CAPÍTULO 10: La excursión

Allison

«Por fin llegó el día de la excursión», pensé levantándome de la cama agotada. ¿No podría haberos tocado excursión con otro profe más normal? Ahora habría que aguantar a Miss Hairy P. durante seis horas seguidas en vez de una. No sé qué es peor sinceramente; quedarnos una hora con ella dando temario, o ir de excursión tantas horas seguidas con ella. «En fin, hora de levantarse y despegarse de la cama.» 

Después de asearme y vestirme, bajé a desayunar.

—Buenos días mamá.

—Buenos días Ali, te he hecho un sándwich de almuerzo. Toma– me extendió la mano y cogí el sandwich.

—Gracias, ahora a ver cómo aguantamos a Miss Hairy P seis horas seguidas.

—Venga hija, no digas bobadas que es una profesora y hay que hablarla con respeto.

—A ella sí, a sus espaldas no.

—Vamos Ali, que son las siete de la mañana y no me quiero enfadar.

Terminé de guardar el sándwich y me eché los cereales en el cuenco.

***

Como de costumbre ya había quedado con Nia y Sophie y nos encontrábamos de camino al instituto.

—¡Qué sueño! No os podéis imaginar lo mal que he dormido. He tenido un sueño, bueno mejor dicho; una pesadilla, parecía tan real…—dijo Sophie con cierto temor en su cara.

—Venga, no te preocupes Sophie que sólo ha sido un sueño—le respondió Nia.

A mi me entraron escalofríos, Sophie era demasiado valiente para que un sueño la afectara de esa manera, aunque decidí hacer como si nada y animarla un poco.

—Eso Sophie, vamos que eres muy valiente, no te preocupes—dije, suspiré y continué—. Por cierto ¿te importaría decirnos de qué trataba la pesadilla?

—Sí. Era un día normal en clase de Inglés, pero estábamos nosotras tres solas de pie. Miss Hairy P. entró por la puerta con unas fotos de una chica un…un… tanto parecida a ella. Parecía que nosotras lo veíamos todo frente a ella, pero ella no nos veía. Siguió entrando a clase y cerró con llave, se encerró y empezó a quemar los folios, bueno yo no diría folios, diría papeles bastante importantes, porque para quemar unos papeles con tanta información dudo que fuesen simples folios.

—Que raro—dijo Nia—. Esto me empieza a dar mala espina.

Yo estaba aterrorizada pero decidí responder.

—Sólo es un sueño. ¿Verdad?

***

En todo el autobús se escuchaban murmullos. 

—Vamos a cantar La Ramona—escuché decir a Hudson.

Estaba mirando al fondo del autobús a ver si llegaba a escuchar algo más de las conversaciones raras de los chicos, pero olvidé que me mareaba yendo en transporte y me di la vuelta rápido para evitar vomitar, miré hacia delante y luego dirigí la mirada a Sophie con una sonrisa. Detrás nuestra se sentaban Nia y Lucy.

—Oye Sophie… Hablando de lo de tu sueño… ¿Crees que es razón para preocuparse?

—No, no ahora. 

—¡Chicas, Randall me ha mirado! —intentó susurrar Lucy, pero creo que de la emoción lo gritó un poquito, por no decir mucho.

—¡Shh, loca!—Nia le dió un golpe suave en el hombro y siguió hablando—. Si sigues gritándolo te va a escuchar todo el autobús.

Lucy la miró con una sonrisa de oreja a oreja.

—¿Estáis bien? ¿Os pasa algo? Es que estáis demasiado calladas.

—No nos pasa nada, estamos bien. ¿Qué tal estáis vosotras?—preguntó Sophie.

—Bien.

—Oye Sophie, vamos a contarle tu sueño a Lucy—sugerí.

—Vas a flipar—añadió Nia.

Le contamos todo y luego le explicamos por qué estábamos tan calladas, (porque a mí me daba miedo hablar del tema). Lucy lo comprendió y nos dijo que era solo un sueño, pero que tenía una tía vidente, experta en esas cosas de leer sueños, el futuro… Nosotras con un poco de temor le preguntamos a Lucy si podría preguntar a su tía sobre el sueño y ella asintió. Dijo que podía pedirle que fuésemos las cuatro a hablar con ella..

—Students, we have arrived—dijo La Charol.

—Vaya voz tan desagradable tiene esta profesora—dijo en voz baja Nia.

Bajamos de las escaleras del autobús y en frente teníamos una universidad, donde nos darían la charla.

—Hola chicos, soy la monitora—dijo una chica joven que llevaba una coleta alta—. Yo aquí sólo voy a guiaros y mis compañeros son los que darán la charla. Acompañarme a la clase.

Seguimos a la monitora y nos encontramos en una sala muy grande casi como un cine y con una pantalla gigante. Todo era tan distinto a nuestro instituto.

Después del extraño sueño de Sophie, no le quitamos ojo a la Charol, que se sentó en las butacas más cercanas a la puerta.

Trás unos minutos de espera, la pantalla se iluminó y una musiquilla alegre empezó a sonar por los altavoces de la sala.

Dos personas, un chico y una chica, salieron al escenario, los dos eran rubios y altos. 

—Buenos días—empezó a decir la chica—. Hoy hablaremos sobre cómo el inglés se esparce por el mundo hasta ser uno de los idiomas más hablados de la tierra.

Después el turno lo tomó el chico. Nos explicaron cómo el inglés se volvió tan popular en todo el mundo. Durante la colonización británica, el idioma se extendió. Luego, Estados Unidos influyó mucho con su música, películas y tecnología. En los negocios y la educación internacional, el inglés es clave. 

A la media hora de la charla vi como Carolina se levantaba de su asiento con un sobre en la mano y salió de la sala.

«Qué raro», pensé. Pero no le di mucha importancia, seguramente solo fuese al baño.

Pero entonces Nia me dio un golpe con el codo.

—Tu también has visto eso, ¿verdad?

—Si, pero seguramente solo ha ido al baño.

—¿Al baño? ¿Con el sobre del dinero?—me preguntó incrédula—¿Y qué va hacer allí?¿Volver a contar el dinero solo que ahora sentada en un váter?

—¿El sobre del dinero?—pregunté.