2min-shots

No le robes el novio.

—Taemin, baja por favor.

Escuchó la voz de su madre desde el piso de abajo y suspiró. Ella había comenzado una relación y él no tenía ganas de saber con quién era.

Pero su madre prácticamente lo obligaba a conocerlo. Sólo sabía que el hombre se llamaba Minho y que era cinco años menor que su madre.

Él y el hombre se llevaban 17 años, Minho tenía 34.

Dejó el celular a un lado y se acomodó la ropa para luego levantarse y bajar por las escaleras con las manos en los bolsillos, mostrando una faceta de rebeldía.

Una risa se escuchó en la sala cuando captó eso.

Taemin levantó la vista y paró en seco.

Carajo.

Su madre sí tenía buen gusto.

El hombre era un poco más alto que él, estaba vestido de traje y era morocho. Su expresión era seria, al menos lo era hasta que vio cómo Taemin lo miraba hipnotizado, en ese momento cambió a una provocativa.

—Taemin, él es Minho, Minho él es Taemin—su madre comentó sonriendo—Por favor, llévense bien.

Ambos asintieron al mismo tiempo sin despegar sus miradas.

Su vida sería interesante a partir de ahora.

Y difícil.

Cada mañana, el hombre se despertaba media hora antes que su madre, sólo para irse temprano a trabajar, y Taemin hacía lo mismo, sólo para estar un rato a solas con él.

No lo malinterpreten, a Taemin no le gustaba el novio de su madre, sólo que... tenía curiosidad.

¿Sobre cómo es en la cama? 
Qué pajero eres, Taemin.

Negó y se dejó caer pesadamente en el asiento.

—Buenos días—escuchó decir a Minho.

—Buenos días—respondió esbozando una sonrisa—¿Quieres un café?
Minho asintió y él se levantó para prepararlo.

Él no era consiente de cómo unos ojos viajaban de arriba a abajo por su espalda y su trasero. En especial, por su trasero.

Minho se lamió los labios, negó rápidamente y volvió a enfocar su vista en lo que estaba intentando leer. 
Al menos hasta que el menor entró a la cocina.

Cuando vio por primera vez al chico, deseó no haber conocido a su madre primero, y haberlo hecho con él. Era el ser más precioso que había visto en toda su vida, y el más caliente sin duda.

Tenía una cintura y unas caderas bien marcadas que pondrían a cualquier chica celosa de ellas.

Deseaba pasar sus manos sobre el chico y acariciar cualquier sitio de él.

Una lástima, ya estaba en una relación. 
Y para colmo, con la madre de él.

Taemin dejó de hacer ruido y le alcanzó el café para luego servirse el suyo y sentarse en frente del mayor.

Discretamente lo miró mientras leía unos documentos y admiró lo guapo que era el tipo, llegó a sentir celos de su madre.

Taemin nunca había salido con nadie, ni hombre ni mujer. No se consideraba homosexual o bisexual, pero cuando vio hace unos días por primera vez a Minho, algo en él cambió. Se sentía atraído por él, pero de lo que no tenía ni idea, era de qué tan lejos era capaz de llegar.

¿Por qué me preocupo por esto en vez de estudiar?

Quiso reírse de su pensamiento, tenía mucha tarea y pocas ganas de hacerlas.

Se pegó la taza a los labios y se terminó poco a poco todo el café que se había servido.

Sintió una mirada en él y posó sus ojos en Minho, quien lo miraba atentamente tragar el líquido caliente. Taemin se sonrojó, y lentamente alejó la taza de su boca.

Ninguno dijo nada por unos minutos, hasta que el mayor se dio cuenta de que se le hacía tarde para irse a trabajar, y Taemin ya iba retrasado para ir a la escuela.

—Nos vemos en la tarde.

—Adiós.

Taemin bufó.

Iba a ser más difícil de lo que parecía.
 

***
 

Los días siguientes vio cómo se la pasaban juntos Minho y su madre y sentía celos, quería a alguien así con quien estar. 

En uno de esos días, salió de la sala de estar y se fue a bañar, Minho se excusó de su pareja y se levantó rápidamente. La mujer le sonrió y se quedó viendo una película.

No quería engañarla, la quería, ya no era amor lo que sentía sin embargo.
Sólo se trataba de un cariño. La atracción y el amor lo sentía por otra persona, y era la más incorrecta en estos tiempos.

Cada noche que pasaba por la puerta de su habitación y lo escuchaba reír, llorar o hasta hacer otro tipo de cosas, quería entrar y estar con él, para acompañarlo, para animarlo o darle otro tipo de cariño...

Pero siempre se contenía, pensó que nunca llegaría el día en donde dejaría el velo de “casi padrastro” y cumpliría sus deseos, hasta este día.

Es jodidamente complicado.

Abrió suavemente la puerta del baño y vio a Taemin desnudo dándole la espalda, ya que no se había percatado de su presencia.

Minho recorrió con la mirada y sintió cómo sus pantalones apretaban cada vez más. Llevó una mano hacia el bulto y lo acarició por unos segundos.

Cerró la puerta y en el segundo en el que Taemin se giró, le puso llave y se la guardó en el bolsillo.

El menor lo miró sorprendido y ruborizado, quería hablar pero no sabía qué decirle a Minho.

¿Debía reclamarle? Era tan sinvergüenza que haría todo menos eso, todo.

Minho vio el pene semierecto de Taemin y tomó una profunda respiración antes de avanzar hacia él.

—Espera—dijo retrocediendo, mientras que Minho avanzaba hacia él, pegándolo a la pared de la ducha—Minho...

—¿Sí?

Se miraron por unos minutos hasta que Minho ya estaba prácticamente sobre él y Taemin se sentía totalmente sometido, aunque el mayor no lo había siquiera tocado.

Pero esa sensación, lejos de aterrarlo, lo excitó, le encantó.

—Taemin, yo quiero... —respiró el aroma de Taemin cerrando los ojos y acercando su nariz al cuello del menor.

El miembro del menor estaba completamente erecto y chocaba con el bulto en el pantalón de Minho.

Aunque estaba rojo y quería desviar la mirada, sus ojos se centraron en los labios del mayor y quiso probarlos, deseó hacerlo, y él se lo concedió.



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En el texto hay: shinee, 2min, jongkey

Editado: 25.07.2020

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