20 Días en Linea.

Capítulo 5: 20 días "El final del cuento".

Después del accidente me di cuenta que solo existe una vida para disfrutarla ya que uno nunca sabe cuándo esta puede terminar, pero, ¿Por qué no disfrutar cada momento desde antes? ¿Por qué solo ver la vida única cuando algo sucumbe ante nosotros? Solo existe una respuesta segura ante estas preguntas “valoramos las cosas solo cuando estas se ven en cierta parte perdidas” suena tan egoísta pensar solo en ciertos deseos o intereses secundarios cuando lo que más debería tener importancia es disfrutar cada momento de nuestra vida y yo podría decir que por ahora se me dio la oportunidad de seguir viviendo y fuese bueno o malo los momentos a lado Gabriel yo quería seguir disfrutando de cada uno de ellos con esas risas tan espontaneas, esos abrazos que parecían interminables o incluso quería seguir disfrutando de aquellos momentos y locuras en los que la gente no existía para nosotros. Parte de Diciembre se hizo largo sin él ya que regresaba a casa con su Familia y aun así procuraba por mi estando tan lejos mandando mensajes de “buenas noches” al dormir y un “buenos días” al despertar, a veces me daba mucha nostalgia que estuviera tan lejos, mas lejos de lo que ya lo tenía. Cuando llego el momento de vernos después del accidente estaba emocionada y recuerdo que el dolor de cuello que casi me mataba en la semana se olvidó por completo al saber que estaría con él; al llegar a la estación me sentía algo aturdida pero emocionada y al atravesar la puerta de entrada al andén… lo vi, justo frente a mí con una sonrisa como el primer día en que lo conocí pero con algo característico lo cual comenzó a preocuparme y a causarme mucho ruido entre pensamientos… el brillo que el poseía en su mirada ya no estaba del todo completo, se mantenía sonriente pero el brillo de su mirada se notaba cada vez más opaco, tenía intención de preguntar qué estaba pasando pero no lo quise hacer… el hecho de quedarme tan pensativa generaba cierta incomodidad, por lo cual me pregunto.

Gabriel. - ¿está todo bien? – con esa sonrisa en su rostro tan característica de el-

Yo. - si está todo bien… ¿porque?

Gabriel. - pues… conmigo no está del todo bien las cosas

Yo. - lo pude notar… - entre dientes murmuré-

Gabriel. - ¿perdón?

Yo. - ¡No! Nada… amm ¿todo bien?

Gabriel. - me da vueltas en la cabeza todo lo que paso entre nosotros, en verdad sigo sin entender porque lo hiciste.

Yo. - Creo que ya te expliqué ciertas cosas y puedo hacerlo si tú de nuevo quieres.

Gabriel. - el problema es que… me cuenta creer que sea verdad.  

Yo. - No podríamos solo olvidar lo que paso y seguir adelante como se supone que lo estamos haciendo.

Gabriel. - ese es el problema, me siento presionado por no poder creerte por más que lo quiera.

Yo. - Pero solo inténtalo.

Gabriel. - Alo… no es fácil, o sea… entiende ¿Cómo puedes confiar en alguien que te mintió y lo sigue negando? Sé que estas delicada en este momento, pero comprende eso… ¿cómo puedes confiar si la persona que más amabas te vio la cara?  

En cierto momento su actitud comenzó a ser muy cambiante y poco tolerable, el joven lindo, tierno atento y romántico comenzó a cambiar y no sabía cómo hacer para que se quitara de una vez por todas este malentendido. Mientras los días pasaban yo más me preguntaba si estaba bien quedarme junto a él o era mejor decir adiós aunque doliera y continuar… la relación definitivamente ya era toxica pero uno a  veces no se da cuenta de eso, solo piensas que es un mal rato y pasara pero te invade la mente, corrompe todos y cada uno de tus pensamientos, cuando piensas que estas a punto de tomar una decisión y dejar ir a esa persona… los recuerdos buenos regresan, invaden tu mente y hacen palpitar tu corazón con cada uno de ellos, en ese momento piensas “¿Cómo puedo dejar a esta persona después de tantos momentos felices?” … es el peor error pensar de esa forma muchas veces porque si sabes que esa persona te lastima poco a poco ¿Por qué seguir ahí? El corazón y la mente son tan fuertes que cuando uno cede el otro persiste, es una lucha contra sentimientos tan fuerte que pone en duda tu salud emocional… “¿poder seguir sin esa persona?” “y si esa persona ¿encuentra alguien y me deja?” “y si después me busca ¿Qué hago? ¿Podré decirle vete o quédate?” “seré capaz después del adiós verlo y decir –no pasa nada ya es feliz- o ¿dolerá? Esas y más preguntas son las que detonan una situación frustrante entre avanzar o dejar ir a esa persona, pero, yo estaba convencida en no dejar ir a Gabriel repitiendo mil veces en la cabeza - “sé que puedo enamorarlo de nuevo, lo hice antes ¿Por qué no hacerlo de nuevo?” pero algunas cosas que solía decirme eran tan hirientes que me hacía cambiar de opinión tan repentinamente. Existían días en los que la pasaba tan bien con él, sonreirá bastante… tanto que las mejillas se entumecían, adoraba abrazarlo y presumir lo tan feliz que era con él, tomar fotos y admirar él como solía verme cuando le decía “Te amo” era como dedicarle los suspiros más profundos del alma, sentía tanta tranquilidad al abrazarlo y me sentía tan segura caminando de su mano; recuerdo una salida al parque de Chapultepec en donde él y yo estábamos sentados junto a una fuente hablando sobre cómo nos visualizábamos tal vez en algún futuro no muy lejano, mi mayor debilidad era perderme en el claro de su mirada pero un pequeño ruido característico de una cámara fotográfica me despertó de tan imnotizante momento… por inercia visualice a un costado de mi para saber que fue de aquel sonido captado pero después de unos segundos el misterioso ruido decidió dar la cara; una joven de tez blanca se dirigió hasta donde estábamos Gabriel y yo sentados, con una sonrisa tan cálida nos dirigió la palabra.




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