164 Girasoles

33.Así me gustas

Sarah Mancini

Dios, lo quiero tanto.

¿Por qué tiene que ser tan perfecto? Oh,  ¿Por qué?

Estuvimos un rato viéndonos el uno al otro en la cama, pero luego decidí ir a tomar aire al balcón.

Estoy tan nerviosa, tan... asustada. ¿Por qué, con cada segundo que pasa, me siento aún más egoísta? Me gustaría poder sentir que no me estoy equivocando al estar con el chico que más me ha gustado durante toda mi vida.

Miro la ciudad y pienso en Zayn. No puedo hacer otra cosa que no sea pensar en él.

Escucho ruido a mi espalda y me doy media vuelta... es él.

Se ve nervioso y puedo notar que su respiración está ligeramente acelerada... la verdad nunca lo había visto así.

—¿Está todo bien?— le pregunto y me acerco un paso.

—Uhm... si. Es solo...— traga grueso y sus ojos cafés se encuentran directamente con los míos. Mi corazón se acelera— Tengo algo que decirte.

Mis labios se entreabren y suelto un pequeño suspiro... va a decirme algo importante.

Asiento— Te escucho.

Pasa su mano por su cabello de forma ansiosa y luego observa la distancia entre nosotros... entonces se acerca, recortándola significativamente. Lo suficiente como para sentir su aliento en mi piel... es increíble. Se me pone la piel de gallina y siento que tendré una insuficiencia cardiaca por la rapidez en la que mi corazón está bombeando sangre.

—Me gustas, italiana.

Sonrío sin poder evitarlo. Ya lo sabía, pero es la primera vez que me lo dice directamente.

—Me gustas y ya no sé qué mierda hacer con todo lo que está pasando dentro mío respecto a ti, porque sinceramente no tengo ni puta idea de como manejarlo... no tienes idea de cómo te metiste por mis sentimientos, Sarah. No te quería ahí adentro... pero encontraste la manera de que cada uno de mis pensamientos te pertenezca. Encontraste la forma de que... al sonreír... esa sonrisa te pertenezca.

Sus palabras tienen un efecto adictivo... no quiero que se detenga. Es increíble que finalmente me haya dicho todo esto. Escuchar a Zayn decir esas palabras... el mismo Zayn que tiró unos de mis girasoles al basurero para hacerme saber que me quería lejos de él, ahora me dice que su sonrisa me pertenece.

¿En serio está pasando todo esto?

—Sarah... yo nunca podré verte como una amiga.

Sarah...

Todo el mundo me dice Sarah, ¿Pero podría alguien explicarme por qué cuando él lo dice suena tan lindo y personal?

Pero... al mismo tiempo aquellas últimas palabras me descolocan y me hacen sentir como la peor persona de este mundo.

—Yo... no sé que decir— susurro nerviosa con mis mejillas enrojeciéndose.

—Dime que... a pesar de que pueda ser un frío de mierda y que no sepa como expresarme todos los días como lo acabo de hacer ahora... igualmente siempre vas a saber que me gustas, que... para mi eres la chica más especial que he conocido. Quiero que siempre seas consciente de ello, aunque no pueda decírtelo. La verdad es que ahora tengo un arranque de sinceridad y no sé cuanto vaya a durar.

Sonrío un poco.

La chica más especial que ha conocido...

¿De verdad acaba de decirme eso?

¿Cómo haré ahora para decirle que estoy enferma y que moriré pronto?

Trago grueso y me aparto de él.

—Yo... hace frío, voy a entrar— digo y camino para entrar a la suite, apresuradamente entro al baño y me siento en la tapa del inodoro.

Miro al techo, mi respiración se acelera y una lágrima se derrama por mi mejilla.

¿Por qué?

¿Por qué tuve que enfermar? ¿Para qué? ¿Cuál es el maldito punto?

Si estuviera sana lo habría abrazado y luego le habría besado y me habría puesto extremadamente feliz de que finalmente haya podido abrirse conmigo de esa forma, en este lugar tan hermoso. Finalmente dijo lo que sentía por mi y no he podido emocionarme por ello como lo habría hecho una chica normal con el chico que le gusta.

Zayn merece ser feliz y conmigo no va a poder.

¿Cómo no pensé en eso antes de que todo esto pasara?

Quizá debí alejarme en todas aquellas situaciones en las que intentó echarme de su vida.

Intentaba ayudarlo simplemente, no imaginé que iba a terminar queriéndolo de esta forma, ni que yo podría gustarle a él.

Dios, Zayn...

Llevo mis manos a mi rostro e intento secar mis lágrimas.

Juro, juro que todo esto no fue mi intención. Mis sentimientos por Zayn comenzaron a escaparse de mis manos y cada comentario, cada palabra que le he dicho simplemente es como si no pudiera detenerla.

Luego de un par de minutos salgo del baño y me encuentro con la sorpresa de que la habitación está vacía.

Mierda, lo he arruinado todo.

Estoy muy confundida. No sé qué hacer, ¿Debo alejarme de él y entonces estar triste? ¿Debo quedarme con él, ser feliz y morir y entonces...? No lo sé, mierda, no sé nada.

Me acuesto en la cama mirando por la ventana y escuchando el ruido de las olas.

¿Dónde estará Zayn?

Cierro mis ojos y mi cerebro solo puede recrear imágenes de su rostro, rebobinado la escena que se creó en el balcón hace unos minutos, diciéndome que le gusto, que soy especial... cosas que nunca creí que me diría.

Moriré.

Moriré y Zayn encontrará a una chica que lo quiera casi tanto como le quiero yo. Va a lograr todo lo que quiera, estoy segura... pero he de admitir que me duele mucho saber que no estaré aquí para verlo siendo feliz. Desearía tanto que pudiera ser feliz conmigo...

Una pequeña lágrima se me vuelve a escapar y se resbala por mi mejilla. No tardo en apartarla con mi mano.

Escucho el sonido de la puerta abrirse y cerrarse, un par de minutos después siento como la cama se hunde en el otro lado, a mis espaldas. Mi corazón se acelera.

¿Por qué siempre que está cerca pasa esto?



#24689 en Novela romántica

En el texto hay: romance, amor, sadstory

Editado: 05.09.2021

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