16

—¿Estás loco? —Dijo Jongin en cuanto entraron en la antigua habitación de Junmyeon—. Si hubiera sabido de esto, nunca te hubiera llevado a la Tierra conmigo.

El estómago de Junmyeon se sacudió con nervios. Cruzó los brazos sobre su pecho.

—No sé de qué estás hablando.

Jongin le dio una bofetada telepática.

Junmyeon apretó sus escudos mentales y lo fulminó con la mirada.

 Jongin le devolvió la mirada.

—No te hagas el tonto. ¿Qué estás haciendo, Junmyeon?

Junmyeon desvió su mirada.

—No sé a qué te refieres.

—Correcto —Jongin suspiró—. Sabes que es inútil. No importa lo apegado que estés a este humano, nunca podrás ser tú mismo con él. Nunca se te permitirá quedarte aquí. No se nos permite permanecer indefinidamente en los mundos pre-TTCI.

—Nadie sabe dónde estamos, excepto por tu amigo —dijo Junmyeon con fuerza.

—No te engañes. Puede que no lo sepan ahora, pero eventualmente lo descubrirán. —Jongin negó con la cabeza, mirándolo con tanta pena que le revolvió el estómago a Junmyeon.

—No te apegues demasiado a él, Jun. Trata de mantener una distancia razonable. Ya eres demasiado cariñoso con él —Jongin lo miró fijamente—. ¿Era realmente necesario sentarte en su regazo y dejar que te besara el cuello? ¿Es otra costumbre humana que no conocía?

Junmyeon parpadeó. ¿Realmente Jongin no se había dado cuenta de que su relación con Sehun era menos que platónica? ¿Era él genuinamente ajeno? Era difícil de creer. Pero, de nuevo, Jongin estaba vinculado y las áreas de su cerebro responsables de la atracción sexual fueron suprimidas por el vínculo. A pesar de la audaz conversación de Jongin, no tenía experiencia en lo que respecta al sexo y las relaciones. Jongin no tenía idea de cómo se sentía la atracción. Tal vez él no podía reconocerla.

Junmyeon casi lo envidiaba. Las cosas habían sido mucho más fáciles cuando su cuerpo no se comportaba de forma tan extraña, atraído por Sehun como un imán. Había sido adicto al toque de Sehun y a la atención de Sehun mucho antes de que se rompiera su vínculo, pero ahora era mucho peor. Ahora había otra dimensión en sus sentimientos, una que era más difícil de suprimir.

—Prométeme que pondrás algo de distancia entre él y tú —dijo Jongin, mirándolo fijamente.

—Lo prometo —dijo Junmyeon, sintiéndose como el peor tipo de mentiroso. Haría lo mejor que pudiera, pero sabía que era demasiado débil en lo que a Sehun se refería.

Para alivio de Junmyeon, después de eso, Jongin cambió de tema. Jongin pasó la siguiente hora preguntándole a Junmyeon sobre las costumbres humanas y algunas cosas que Sehun había mencionado que lo confundían. Finalmente, después de lo que pareció una eternidad, soltó a Junmyeon. Junmyeon tomó una ducha rápida en el baño y se puso ropa limpia, feliz de descubrir que Sehun no había quitado la ropa de Junmyeon de su guardarropa.

Para cuando abandonó su antigua habitación, el resto del apartamento ya estaba oscuro.Junmyeon abrió la puerta del dormitorio de Sehun y entró. Sehun había dejado las ventanas francesas abiertas y la luz de la luna iluminaba bastante bien la habitación. Junto con la mejoría de la vista de Junmyeon, podía ver todo perfectamente.

Sehun parecía dormir rápido, su pecho subía y bajaba uniformemente. Solo estaba en sus bóxer.

Junmyeon apartó los ojos y se quitó la ropa interior tan silenciosamente como pudo. Estaba un poco decepcionado de que Sehun estuviera dormido, pero tal vez fue lo mejor. No creía que pudiera cumplir su promesa a Jongin si Sehun estaba despierto y lo tomaran desde donde lo dejaron.

Junmyeon se metió en la cama y se puso de costado, mirando a Sehun.

Miró el hermoso perfil de Sehun y sintió que su garganta se cerraba.

Sehun era humano. En la oscuridad y la tranquilidad de la noche no había escapatoria de ese hecho.

Sehun era humano. Y Junmyeon no lo era.

Junmyeon podría odiarlo, pero las preocupaciones de Jongin eran válidas. Su relación con Sehun tenía fecha de vencimiento. Él no sería capaz de permanecer en la Tierra por tiempo indefinido.

Antrados y deportados. Su familia nunca lo dejaría quedarse con Sehun, incluso si el Ministerio no estuviera en la foto. Sus padres nunca aprobarían o aceptarían su relación con Sehun. Probablemente estarían horrorizados.Sehun era humano, un miembro de una civilización pre-TTCI.

Mientras que Junmyeon pensaba que los humanos eran interesantes y realmente fascinantes, era consciente del hecho de que las personas en casa no compartían su opinión. En el mejor de los casos, las civilizaciones pre-TTCI fueron miradas con desdén. En el peor de los casos, fueron despreciadas. Tener una relación íntima con un miembro de una civilización pre-TTCI era algo inaudito. A los ojos de la sociedad, una relación de este tipo no se consideraría mejor que la de los humanos modernos si se considerara una relación con un neandertal. Por lo que Junmyeon sabía, incluso antes de ingresar a la Unión de Planetas y estar sujeto a las leyes del Ministerio, su planeta tenía muy pocas relaciones con las civilizaciones anteriores al TTCI. Los Euphorian se enorgullecían de ser una de las civilizaciones más antiguas de la galaxia y tendían a despreciar a las civilizaciones más jóvenes como la Tierra. Junmyeon siempre había pensado que tal actitud era de muy mal gusto, pero era consciente de que la mayoría de la gente en casa pensaba de manera diferente. Sus padres dijeron que era ingenuo. Su hermana dijo que era demasiado idealista.

Chanyeol dijo que era demasiado suave.

Ellos nunca entenderían o aprobarían.

Tragando, Junmyeon se acercó a Sehun, solo un poco.

Sehun frunció el ceño mientras dormía, sus cejas se juntaron antes de que sus párpados se abrieran.

—¿Jun? —Murmuró, alcanzando a Junmyeon—. Ven aquí.

Junmyeon se dio la vuelta hasta que su cara estuvo contra el hombro desnudo de Sehun. Estaba tan aliviado que Sehun ya no parecía estar enojado con él.