundos, luego vuelve a la mirada seria.

—Yo no le he hecho absolutamente nada — me la quedo viendo ya un poco cabreado, el hecho de que ella piense que he sido yo la persona que ha hecho desaparecer a Shayla no me agrada para nada.

También hay que añadir que los lobos siempre han sacado la peor parte de mí. No me puedo controlar cuando uno de ellos se encuentra en mi mansión pidiendo explicaciones y acusándome de algo que no he cometido.

—¿Y entonces? ¿Dónde se supone que se encuentra? — su respiración es agitada, pero ya no tiene esa mirada de odio que segundos atrás, de hecho se ha calmado bastante — ¿Por qué pareciera que se hubiera desaparecido de la tierra…?

—Porque eso es lo que ha sucedido, no quiero decir que ha desparecido del mundo como dices tú, pero sí de nuestro radar.

—¿Cómo? No entiendo lo que dices.

—La han secuestrado — interviene al fin Gabriel, de una forma que lo suelen hacer los niños pequeños cuando quieren un poco de atención, pero sé que lo ha hecho porque se ha percatado de la poca paciencia que me está quedando en estos momentos.




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