15 dias en casa, por lo menos...

Capitulo 27. Día 27 #CuentosPraraDormirEnCasa

Vigésimo séptimo día de encierre total. Viernes, 7 de abril del 2045. En la madrugada

—Ayer por la noche no dormiste muy bien.

—Lo sé, no sé porque pero ¡no puedo dormir!—eran las 02:02 de la noche.

—Ssssh, vas a despertar a tu familia. Quieres que te cuente un cuento?

—¿Un cuento? ¿Cuántos años crees que tengo?

—Los cuentos son para toda la gente que le guste leer y escuchar historias, ¿no te gustan los libros?

—Libros de aventuras y fantasía, no cuentos infantiles.

—¿Quién te ha dicho que es un cuento infantil?

—A ver, un cuento es una historia corta, un libro o novela es una historia larga.

—¿Prefieres la versión larga?

—Es igual, déjalo, buenas noches—dije tumbándome en mi cama, me tape y cerré los ojos.

—Hace muchos años, un emperador pidió que fuese a su palacio una reputada bruja para que, mediante sus poderes mágicos, le mostrase con qué mujer se debía casar. La bruja, gracias a sus cualidades, era capaz de ver un larguísimo hilo rojo atado al meñique del emperador, y cuyo otro extremo debería estar el meñique de aquella persona predestinada a ser la futura esposa.

Así, la bruja y el emperador empezaron a rastrear el origen del hilo, hasta que después de viajar durante varias semanas vieron que este llevaba a una campesina pobre vestida con harapos y a cuyos brazos llevaba un bebé cubierto de suciedad. Airado al verse a sí mismo víctima de una broma, el emperador empujó a la campesina, cayéndole el bebé al suelo y dejando una herida en la cabeza de este, y se volvió a palacio tras ordenar el arresto de la bruja.

Muchos años después, tras ser aconsejado por el consejo de sabios, el emperador decidió casarse con la hija de un terrateniente del lugar; al iniciarse la ceremonia de boda y levantar el velo que cubría el rostro de su futura esposa, vio en su frente una cicatriz que le resultaba familiar.

—Esa es una leyenda de la isla Takatuki.

—Sí, de donde vengo.

—¿Eres de Takatuki? Ahí hay muchas leyendas interesantes.

—Y que lo digas. Hay otra que dice.

Orihime (que significa princesa que teje) era hija de de Tentei, el señor del Cielo. A este último le encantaba la ropa que Orihime tejía; pero ella, en cambio, se encontraba desanimada porque gracias a su duro trabajo, no había tenido la oportunidad de enamorarse.

Tentei, preocupado, le presenta a Hikoboshi, de quien se enamoró perdidamente. Al casarse, ambos dejaron de cumplir con los mandatos de Tentei, con lo cual el señor del Cielo termina por separarlos.

Ante las lágrimas de Orihime, Tentei les permitió encontrarse al séptimo día, una vez terminadas sus responsabilidades (por eso el nombre de Tanabata, que significa “Noche del séptimo”). Pero para esto tenían que atravesar un río donde no había puente. Ella lloró tanto que una bandada de urracas se acercó para hacer de puente con sus alas. Actualmente, existe un festival en Takatuki que se llama Tanabata, o Festival de la Estrella. Según la leyenda este es el día en que los amantes que han sido separados se reencuentran.

— Esa también es muy bonita, esa no la había escuchado nunca, ¿te sabes otra?

—Otra leyenda dice, que había una vez un anciano peregrino se encontró un día con varios animales, como el mono, el zorro y el conejo. Agotado y hambriento, les pidió ayuda para conseguir alimento. Mientras que el zorro cazó un ave y el mono recogió frutos de los árboles, el conejo no conseguía nada que el ser humano pudiera comer.

Viendo al anciano tan agotado y débil, el animal decidió encender un fuego y lanzarse a él, ofreciendo su propia carne como alimento. Ante el noble gesto, el anciano reveló su verdadera identidad: se trataba de una poderosa deidad, la encarnación del propio satélite AB8, la cual decidió recompensar el gesto del conejo llevándolo al AB8 junto a él.

—Y asi es como se ve un conejo en el satélite AB8.

—Exacto ¿Te cuento la última?

—Soy todo oído.

—Está leyenda no es de Takatuki, sino de la isla Luz.

—Esta va a ser buena.

—Cuenta que hace muchos años existía un gigante que tenía un molino mágico. El molino era pequeño y podía producir sal. Un día, el gigante se lo regala a una mujer viuda y a su pequeña hija. Ambas trabajan con el molino y obtienen tanta sal que pueden venderla al pueblo. Desafortunadamente un duende, celoso del molino, lo roba y lo arroja al mar. Y por esta razón el agua del mar es tan salada.

—Por eso el mar está salado, ahora todo tiene sentido.

—Es una leyenda y entre tú y yo, no me lo creo.

—Es bonito pensar en algo tan sorprendente como un molino mágico de sal—Una luz se abrió en el pasillo. —Apago las luces que puede venir alguien—susurré.

Vino mi padre pero no vio nada, y se volvió a dormir, ahora sí que podía dormir bien, no era por los cuentos y leyendas, más bien era por el simple hecho de estar despierta más tarde. A la mañana siguiente me cargue las pilas a tope.



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En el texto hay: cosas en casa, amigos y lios, virus acechando

Editado: 12.03.2021

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