Capitulo Cinco: La Meta

DALEK MORRIS.
 

- Cuando salas de acá tendrás que ir a la casa que te marque en el mapa, ahí voy a dejar a Isaac, no vayas a tratar de buscar a Lance por tu cuenta para eso tenes que estar con Isaac, el sabrá encontrarlo. -La voz de una señora retumba en mi cabeza.

Tengo que apurarme, tengo que llegar hasta Isaac.

Empiezo a correr esta vez con mas fuerza que antes, voy a ver a mi hermano y pronto salvar a Lance.

Estoy lo que parecen horas corriendo, no doy mas, pero tengo que seguir, no hay tiempo para descansar.

Dos disparos se escuchan, freno y me tapo los oídos.

Se oyen mas cerca que la ultima vez.

Retomo mi camino corriendo.

Haya voy Isaac.

- No tengo ganas Isaac, estoy cansado. -Me acuesto en el sofá de la sala.

- Por fa, hoy es el ultimo día que van a estar los del circo en la ciudad. -Me mira haciendo puchero.

Desvío la mirada, no voy a dejar que me manipule como siempre hace con Lance.

- Ya dije que no. -Apoyo mi brazo sobre mis ojos cubriéndome de la luz.

- Sos re malo. -Se queja y empieza a llorar a gritos.

Trato de hacerlo callar antes de que Lance lo escuche.

- Por favor Isaac para de llorar.

No me escucha y sigue llorando.

Le tapo la boca con mi mano para callarlo.

- ¡¿Que haces?!

Mierda, Lance.

- No es lo que parece. -Hablo aun tapando la boca de Isaac con mi mano.

- Sácale la mano de la boca.

Hago caso levantando mis manos en señal de inocencia.

Aunque soy de todo menos inocente.

- ¿Por que llorabas Isaac? -Lance se acerca a Isaac.

- Porque quiero ir al circo pero el no me quiere llevar. -Me señala acusándome.

- Esta bien, no llores, yo te llevo.

- ¡Si! -Chilla de felicidad el demonio menor que tengo por hermano.

Por su culpa siempre se enoja conmigo Lance aunque enseguida se nos olvida y estamos como si nada hubiera pasado.

- Anda a buscarte un abrigo así vamos. -Isaac corre escaleras arriba.

- ¡No corras por las escaleras que te vas a caer! -Grita Lance e Isaac le hace caso y sube despacio.

- No lo vuelvas a hacer llorar porque me voy a enojar enserio. -Me advierte antes de irse el también escaleras arriba donde están nuestros cuartos y baños.

Sigo corriendo lo mas rápido que mis piernas pueden.

Corro y corro hasta que veo a unos metros una casa amarilla enorme.

Mi casa.

Llegue.

Al fin llegue.

Me acerco corriendo a la puerta de la casa y toco la puerta.

Nadie responde.

- ¡¿Isaac?! -Grito llamando a mi hermano.

- ¡¿Lance?! -Pregunta esperanzado.

Tarado.

- ¡No idiota soy Dalek!

- ¡Ah bueno! -Habla decepcionado.

Ya veo a quien extraño mas.

Ruedo los ojos.

Trato de abrir la puerta pero esta cerrada con llave.

- ¡Abrí la puerta idiota!

- ¡No puedo!

Frunzo el ceño confundido.

- Se que no soy Lance, pero tampoco para no querer abrirme. -Me quejo.

- No lo digo por eso, es que me caí por las escaleras y no me puedo parar.

Golpeo mi frente con la palma de mi mano.

Si será idiota.