14 Tips Para Enamorar a mi mejor amigo.

Capitulo 10

Corrí al baño y en el camino me iba quitando el abrigo de Isme, desabrochando mi pantalón y cuando entre lo bajé para luego quitarme la camisa de la escuela.

Abrí la regadera con desesperación que al meterme solo sentí el golpe del agua fría, en otros casos me habría quejado, pero me importaba enjuagar mi cabello.

Podía ver el aceite de la pintura caer junto al agua.
Al tocar mi cabeza se sentía grasosa y dura.
Por favor, mi cabello no.
Por favor.

(...)

No puedo decir más que: ¿Por qué no hay una estética abierta a las tres de la mañana?

— No te muevas —me dijo mi madre.

Yo estaba sentada en una silla, Guillermo estaba en el otro sofá acostado mirándome y Alejandro estaba en la puerta a un lado de mi hermano mirando hacia la televisión la cual está a mi izquierda, tenía su mano derecha en su boca, como si se mordiera las uñas.

—Auch —me quejé al sentir un jalón en mi cabello.

—Lind esto se ve muy mal —me dijo mi mamá mientras seguía pasándome el cepillo en el cabello.

— No mamá, por favor—dije suplicando casi a llanto, solo quería que siguiera intentando.

Me habían quedado restos de pintura en el cabello, se habían formado unas bolitas en él y la mitad de mi cabello había perdido su color.

—Los cambios les hacen bien a todos —me respondió ella con compasión, dándome una solución. Seguía insistiendo en que me cambiara el look.

—No quiero un cambio mamá —le dije levantándome de la silla con mi cabello mojado y agarrando la mano derecha de mi mamá para que soltara la tijera.

Me quería cortar el cabello.

—Tu cabello se dañó Lind, debes Cortarlo —me dijo, pero negué con mi cabeza.

Mi cabello es lo que más amo de mí, mis rizos, es parte de mí y estás pidiendo que me corte casi la mitad de mi cabello.

—. Siéntate —me ordenó—solo te cortaré las puntas —me dijo acompañado de una sonrisa que me hacía sentir que era cierto.

Bueno jamás me había sentido engañada por mi madre.

Primero corto las puntas, luego paso el peine por mis hombros y solo pude sentir como corto mi cabello, mientras yo le grité— ¡¿Qué haces mama?! —Se me salieron unas lágrimas en ese momento.
Sentí feo.

Jamás me había cortado tanto mi cabello. Siempre lo dejaba Igual porque era como siempre me veía mi padre, no quería que él llegara y se diera cuenta que había crecido más y él no estuvo.

Salí corriendo a mi habitación, mientras lloraba y me encerré.
Di un largo respiro y me senté en la puerta abrazando mis piernas.

—Definitivamente, doy por oficial que su hija me odia y no me hablara jamás—escuche la voz de Alejandro.

—No digas eso, le agradas, además ella lo entenderá. Fue un accidente y el cabello crece.

Si madre, Solo es cabello. Pero para mi es tener feliz a papá y muchas más razones...

— Creo que me odia por cómo la trate los primeros días, trate de hablar con ella, pero solo me mira con ganas de matarme —él le dijo.

Uh ¿Apenas te das cuenta?

—No fui cortes, ni amable.

—Solamente hay que disculparse Ale —contestó mi madre— Lind también está celosa por eso no le agradas, Ten en cuenta la diferencia de edad.

¡No estoy celosa!
Bueno tal vez sí.

Se escuchaban movimientos de sillas, como si estuvieran acomodando el comedor.

Avance a mitad de mi habitación y puse mi oído en el piso.

— Quisiera ser como tu Emyl, siempre tan comprensible.

— La vida te lo enseña, vamos a dormir ya es tarde.

No pude escuchar mucho, después de eso escuché como subieron las escaleras y cada quién fue a su habitación.

Yo me acosté en mi cama y cerré los ojos, no quería dormir pero deseaba que todo fuera un sueño.

Que esto sea un terrible sueño. Por favor.

(...)

— ¡Lind! —Escuché la voz de mi pequeño hermano— ¡DESPIERTA FLOJA! —me gritó brincando encima de mí.

Eso fue lo que me despertó.

— ¡YAAAA! —Contesté alzando la voz para que Guillermo se bajara de mi cuerpo.

Pesa, ese niño, pesa.

Agarre mi cobija y lo envolví en ella, lo hice un taco, el pequeño se resistía, pero no lo deje ganar. Cuando lo tenía bien envuelto le empecé a hacer cosquillas.

— Ya, ya ¡Lind! ¡Basta! —se reía mientras trataba de sacar la cabeza— me rindo—Dijo y lo solté.

El saco su cuerpo de mi cobija y se sentó en sus rodillas en mi cama.

—. Dice mamá que bajes porque irán a una estética a arreglar tu cabello.

Y en ese momento me acordé.
¡No, no, no!
Si fue real.

—No llores, no llores —me dijo mi hermano burlándose. Lo miré entrecerrando mis ojos.

— Salte de mi cuarto —dije indignada, señalando la puerta.

—Bien, solo no te enojes con mi amigo Ale, fue un accidente. Se le resbaló la pintura, sé que no se agradan, pero yo estaba ahí y él no lo hizo a propósito Lind —se bajó de mi cama y luego de decirme eso se marchó.

No estoy enojada con Alejandro, pero me siento muy mal por mi cabello, tampoco es como que lo quiera ver.

Me cambié mi pijama y me puse un vestido.
Iría con mi mamá a la estética para que arreglaran mi cabello.
Ayer en la madrugada entro a mi habitación para decirme y darme las buenas noches.

Eran las 9:30 AM y la exposición de Guillermo empezaba a las cinco de la tarde y mi cita en la estética era a las once.

Mi madre había organizado todo para que estuviera presentable en la exposición ya que mi cabello tenía un lado más largo y otro más corto.

Me hice una mini cebolla y me puse una gorra negra que le había quitado una vez a Jean y jamás se la devolví.

Baje al comedor donde estaba Alejandro comiendo.

— Oye Li...—no termino de decir porque yo hablé.

— Mamá estoy lista, te espero en el coche— me di media vuelta y salí de la casa para esperar a mi madre dentro del coche.




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