Hoy por fin me decidí a escribirte esta carta. Papi, se que vas a llorar, que te va a doler, pero es importante que la leas.
Cuando yo era una niña, tu eras mi ejemplo a seguir. Te admiraba porque con mucho esfuerzo habías logrado todas tus metas, quería ser como tu cuando fuera grande; eras mi héroe. Pero cuando supe que tenías “otra novia”, el mundo se cayó y dejaste de ser mi héroe. Tu no te dabas cuenta de mi sufrimiento, ya que yo me encerraba donde nadie me podía ver y lloraba en silencio
Para mi era como si estuviera en un pesadilla; solo quería despertar y darme cuenta que no era cierto, que no era verdad. No podía abrazarte porque sentía que estaba abrazando a ella y no a ti. Sentía que yo no era importante para nadie, que nadie me quería, que tú no me querías.
Pero hoy, después de 15 años y ahora que ya soy una mujer, solo te escribo para decirte que te perdono. Si papá, te perdono, por todo el daño que nos hiciste a mi mamá, a mis hermanos y a mí. Se que aún sigues con la otra y que tienes 2 hijos, pero aún así, te perdono por todo el sufrimiento que nos hiciste pasar.
Aunque nunca ha salido de tu boca un “perdón” o una explicación, estoy segura que cuando todo esto empezó no pensaste en las consecuencias de tus actos y que podrías arrepentirte por el daño que nos causaste.
A pesar de tu traición, que aún me duele y lloro como aquella niña de 12 años, siempre serás mi papá y siempre te tendré en mi corazón”
infidelidad no se puede evitar; somos humanos y ninguna de nosotras sabe si nuestros esposos nos van a engañar.
Mi única sugerencia, tal vez, si nos pasara, es la de tener la dignidad de acabar esa situación de sufrimiento, para que nuestros hijos no sufran emocionalmente como sufrirá nuestra amiga Denise.
Muchas mujeres piensan que deben mantener el matrimonio por sus hijos y sufren en silencio la infidelidad de su esposo. No sabiendo que ese sufrimiento se lo transmiten a los hijos. Además, si el esposo le fue infiel una vez, lo más posible es que lo haga nuevamente.
Entonces qué será mejor, pregunto: ¿Tomar el control de nuestras vidas y acabar el sufrimiento y la de nuestros hijos? (Terminar el matrimonio sabiendo que si mamá¡ está¡ bien, todos están bien y continuar nuestra vida sin preocuparnos que si el esposo llega o se fue con otra) o asumir que el esposo es así, pero entendiendo las consecuencias emocionales que esa decisión puede producir en los hijos.
Nosotras, lo que podemos hacer, es valorarnos y saber que somos el ejemplo para nuestras hijas. Si la madre vive, conscientemente con un padre infiel, la hija, va a ver eso como normal y seguramente va a permitir eso en su vida.
Nadie amarra a los hombres ni a las mujeres en los matrimonios. Cuando se acaba el amor y el respeto, lo que queda, es la dignidad que debemos tener para terminar algo antes que destruya emocionalmente otras vidas.
¿Qué haría usted si su esposo le es infiel?