Vigésimo cuarto día de encierre total. Martes, 4 de abril del 2045.
—¡Felicidades! ¡Quinceañera! ¿Qué tal? ¿Cómo estás pasando la tarde en casa?
—Muchas gracias, pues bien supongo, dentro de lo que cabe—río.
—Cuando termine la cuarentena haremos algo para celebrarlo ¿de acuerdo?
—Me parece bien. Eva ¿Qué quieres?—Eva es su hermana pequeña, estaba con ella ahora.
—Quiero salir.
—No puedes salir, no se puede salir a la calle.
—Yo quiero salir.
—Mira—la cogió. —¿Te acuerdas de ella? ¿Quién es?
—Hola Eva ¿te acuerdas de mí?—La niña de ojos claros y cabello dorado se sonrojó. —¿Que tienes vergüenza? Soy y, Lara.
—Ala, ve con los papis o con Nia, ve a ver qué está haciendo Nia—La bajó y seguimos hablando.
—Que mona que es.
—Sí, y un torbellino.
—Niños de tres años, asi tendrían que ser, me preocuparía si no fuese asi la verdad, bueno, ¿qué? ¿Has tenido muchos regalos? ¿Has comido tarta? Como ha sido tu día, aunque todavía no se ha acabado.
—Dado que son casi las 20:00, no creo que tenga más sorpresas por hoy. Pues bueno, me he levantado ya por empezar me dolía la barriga ¿y eso que significa? Efectivamente ha venido la amiga.
—Vaya por dios, y tenía que venir justo hoy.
—Y esto no es lo peor. Me he levantado a las 7:00 de la mañana, dime tu quien, en su sano juicio se levanta a las 7:00 de la mañana en un confinamiento, que no tenga que ir a trabajar. Pues nada, me he levantado por la visita de la amiga, en fin, yo ya no he podido dormir asi que he bajado a la cocina y me he preparado mi zumo de naranja y mi bocadillo de pan integral con lechuga, queso, pavo y huevos no porque no había, pero bueno; y he desayunado sin tele ni móvil, me ves como un zombie comiendo, porque en realidad tenia sueño pero a la vez no podía dormir.
—Eso es que tenías los ojos cansados pero no tenias sueño.
—Sí, eso mismo, pues cuando termino que creo que eran las 7:30 más o menos, apoyo la cabeza en el brazo tumbado, y me duermo.
—¿Que dices? ¿Cómo que te duermes? ¿Encima de la mesa?
—Te lo juro, encima de la mesa, menos mal que había apartado antes la madera donde puse el bocata, que era pequeño, y las migajas las aparte antes de estirar el brazo, pus eso, me dormí y no es hasta las 9:30 que mi madre baja a desayunar y me ve ahí durmiendo.
—Ya me imagino la cara de tu madre al verte durmiendo en la cocina.
—Pues me hizo una foto y todo, dice que es para el recuerdo de mis 15. Me desperté, bueno, mentira, me despertó ella y me hizo ir al comedor para volver a dormir, ¿y sabes lo que pasó? Que ya no podía dormir.
—Tu cuerpo quiere la cocina para dormir.
—Pues yo no lo entiendo, y luego se despertó mi padre y mis hermanas, bueno, Eva se despertó antes que Nia. Ah y otra cosa, de haber estado en esa posición durante prácticamente dos horas, ya sabrás el daño que eso supone para mi brazo.
—Claro, si estas asi por mucho rato es normal que luego te duela cuando te mueves.
—Es un sufrimiento. Y bueno, el resto de la mañana he estado, literal, toda la mañana, con video llamadas y llamadas por teléfono de familiares y amigos, literal tía, no me dejaban ni un solo minuto para mi sola.
—Que agobiante, pero eso es que se acuerdan de tu cumpleaños, porque literal que en el cumpleaños de mi madre solo yo, Liam y mi padre la felicitamos, y mi tío y una compañera de su trabajo, nadie más, ni mi abuela se había acordado.
—Eso sí que es un drama, que ni tu propia madre se acuerde, en mi caso Nela ha sido la primera por un mensaje de audio a las 3:00 de la mañana, ¿quién está despierto a esta hora?
—¿En cuarentena? ¿Ahora mismo? Muchas personas.
—Mi madre fue la segunda en felicitarme, al despertarme en la cocina, es que cada vez que lo recuerdo me rio, mi cuerpo está mejor en la cocina que en mi cuarto—dijo riéndose.
—¿Con quién hablas?—F1 se había quitado los cascos del ordenador que le dejé para hacer cosas suyas.
—Madre mía, oye que, tengo que ir a cenar, después hablamos ¿vale?
—Vale, adiós.
—Adiós—Cerré la video llamada. Y baje la pantalla del portátil. —Estaba hablando con una amiga, hoy ha sido su cumpleaños y la quería felicitar.
—Que bien, es maravilloso saber te acuerdas del cumpleaños de una amiga.
—¿A qué viene eso?
—No lo sé, supongo que estoy cansada de todo esto…
En realidad, en algún momento tendría que decirles a mis padres que F1 está viviendo en casa, no sé cómo no se han dado cuenta ya, osea, me he llevado comida a la habitación como si fuera una ladrona, ¿qué más? ¡¿Qué más!?