2 Personas en Mi.

El principio

Eran los años de 1958, tiempo de hambre y escases en Venezuela, allí nació Birma Bravo, mi amada madre,  la última de cinco hermanos, quedo huérfana desde los doce años, su mamá mi Abuela Antonia tomo la mala decisión de quitarse la vida, (se enamoró de un imposible joven apuesto, estando casada y se enveneno) mamá nació en Cabruta Estado Guárico, un pueblo que a pesar de estar en un estado central – llanero colindaba más con Caicara del Orinoco, pues, los une el majestuoso río Orinoco. Ella traslado a mi abuela moribunda en una canoa con motor desde cabruta hasta Caicara, pero a la mitad del río ella murió y mamá nunca pudo olvidar ese momento trágico en su vida, cada vez que lo recuerda y nos los cuenta llora de manera desconsolada. Creció con todas las dificultades que una niña de esa edad sin padres puede pasar, se quedó al cuido de una tía materna, la tía Juana, una señora de aspecto no muy amable, le asignaba tareas duras, tenían un puesto de desayuno, donde le asignaba a mamá con doce años de edad, fregar todos los trastes que se usaban en aquella mini- cantina, pasaron tres años y en el liceo se enamoró del padre de mi primera hermana, Francisco Cardier, bien parecido, tenía a todas las chicas enamoradas y mamá  tenía ya 15 años y se fue a vivir con aquella  familia por poco tiempo, pues aquel muchacho era inmaduro, no trabajaba y solo pensaba en las fiestas y verbenas del pueblo de Caicara del Orinoco; por lo que mamá se fue, y dejo unos días allí a mi hermana, mientras buscaba un sitio para vivir y un trabajo que supiese hacer.

Se fue  al Estado Aragua y busco empleo en varias oportunidades: casas de familia, tiendas, almacenes y por último en boutiques de ropas donde  se especializo en costura, siempre soñaba con coser de pequeña le hacía los vestidos a las muñecas de sus amiguitas de escuela, por lo que no le fue difícil aprender a cocer en aquellas empresas,  en el año 1975 vivió en una barraca detrás del cerro el Limón,  allí cuenta que un hombre camino al trabajo a las 4:00am aproximadamente la persiguió, la alcanzo por entre unos apartamentos y la golpeo para violarle, cosa que no logró, aunque le rompió la ropa, pero gracias a Dios y a unos vecinos que salieron con bates no logró su cometido, aunque mamá quedo bien traumada por este hecho poco después el cerro El Limón sufrió un deslave y cayó hacia el otro lado de donde mamá vivía un verdadero milagro sucedió allí con ella, se mudó a otro sector llamado Campo Alegre. Luego de esto trabajo en una empresa de textil en Maracay, allí conoció a mi Padre un gerente de esa empresa llamado Marcos Antonio Herrera, al cual nunca conocí, Ingeniero Químico graduado en la Universidad de Harvard, era un hombre mayor, más o menos de 50 años,  pero con un detalle casado algo así como prohibido; aunque era para mí un gran sueño conocerle, solamente vi su foto en una revista. Siempre quise superarme en la vida, para que cuando le llegase a conocer pudiera notar que sin el pude superarme y pude obtener estudios superiores.

Mamá desde que me gesto me asigno un nombre le llamaremos: “Katiusca”,  pero luego me conto, que al yo nacer, en el momento de los dolores de parto ella soñaba, acostada en un chinchorro en casa de una de sus amigas, Thais lo siguiente: “que ella veía que llevaban en una procesión a Jesús de Nazaret montado en una mesa, lo llevaban vivo, sangraba en su cara por la corona de espinas y ella sentía los dolores de parto en el sueño y trataba de tocar el manto del Señor pero la multitud no le dejaba, hasta que logró tocarle y una gota de sangre del señor cayó sobre su bata, sobre la barriga de mamá”; en ese momento ella despertó de su sueño y lista para ir a darme a luz, decidió cambiarme el nombre, la Llamaré Marvi Angélica, Mar por su Padre, Vi por el Mío y Angélica porque esta niña viene de los Ángeles.  Siempre mamá me conto esta historia, más sin embargo no era de ninguna religión en específico, pero siempre ha creído en Dios. Yo también crecí con esta creencia y siempre he sentido que pertenezco a un mundo espiritual, pero no sabía porque. Fue después de 27 años que acepte a Cristo y comencé a vivir una vida nueva en Jesús.

Cuando era niña mi tío segundo Juan  pastor de iglesia cristiana me tomo la cabeza y me dijo que sería guía de mi familia para llegar hasta Dios, pero no entendí, seguí creciendo y ya adolescente, cuando estaba en casa todos me decían Katy, inclusive mi abuela se le hacía difícil decirme Katiuska y me decía la chuca, en el momento que empecé la educación inicial, mis maestras se sorprendían de que aprendiera a leer y a escribir tan temprano, me felicitaban por tal destreza, pero decían que era muy distraída porque al llamarme por mi nombre nunca atendía a los llamados, hasta pensaban que era un acto de malcriadez, pero realmente lo que ocurría es que no me identificaba con mi verdadero nombre. Fue entonces cuando llamaron a mi representante y le preguntaron el porqué de la distracción, ella aclaro lo de los nombres, le recomendaron que no me siguieran llamando Katy pero al llegar a casa ese fue el nombre que me continuaron diciendo; pero yo había entendido que debía atender al llamado de estos dos y fue así como renacieron ambas identidades en mí.




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