2. Oscuros: El poder del olvido

9. ¿Dónde está el aura de Theresa Wilmeroong?

 

Alex miró con atención como su hermana se iba de la habitación, su ceño se frunció y se acostó al lado de ella. Cubrió su cuerpo y el suyo, no dijo ni una sola palabra y se acomodó mejor en ese mismo instante logró sentir como el aura de Tessa faltaba y negó con su cabeza, aquello no le importó mucho, pero él sabía muy bien que luego de la misión que mañana deberán completar su nueva misión sería encontrar aquella bella aura que su amada había perdido. Él no lograba dormir ante todo lo sucedido con la misión de la invitada,a él no le agradaba en lo absoluto que Tessa se haya dedicado a la mediumnidad con dicho medallón que poseía sobre su cuello.

Había muchas más cosas que rondaban en la mente de Alex ¿La reina del mundo mágico era un ángel? ¿Por qué poseía un medallón angelical? Pensaba él, sus pensamientos se vieron afectados por la caricia inocente de Theresa sobre su cabello, una pequeña sonrisa se dibujó sobre los labios del joven y abrió sus ojos azules para lograr ver los celestes de ella. Quizás ella no tenía su aura, pero el amor que él le tenía era incondicional.

Jane se sentó sobre la cama y lo miró fijamente, luego llevó una de sus manos hacia la cabeza y se levantó inmediatamente de la cama para comenzar a caminar hacia la puerta. Alex al ver aquello negó con la cabeza y se levantó para llegar a la puerta y ponerse entre medio para que ella no pudiera salir de allí, para que su cuerpo detenga la salida de ella. Jane soltó una carcajada y lo miró fijamente a los ojos, ella sabía que aunque él se ponga en medio no lograría absolutamente nada.

—Déjame, tengo que salir... Debo hacer algo. —Dijo ella esperando que él la entendiera y se haga a un lado.

—Tessa, quédate y mañana iremos a la misión. —Dijo él con una pequeña sonrisa sobre sus labios.

Jane negó con la cabeza. Ella tiene que ir al mundo mágico en la búsqueda de la joven Tessa, si alguna de las dos muere la otra no tardaría demasiado en caer muerta en el suelo y no puede darse el lujo de morir en un momento como en el que se encuentran en este momento. Jane y Tessa deben volver a sus reiterados cuerpos y de ese modo poder detener toda la tragedia que podría desatarse con lo sucedido anteriormente.

— ¿Por qué no, Tess? Siempre te quedás a mi lado, ¿Por qué ya no puedes? —Preguntó mirándola fijamente a los ojos—. Sé lo de tu esposo y... —Él bajó la mirada apenado—, pero yo te amo...

—Porque tengo que hacer una cosa realmente importante, luego regresaré y podremos ir a la misión. —Dijo Jane con una pequeña sonrisa sobre sus labios—. Ya déjame pasar, Alex. —Murmuró ella.

Él la miró con el ceño fruncido, no quería que ella se fuera de su lado ni mucho menos. Alex asintió mirándola fijamente a los ojos, entendió a la perfección aquella gran decisión que ella había tomado y por ese motivo se hizo a un lado para que ella lograra pasar por la puerta. Dentro de él quería ir junto a ella y ayudarla con lo posible y hasta lo imposible si hacia falta.

—Bien, andando. —Dijo él.

Jane asintió y paso por dicha puerta, se dio la vuelta antes de irse y notó los ojos de desesperación de Alex por lo que se acercó con cuidado a él y besó su mejilla con delicadeza. En ese momento, ella se separó y comenzó a caminar con rapidez hacia la salida, pero supo inmediatamente que Theresa jamás había salido del lugar y que debía estar por aquí adentro. Seguramente Tessa también estaba en la búsqueda de su cuerpo o algo por el estilo.

El caminar de Jane comenzaba a bajar con rapidez, con tal magnitud que parecía estar realmente cansada. Sin el aura de Tessa las cosas se le harían mucho más complicadas de lo que Jane pensaba que sucedería. Se apoyó sobre la pared y comenzó a caminar por el pasillo para regresar a la habitación de Alexander, esperaba que quizás él comprendiera lo que estaba sucediendo y la dejara dormir tan sólo unas pocas horas, las necesarias y suficientes para que en la mañana puedan ir a la misión que ya tenían programada. Ella al llegar a la puerta de la habitación de él la golpeó con cuidado y él la abrió viéndola completamente extrañado por su accionar.

— ¿Qué haces aquí? —Preguntó él con el ceño fruncido de tal manera en la que sus ojos se veían mucho más oscuros de lo normal, un azul intenso como el de la mismísima noche. —Creí que estarías en tu misión tan importante.

Ella lo miró y asintió con la cabeza tan sólo una vez. Se notaba a la distancia que no se sentía nada bien, pero no podía irse a descansar o algo por el estilo. Ella tenía que encontrar a Tessa sin importar nada.

—Lo sé, pero estoy realmente cansada y no pude ni llegar a la salida. Necesito reponer la suficiente fuerza para ir mañana a ambas misiones. —Dijo ella con una pequeña sonrisa triunfal en su bello rostro.




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