10 Hábitos Nuevos para Hacerte Feliz - Muv

✽ El Reflejo de tus Ojos ✽

Una semana después

-Hija, ¿estás ahí?

La silueta delgada y encorvada de la chica sentada junto a su ventana, ni siquiera dio señales de haber escuchado a su madre. Parecía que el negro asfalto era más interesante, que cualquier cosa que sucediera a su alrededor. 

-Sofía.- llama su madre, Christina, nuevamente, esta vez desde la puerta, encontrando a su primogénita en un estado de trance algo preocupante. La señora se mordió el labio fuertemente tratando de esconder el gran dolor que le causaba observar a su pequeña en esa posición tan lamentable.

Sofía tampoco volteó a verla, ni siquiera pronunció algún sonido que avisara que estaba prestando atención. Nada cambiaba desde hace mucho, ni siquiera con el pasar del tiempo, ella había logrado disipar el rechazo que Sofía le dedicaba con silencio.

-Sé que no me vas a hablar, pero por favor, tienes que comer algo, no puedes seguir así.-dijo acercándose a ella con algo de temor de ser apartada  una vez más por su hija.

Esta vez, Sofía se dignó a dar la cara, con una expresión tan pétrea, fría e inexpresiva que daba escalofrío el solo observar más allá de sus ojos, pues en ellos se encontraba un profundo y tenebroso vació que calaba en todo su cuerpo y lograba convertirla en la viva imagen del resentimiento y el dolor.

Christina evitó soltar las lágrimas que se acumularon en sus ojos al sentir el repudio en su mirada, la indiferencia que su presencia repercutía en su niña, esa que antes le dedicaba cálidas demostraciones de cariño, esa que a donde fuera sería la alegría y bondad manifestada en persona. Pero aquel ser cándido había desaparecido, parecía haber muerto junto con todo el brillo que propagaba, dejándola como un cuerpo vivo con el alma rota y muerta. Vaciló antes de acercar su mano al cabello de Sofía, tratando de repartir alguna caricia que las acercara, pero antes de que su mano llegara a hacer algún contacto, la menor frente a ella la había apartado de un manotazo imposibilitando cualquier roce. Su mirada se volvió más gélida y con todo el odio puesto en sus siguientes palabras, hizo a su madre desestabilizarse completamente.

-No me toques, me das asco.

Sus primeras palabras dirigidas a su madre, y las más fuertes y duras de digerir. Las lágrimas de Christina se dejaron caer esta vez si ningún titubeo o resistencia, el gran nudo de su garganta le dificultó incluso soltar algún sollozo. En su rostro se había instaurado una mueca de aflicción y desasosiego que no produjo ningún remordimiento dentro de la nueva e insensible Sofía, simplemente se levantó de la silla que se encontraba frente a la  ventana y salió de su habitación queriendo salir inmediatamente de ahí, como si respirar el mismo aire de su acompañante le asfixiara o le intoxicara por dentro.

No sabía hacia donde se dirigía, y al salir por el umbral de su casa el frío de la noche le dio la bienvenida, haciéndola sentir tan helada  como su ser por dentro. No pensó ni dos veces cuando tocó incontables veces la casa contigua a la suya. Era tarde, casi las diez de la noche, pero en ese momento le pareció prioridad mantenerse junto a su amigo que mantener la paz de aquella casa.

La puerta fue abierta por una menuda señora de unos aproximadamente 40 años de edad en bata de dormir. El semblante de la señora Young  reflejaba desconcierto de encontrar después de mucho a la mejor amiga de su hijo frente a la puerta de su casa a tan altas horas de la noche tratando de apaciguar el frío haciendo fricción con sus manos y frotándolas contra sus brazos. No dijo nada, pues sabía de la situación que afrontaba la pobre chica y lo que quedaba de su familia, así que la dejó entrar tratando de no demostrar ninguna emoción que lograra alterar o incomodar a la joven. Antes de cualquier palabra o movimiento que Sofía pudiera hacer, la señora se apresuró a decirle.

-Luis está en su habitación, puedes entrar si quieres.

Ella no agradeció ni nada, siguió con su inexpresiva e impasible actitud y subió con pasos apresurados las escaleras que la llevaban al cuarto de su mejor amigo. Al llegar frente la puerta no se molestó en tocar la puerta, simplemente abrió la puerta y casi se abalanza sobre Luis que se encontraba tranquilamente dormitando sobre su cama.

Luis casi pega un bote al sentir a Sofía abrazándole tan fuertemente. Jamás se esperó encontrarse en esa situación, y con la  misma confusión recorriéndole la rodeó con sus brazos creando cualquier situación en su mente que le diera la respuesta más acertada del por qué el raro comportamiento de la chica, pero al momento de escuchar un fuerte y claro lamento, su mente disuadió sus cavilaciones y se concentró en serenar y confortarla.

En ese momento se cuestionó que tan dañada se encontraba su pobre Sofía, y cuánto sufrimiento acallaba. No había persona que le doliera tanto como ella, pues su corazón flaqueaba y dolía al contemplarla en aquella situación donde sus lágrimas manchaban su camisa y ella trataba de silenciar sus quejidos y gimoteos enterrando su rostro en su cuello.

Ay, Sofía, lo que daría por calmar y terminar con tu sufrimiento...

¿Por qué tenía ella que pasar por eso? ¿Por qué justo ella?

Ese día, lloró junto a ella, compartiendo su dolor, brindándole todo el sustento que pudo y demostrando una profunda honestidad y amor en sus caricias y palabras de aliento y apoyo.

*

*

*

*

*

Querido Lector:

¿Sintieron el sufrimiento de Sofía? No lo pregunto por maldad, si no por mi orgullo de escritora por querer hacerte sentir todas las emociones que pueda.... Espero que te haya gustado el nuevo cap que te he traído hoy. Nunca habpia publicado de madrugada, así que es mi primera vez xd. Es increíble para mí como logré escribir esto en tan solo media hora. No estoy inventándolo, realmente me encontré a mí misma con demasiada inspiración para este libro... Bueno, hasta aquí mi reporte xd, los quiero mucho, gracias, de verdad por leer, no lo creen pero cada vez que veo que alguien me lee me da una gran felicidad. Manténganse igual de bellos y sanitos, y si estás pasando por un mal momento, recuerda que es normal, no siempre debes de estar bien, está bien también sentirse mal algunas veces, pero recuerda que debes de buscar y hayar la manera de salir adelante, que siempre hay personas a nuestro al rededor que nos ama y apoya, y si piensas que no es así, me tienes a mí, que te aprecio y te agradezco con pequeños fragmentos de mí al entregarte nuevas historias hechas con mucho amor y cariño... <3 <3 <3




Reportar




Uso de Cookies
Con el fin de proporcionar una mejor experiencia de usuario, recopilamos y utilizamos cookies. Si continúa navegando por nuestro sitio web, acepta la recopilación y el uso de cookies.