1. Oscuros: el libro prohibido

Capítulo 3

 

 

 

 

 

Jane

 

Tragué saliva sonoramente, el sonido que se oyó en todos lados fue ese y los nervios se apoderaron de mi pequeño cuerpo, no me gusto para nada que los demonios enfrente de mi oyeran la secuela de mis nervios, los nervios que me provocaban las palabras que ellos utilizaban, por las acciones que llevaron a cabo; con mi cabeza comencé a negar varias veces; no sabía cómo responder o si debía o no hacerlo, esas cosas me producían mucho más nervios de los que actualmente contenía mi cuerpo por eso miré a Luke, mientras le hacía una extraña mueca a Luke con mis labios para que me ayude con la situación incómoda en la que me encontraba, la situación rara y horrenda en la que me encontraba; nunca antes me había sucedido aquello que ahora estaba viviendo.

 

Él me mira a los ojos sin comprender, ya que había llegado demasiado tarde y no había agarrado la conversación desde el principio, él no sabía nada de lo que había sucedido anteriormente. Fruncí el ceño mirando a la madre de Luke y niego varias veces sin saber que decir. Unos nervios se apoderaron de cuerpo y pero luego palabras brotaron de mis labios sin importarme nada de lo que había sucedido antes, era extraño pero no logre detener como mis palabras se escapaban de mis labios.

 

—Sucede que Luke es mi mejor amigo, y nuestra amiguita aquí... Lana está completamente celosa por el tiempo que su hijo pasa conmigo y no con ella, ¿Verdad Lanita? —Alzo una ceja sutilmente mirando los ojos de la maldita demonio que volvió a aparecer. La manera en la que la observé fue mágica ya que todo lo que había salido de mis labios era cierto, pero seguramente ella no será capaz de aceptar que yo tengo la razón y ella claramente no—. ¿Te comieron la lengua los pequeños ratoncitos de Cenicienta?, oí que ellos eran buenos… pero wow —Muerdo mi labio inferior—. ¿Los hiciste cambiar de bando?

 

Ella simplemente niega varias veces, era tan mala y ahora que había hecho eso me di cuenta con rapidez que así era y que no era mi mente pensando en ello, mi mente me había ayudado a comprender. Mi ceño se frunce inmediatamente y puedo sentir como ella me empuja con una fuerza descomunal, algo que jamás pensé que podría hacer, aquel dolor que me produce fue mucho menos de lo que podría haber esperado. Era una maldita zorra y yo que la consideraba mi amiga, ¿Qué clase de amiga estaba creando en mi subconsciente?, ¿yo me había creado algo mágico y al final era todo una farsa? Al ver esto Luke se pone enfrente de mí y sus ojos se vuelven negros, él la miraba a ella con el ceño fruncido y aquellos ojos llenos de poder en su mirar.

 

— ¡Fuera! —Exclamá él con toda la seguridad que podía salir de sus labios.

 

La madre mirá la situación claramente sin comprender absolutamente nada y toma a Lana para salir de allí y proteger a la tarada, sé que no debería llamarla de estas formas, pero realmente la odio y no puedo evitarlo; ya no. Me cansé de ser la chica buena, la que todos detestan porque nunca dice nada o porque nada hace o simplemente porque lo que hace está mal, simplemente espero que las cosas mejoren de una vez por todas ya que me estaba volviendo realmente loca.

 


Miro la espalda de Luke con el ceño fruncido, poso mis manos sobre sus hombros y luego lo doy vuelta para ver sus ojos, me sorprende la actitud que había tomado y lo miro con el ceño fruncido; aún más de lo que se encontraba antes esperando una respuesta favorable sobre la situación actual.

 

— ¿Qué sucede...?, Tus ojos... Luke. —Susurro y veo como sus ojos vuelven a la normalidad. Esos hermosos ojos azules.

 

Al ver que todo está correcto sonrío levemente y acaricio su mejilla con delicadeza, mis ojos no se salen de los suyos en ningún momento, nuestras miradas se conectan de una maravillosa manera que no tenía una explicación. Él simplemente sonríe y se aleja rápidamente de mí.

 

—No me toques, vete... —Lo oigo decir con un tono de voz completamente demoníaco.

 

—Pero... Luke —Dije sin comprender a lo que se estaba refiriendo, no podía creer.

 

—Luke nada, vete —Salio eso de sus labios y mi ceño se frunció inmediatamente negando varias veces sin querer salir de allí.




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