Capítulo XVII

Entre la espada y la pared.

17 de octubre.

L.M.
 

—Ahora sí que me han puesto difícil la decisión, no puedo creer que esto este sucediendo, estar entre la espada y la pared por la amistad de ellas, porque yo a ambas la considero por igual, Lilian y Pauline no veo diferencia, es cierto mi amistad con Lili es desde la infancia y debe ser prioridad, pero ella esta actuando de manera errónea, no conoce nada de Pau, y aunque Pau apenas llevo unos meses de conocerla, de algo estoy segura ella también es una excelente amiga. Como llegué a esto, ¡ah! Si, fue hace unas horas atrás que creí que todo estaba bien y todo volvería a ser como antes, pero me alegré demasiado rápido y no vi lo que pasaría, claro no soy vidente ni bruja para saber el futuro. Pero aun que me duela en el alma y el corazón en tomado mi decisión.

Unas horas antes…

Se encontraban en su hora de receso, se podía ver en cada rincón a todos los alumnos y alumnas, de aquí para allá, en sus grupos de amigos, o algunos con sus parejas. En una de las mesas de la cafetería se encontraba la feliz pareja ArmLiz, charlando alegremente, mientras esperaban a su amigo Oli y amiga Pau, quienes aún se encontraban en la larga cola para poder comprar sus alimentos, mientras Armando y Lizzie apartaban un lugar en la mesa. Cuando de pronto se acercó una persona conocida.  

—¡Hola!, ¿Me puedo sentar con ustedes?

Ambos quedaron perplejos, pero rápidamente reaccionaron ante la situación, y una gran sonrisa apareció en sus rostros, pues verla ahí de pie junto a ellos y mas pidiendo un lugar, daba a entender que las cosas sean solucionadas, o bueno eso creían ellos.

—Claro, es bueno tenerte de vuelta —dijo un rubio sonriente.

—¡Lili amiga! —dijo alegremente una castaña, quien se apresuró abrazar a su amiga rubia.

Ahí de pie abrazada se encontraban dos viejas amigas, lentamente se fueron separando, para posteriormente sentarse.

—Liz, Armando, yo quisiera… quiero que todo sea como antes… se que ha pasado mucho tiempo desde que…

—No tienes nada que decir, por nuestra parte todo igual que siempre —dijo Blake.

—No hay problema, somos amigas ¿no? Para mi sigues siendo mi amiga, y me alegro que estemos juntos todos de nuevo —dijo Moon.

—¡Gracias! De verdad que extrañaba estar junto a ustedes, yo… estuve mal, verdad.

—Bueno olvidemos lo que pasó, como dicen lo pasado, en el olvido que quede. Para mi es una felicidad inmensa que estés aquí junto a nosotros, ¡Lili tengo un montón de cosas que contarte!, hum… ¿creo que no me dará el receso?, por eso es mejor una noche de chica, ¡SI! Una pijamada de chicas, para ponernos al día, ¿Te parece? — dijo una entusiasmada castaña.

—Calma mi amor, claro que tiempo tendrán, te daré tu espacio.

—Yuju, tienes razón, tendré que darme tiempo con mis amigas.

—Ustedes derritiendo miel en todos lados, esto me eh perdido, ji, ji, ji.

—Que podemos decir, amo demasiado a mi querida Liz, me declaro culpable de toda culpa.

—¿Y Oli dónde está? ¿No se juntará con nosotros?

—Claro que sí, solo está en esa inmensa cola —señaló el rubio a la dirección donde se encontraba el azabache, quien estaba en una amena charla con una pelinegra.

—Ojalá no se queden si desayuno, pobre Oli y Pau, por salir tarde, si nos hubiera avisado, nosotros pudimos comprarle sus alimentos —dijo tristemente la castaña.

Ninguno de los dos se dio cuenta de la mirada furiosa que la rubia le dirigía a la pelinegra, al ver esa escena, pues no le agradaba ver que era una de las hermanas Queen, esa que ocasionara que los rumores de ser quien puede arrebatarle el novio a su amiga, y jugar con su otro amigo.

—No entiendo como Oli puede charlar con “esa”, no los entiendo a ninguno de ustedes, ¿Por qué la dejaron unirse? No ves que te hace quedar mal Liz, ¿no has escuchado todos esos rumores?

—¿Lili, no me digas que tú también crees esos chismes?, porque solo son eso, chismes —cuestionó la castaña.

—Pero ¿Qué? No me digas que no lo crees, toda la escuela dice que la “Princesa” —señalando dirección de la pelinegra —es igual o peor que la “Reina”. Que te va a bajar el novio.

—mirando al rubio —Se que amas demasiado a Liz, pero “esa” puede meterse en su relación, además, de que va hacer que los dos, tú y Oli se peleen por ella. Si es igual o peor de arpía que la “Reina”.