Yace aquella niña alegre sentada en el rincón de la sala.
Sentada sobre una silla mecedora haciendo que el vaivén de la gravedad la logré mecer , acurrucada sobre sus propios brazos y manteniendo el calor de su cuerpo con su propia caliente respiración.
Sollozando a escondidas de su madre, para no ser una carga emocional, pero destruyéndose poco a poco porque no tiene a quien contarle sus problemas.
Si tan solo su madre supiera las veces que ella llora a escondidas.
Si tan solo su madre viera como llora por aquel hombre que no vale la pena.
Si tan solo su madre la oyera hablar sola porque se intenta reconfortar.
Si tan solo viera que su mundo es una tormenta sin arco iris.
Si tan solo oyera su desgarrador llanto su madre moriría lentamente.
La vida se le desmorona a aquella niña, su tiempo se esta acabando y no se esta dando cuenta.
La vida se le acorta y lo único que logró hacer es llorar todos los días.
Los únicos sentimientos que ella experimento fueron el dolor y el despecho.
Llora aquella niña, en el rincón de una sala.
Sentada sobre una mecedora dándose caricias lentamente .
Brotan de sus ojos color avellana unas pequeñas pero dolorosas gotas , que atraviesan el sendero color carmín de sus mejillas, llegando a terminar en su mentón puntiagudo .
Yace aquella niña , sentada en la mecedora, muriéndose lentamente en pleno llanto y dolor
m.ch.s